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Gaia

Escucho como cierra la puerta, mi vista sigue en el suelo, se acerca a uno de los estantes y coge algunas cosas, antes de que pueda alzar la mirada y ver que cogió su voz me reprende, por lo que mantengo la vista clavada en la alfombra del suelo, vuelve a ponerse detrás de mí y pone una venda en mis ojos por lo que mi vista queda totalmente cegada, siento que sus manos tocan mi pelo y en cierta forma eso me relaja de sobremanera, luego de unos segundos lo suelta y yo llevo mis manos a él notando una trenza.

-Se suelen hacer para que no estorbe el pelo en la sesión pero también a algunos amos o incluso a las sumisas les gusta tenerlo recogido, en señal de que es una parte de ella que pueden controlar.

Asiento comprendiendo lo que me dijo, lo próximo que siento son sus labios en mi cuello, por lo que en un ligero movimiento giro mi cabeza para darle más acceso, mi piel reacciona a su tacto y me estremezco, su respiración choca contra mi piel sus labios se mueven hacia arriba y atrapa el lóbulo de mi oreja entre ellos, mis pezones se endurecen y rozan contra la tela del sujetador, un jadeo sale de mi y siento como se aleja un poco para al instante sentir sus manos deslizando mi camiseta hacia arriba, alzo mis brazos para dejar que quite la camiseta con más facilidad lo siguiente que quita es mi sujetador por lo que la ligera molestia de la tela rozando mis pezones se alivia, sus dedos juegan con ellos pellizcandolos de vez en cuando y dándole golpecitos a mis tetas, siento que se aleja de nuevo y mi cuerpo extraña el calor de sus manos, lo siguiente que hace me hace gritar y hacer una mueca, las malditas pinzas no se compadecen de mis pobres pezones.

-Hacen una bonita decoración con tus pezones.

Es lo único que dice, ruedo los ojos y me alivia saber que él no lo ve por que si no lo más seguro es que me castigaria, sus manos desabrochan mis pantalones con lentitud para después bajarlos junto a mi tanga, lejos de sentirme incómoda o expuesta me siento liberada y tranquila, me hace poner sus manos en la espalda y sin verlo se que viene a continuación, escucho el ruido metálico de las esposas y me las pones sin apretarlas mucho.

-¿Recuerdas tu palabra de seguridad Gaia? -Asiento con la cabeza y me da un azote. -Quiero palabras Gaia. -Dice en un gruñido, trago saliva porque noto mi boca algo seca. -Si señor -Toca mi brazo en una caricia. -Puedes recordarmela a mi? -Iba a asentir pero me retengo. -Alcachofa señor. -El hace un ruido con la boca. -Bien, sigamos.

Me hace caminar hasta que me hace apoyarme sobre algo frío y que parece de cuero o algo parecido, abre mis piernas con las suyas y acaricia mis nalgas.

-No quiero que las cierres ¿queda claro? si lo haces las ataré también.

No me muevo ni un centímetro, escucho sus pasos alejándose de mí me mantengo expectante a cualquier cosa, luego de unos segundos él vuelve a colocarse en su sitio y lo próximo que siento es el cuero golpear mis nalgas, doy un pequeño salto ya que no me esperaba eso, se detiene un momento asegurándose que estoy bien y cuando no me oye decir mi palabra sigue flagelandome, alterna los golpes con caricias mitigando el escozor de los golpes, en algún punto me escucho a misma gemir mientras me flagela, deja caer el flogger y acaricia mis nalgas la sensación es agridulce ya que el tacto de su piel contra la zona enrojecida e irritada de mis nalgas hace que sea un poco doloroso pero aun así me gusta.

Su mano va bajando hasta que se cuela entre mis muslos donde pellizca y gruño ligeramente.

-¿Qué fue eso, un gruñido? ¿Acaso eres una perra?

