Mi mundo de color negro (+18)

12.

Sigo en la expectación de que me hará, escucho sus pies resonar por la habitación, suspiro cuando algo frío roza mi espalda, pero me mantengo quieta, a la espera de que hable.

- ¿Recuerdas la contraseña?

Asiento con la cabeza y luego de unos segundos lo que parece ser un látigo o una fusta golpea mi nalga, doy un pequeño salto por la sorpresa, pero me recompongo y me vuelvo a poner como el me dejó, cuento cada una de las veces que me flagela y cuando parece que se ha cansado da un último golpe, mi piel esta sensible y escuece levemente, lo escucho caminar y algo que hace un ruido demasiado bajo, pensando en que será un grito de placer sale de mi garganta cuando un vibrador es posado sobre mi clítoris, me retuerzo en busca de su búsqueda y se detiene.

-Mantente quieta Gaia, si no te castigaré de nuevo.

Aprieto mis labios y sigue torturándome, mi coño está húmedo, podría decir incluso que noto como parte de la humedad baja por mis muslos, mientras sigue moviendo el vibrador por mi trozo de carne sensible mete dos dedos dentro de mí, me encorvo sintiendo como el aire abandona mis pulmones.

- Aun no puedes correrte Gaia....

Gruño en respuesta y el ríe para después apagar el vibrador, mi respiración es agitada, camina de nuevo y luego de unos segundos noto algo en mi boca, y no hay que ser muy inteligente para saber que es, abro la boca y se introduce en ella, es grande y creo que como mucho puedo meter hasta la mitad, comienzo a respirar por la nariz cada vez que puedo mientras él me folla la boca, se separa y me pone de rodillas.

- Hazlo tú, quiero que me la chupes.

Su voz es ronca y eso es algo que golpea directamente a mi coño, me guía hasta donde esta y abro la boca introduciéndola, muevo mi cabeza en ritmo que está bien pero tortuoso, una idea se pasa por mi cabeza y cuando muevo la cabeza hacia delante, la mantengo ahí, presionando un poco más, mi garganta parece abrirse y lo escucho jadear, me aparto cuando me falta el aire y sigo moviendo la cabeza, me separo de él me inclino la cabeza para poder chupar uno de sus testículos, coge mi pelo y lo estira levemente, vuelvo a meter su polla en mi boca y esta vez lo hago rápido y decidida, el me deja sin embargo me hace saber  que no me pase de lista, cuando pienso que se correrá en mi boca me detiene y me ayuda a levantarme y a caminar, soy empujada a la cama, me gira y me deja de lado, una de mis piernas es levantada y antes de que pueda hacer o decir algo noto como su polla se abre paso en mi coño, muerdo mi labio gimiendo, cuando está completamente dentro de mí, comienza a moverse despacio mientras vuelve a presionar mi clítoris con el vibrador, me estremezco del placer.

-Por favor... -El sigue moviéndose lento cuando habla -¿Qué pasa Gaia? –Yo jadeo cuando noto el orgasmo cerca mi coño se aprieta alrededor suyo –Por favor señor...déjame correrme.

Cuando digo eso el empieza moverse dentro de mi más rápido, y podría decir que mis ojos se llenan de lágrimas del mismo placer, pellizca mi clítoris y gimo alto comenzando a correrme, mis piernas tiemblan a la vez que el sigue moviéndose dentro de mí, todo en mi esta sensible y cada movimiento suyo hace que dé un paso más hacia la locura, no sé cuándo pero mis manos se sientes libres en señal de que ha retirado las esposas, el antifaz es retirado y debo parpadear varias veces para que mis ojos se acostumbren de nuevo a la luz, hace que me ponga de perrito y hace que levante el torso cuando con su brazo atrapa los míos y estira hacia atrás, y es en este momento en el que me alegro de haber puesto un espejo encima de la cama, la imagen es tan caliente... mis ojos se encuentran con los suyos a través de este, amasa mis senos y los pellizca, los dos jadeamos y yo me arqueo cuando otro orgasmo se avecina, sonríe de lado y lleva su mano a mi coño para comenzar a estimular mi clítoris mientras aumenta las embestidas, mi vista se nubla, los problemas y tristeza abandonan mis pensamientos, y al momento de correrme él lo hace, se mueve más lento hasta que termina de correrse, sale de mi despacio y yo me dejo caer en la cama, intentando controlar mi respiración, no sé qué hace porque no soy capaz de distinguir nada de la realidad en el estado en el que me encuentro, soy consciente de que me gira y pone algo frío en mis nalgas, me quejo en un susurro.

-Es una crema, es para que no te duela tanto y no queden marcas.

Su voz suena lejana, hago un sonido dando a entender que lo entendí, luego de unos minutos sin saber qué hace, el lado vacío de mi colchón se hunde, noto las sabanas sobre mí y unos brazos rodeándome, estoy tan cansada que me cuesta abrir los ojos, apoyo mi cabeza en su pecho y simplemente dejo que el sueño, y la tranquilidad me inunden.