Pov Nathan
La idea del spa había sido genial y nos estábamos relajando de sobre manera, aun que también sabía que quería llevar a Gaia a un club bdsm, es bastante bueno aquí venia yo cuando aun vivía en Barcelona, una vez nos terminan de hacer el masaje nos vestimos y en la salida nos despide la misma chica que estaba antes de recepcionista caminamos hasta el coche en silencio, no por nada en concreto sino por que íbamos relajados, una vez subimos al coche, arranco y salgo de ahí le miro de reojo.
-Oye preciosa, había pensado de que podríamos ir a un club, ¿Qué te parece? pero sería uno de los nuestros.
La mirada que me da me da a entender que si, y a la misma vez se muerde lentamente el labio, niego divertido y cambio de dirección ya que me dirigía al hotel, y me pongo en camino al club, hablamos de sus amigos y de los míos, y coincidimos en una cosa tenemos que unir a los dos que no paraban de mirarse en la cena que tuvimos con todos, un rato después llegamos al club, aparco en el aparcamiento privado que tienen, apago el coche y ambos salimos de el, cojo una chaqueta por que aun que no hace frio, se que luego ella la necesitará, también por que ella dejo la suya en el hotel, le pongo la alarma al coche, cojo su mano y caminamos hasta la entrada.
Al llegar a la entrada un hombre grande esta vigilando la misma, nos mira, nos pregunta por nuestros nombres y nos dice que tendremos que fichar adentro por ser la primera vez aquí, nos deja pasar y una mujer más adelante nos atiende, nos da una hoja de confidencialidad y un formulario, ambos lo rellenamos, así que una vez echo se lo entregamos, y nos deja pasar, todo esta bien distribuido pero hay algunas salas que están junto a otras que no tienen el mismo significado ni la misma dinámica, quizás lo haga único pero para mi, no tienen nada de sentido, caminamos a una pequeña barra y pido una cerveza para mi, y luego miro a Gaia para que hable, nada más entrar al club nuestros roles cambiaron, no quiere decir que hayamos dejado de funcionar como pareja cosa que sigue en nosotros, solo que ahora somos amo y sumisa.
-Yo quiero otra, gracias señor.
El hombre, un chico entre unos 30 y algo, me mira y luego le mira a ella, sonríe y asienta mientras se gira para servir las cervezas, miro a Gaia y acaricio su mejilla mientras susurro.
-Bien echo preciosa, aun que estuviésemos en nuestro club y con gente conocida, siempre debes llamar a una persona por su distintivo a no se que ella diga lo contrario o yo te lo prohíba.
Ella asiente y el chico deja las cervezas delante de nosotros, doy un trago a la misma vez que ella lo hace, estamos un poco en la barra, viendo a le gente entrar, otras pasar desnudas ante nosotros, también se nos acercan varias personas a conocernos e incluso hayamos echo algunas amistades.
-Venga, se terminó la hora de beber, vamos a jugar un poco preciosa.
Ella deja la bebida en la barra junto a la mía, agarro su mano y comienzo a caminar adentrándonos en el club, entramos en la mazmorra, ambos miramos los colores de la sala, también las herramientas que hay en las paredes, Gaia se adelanta a mi, y se quita los zapatos para estar más cómoda, me siento en el sofá que hay en un rincón de la sala, ella aún de pie me observa, desabotono mi camisa lentamente y veo como relame sus labios, sonrío de lado y luego pongo mis manos en mis piernas.
-Quítate la ropa, quiero ver tu hermoso cuerpo.
Veo como me mira sonrojada antes de comenzar a desnudarse, la luz choca contra su piel haciéndola brillar, ver su piel brillosa es un deleite para mis ojos, veo sus pechos tapados por el sujetador de encaje blanco, en conjunto con las bragas también de encaje, cuando va a desabrochar el sujetador alzo la mano en una seña de que pare, ella deja las manos colgando, y señalo el suelo, ella se arrodilla en el y sonrío hacia ella, es impresionante la forma en la que estamos conectados en tan poco tiempo, muevo el dedo índice indicando que venga hasta mi, ella se relame los labios, la veo dudar, para acto seguido gatear por el suelo y llegar hasta mi, cuándo lo hace se pone de nuevo de rodillas y me observa a la espera de una nueva orden o señal.
Desabrocho la cremallera del pantalón, y meto la mano para sacar mi polla, ella la ve y se relame de nuevo los labios, me mira a mi y asiento, de nuevo se acerca gateando y con una mano toma mi polla mientras la otra la utiliza para sujetarse, saca la lengua y la pasa por la base de mi pene, trago saliva y le miro con atención, mueve su mano lentamente de arriba a bajo y luego su boca se abre para meter mi pene en ella, jadeo al sentir la humedad y el calor de su boca, cierro los ojos y mi cabeza se deja caer hacia atrás ligeramente, sigue moviendo su cabeza a un ritmo estable, de vez en cuando intenta meter más de lo que puede, lo que hace que suelte alguna que otra arcada, cuándo creo que es suficiente agarro su pelo en una cola y estiro de este sin hacer mucha fuerza, ella se aparta de mi y limpia la comisura de su boca.
Me levanto del sofá, dejándola a ella en el mismo sitio arrodillada, examino lo que hay por aquí, cojo las esposas, una mordaza y unas pinzas para los pezones, lo dejo todo sobre la cama que hay en mitad de la sala, no es muy grande pero tampoco pequeña, las sabanas son rojas y las almohadas son negras.
-Ven aquí gatita.
Veo como se gira y comienza a gatear hasta donde estoy, una vez llega se detiene y habla.
-¿Qué necesita señor?
Su voz es suave y baja, algo ronca por los movimientos realizados anteriormente, le ayudo a levantarse y la pongo de espaldas a mi, cojo las esposas y las pongo alrededor de sus muñecas y por detrás de la espalda, cuando ve que cojo la mordaza se tensa, paso mi mano libre por su brazo para tranquilizarla, le coloco la mordaza y voy a por un pequeño juguete en una de las estanterías, lo aprieto con mi mano y este emite un sonido agudo, camino hacia ella y acaricio su espalda.
-Esto te lo voy a poner en las manos vale? Sirve para que en el caso de que me quieras decir algo de importancia, o incluso utilizar tu palabra de seguridad lo harás sonar, ¿De acuerdo?
Ella asiente.
-No puedes apretarlo a la ligera vale?
Asiente de nuevo y beso su nuca, la giro para que quede de cara a mi, y sonrío al verla, cojo las pinzas y al detectarlas entrecierra los ojos a la misma vez que suelta un suspiro, desabrocho su sujetador y lo dejo caer al suelo, los abro y con cuidado los pongo en sus pezones, se remueve ligeramente pero se que se acostumbrará a ellos, de nuevo la pongo de espaldas y hago que quede de cintura para arriba recostada, dejándome ver su culo, bajo las bragas y las quito también, las dejo a un lado, y hago que mueva sus piernas haciendo que quede abierta para mi.
-Ahora es mi turno de probarte preciosa.
Sin decir nada mas apego mi cara a sus muslos y paso mi lengua por su interior, noto como tiembla y a la vez la mordaza calla un gemido, mis manos se dirigen a sus muslos y los abre más mientras sigo deleitándome con su sabor, pasados unos minutos en los que he jugado con ella, mordido su clitoris y torturado, me detengo, me pongo de pie, y me desnudo completamente, cojo un condón, ya que por lo que ponía en el papel el dueño de este club no permite hacer escenas si no es con condón, me lo pongo y me coloco detrás de ella, acaricio su espalda notando como a la vez se eriza, y me introduzco en ella.

ESTÁS LEYENDO
Mi mundo de color negro (+18)
RomanceGaia ha tenido muchos obstáculos en lo que lleva de años, tras la trágica muerte de sus padres Gaia tiene que salir adelante y estudiar un carrera para ganar dinero, transcurridos 5 años pudo empezar a trabajar de lo que ella siempre soñó, empezó a...