Muerdo mi labio para no decirle cualquier cosa, su mano toca mi coño, y por la facilidad en la que lo hace lo más seguro es que ya esté demasiado lubricada, gimo cuando comienza a tocar mi clítoris todo en mi se tensa mientras él mueve su mano sobre él, varios gemidos salen de mi intentando no moverme, se detiene y mete dos dedos dentro de mi coño, jadeo boqueando por aire.

-Dime Gaia ¿Cuantos dedos crees que pueda meter?

Sin embargo no espera una respuesta siento como mete otro dedo, haciendo que se dilate a su tamaño los mueve volviendome loca a la misma vez que con su otra mano vuelve a tocar mi clitoris, siento como el orgasmo se acerca y por lo visto el tambien lo nota ya que se detiene de golpe, gimoteo por la interrupción lo que hace que me gane un azote, vuelve a irse y me siento lo mas excitada que pueda llegar a estar una persona, me hace saber que a vuelto con un ligero toque para acto seguido siento algo espeso y frío bajar por mi culo hasta llegar al orificio, me tenso sabiendo que significa eso.

-Si te tensas dolerá más al entrar Gaia, relájate, tienes una palabra, si te duele o no lo toleras solo debes decirla y yo me detendré ¿De acuerdo?

Dice con tono calmado y tranquilo, proceso sus palabras por que me cuesta distinguir lo que viene siendo la realidad, asiento una vez mi cerebro lo procesa, pone algo sobre mis labios y entonces habla.

-Chupalo Gaia.

Abro la boca y el meto la cosa que quiere que chupe y un sabor metálico me llena, lo chupo dejándolo con mi saliva y lo saca, se mueve poniendose detrás de mi y hace presión en mi culo, respiro intentando relajarme, sigue haciendo presión hasta que entra en mi culo, literalmente es como si lo fuera absorbido, una vez el consigue ese hecho escucho como desabrocha su pantalón y lo retira, cuando algo toca mis labios no hace falta que hable ya que abro la boca y él mete su polla, mi boca es llenada por ella y debo respirar por la nariz, se mueve dentro de ella haciendo que entre casi toda por lo que a veces se me dificulta respirar, cuando está completamente erecta sale de mi boca para moverse, escucho un plástico y lo más seguro es que se esté poniendo un condón, siento sus manos en mis nalgas y estas aún escuecen por lo que salto un poco, las pone en mi cintura y luego se introduce en mi, comienza a moverse agarrándose de estas, gimo cerrando los ojos, todo a mi alrededor parece desaparecer tampoco escucho nada solo el choque de su cuerpo contra el mío mientras me penetra, hace las embestidas un poco más fuertes por lo que muerdo mi labio llegando a hacerme una pequeña herida, siento que me voy a correr una segunda vez y él toca mi clítoris de nuevo, grito su nombre a la vez que me corro mi cuerpo tiembla mientras él sigue moviéndose en mi interior.

-Aún quedan muchos orgasmos por delante Gaia.

Dice mientras me folla, mi cuerpo intenta recomponerse del segundo orgasmo, una de sus manos coge una de las mías y la aprieta un poco, se retira de mi y quita las esposas, me ayuda a caminar y quita la venda de mis ojos, todo es como una mancha nublada me hace mirarlo y sonríe de lado, me tumba sobre la cama y grito por el dolor de las sabanas rozando la zona irritada, abre mis piernas y me la mete de nuevo mis manos van a su espalda arañandola, gruñe para metermela más fuerte, muerdo su hombro queriendo gritar por el placer que siento ahora mismo, no se cuanto tiempo pasa ni cuantos orgasmos llevo encima pero parecen ser los suficientes cuando el decide correrse, me a follado en todos los sitios de esta habitación y en todas las posiciones que el a querido, luego de quitarse el condón y tirarlo nos lleva a la cama donde nuevamente me quejo por el roce con mis zonas irritada por lo que me pongo de lado, todo es confuso y no entiendo que es lo que me pasa por que nunca habia estado asi, pero lo único que hago ante de caer dormida es acurrucarme contra el.

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¿Que os a parecido este capitulo?

¿Que opinan de la palabra de seguridad de gaia?

Mi mundo de color negro (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora