𝐑𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌

Xavier Thorpe

—¿No deberías estar con tu hermana? —Xavier cuestionó mientras te atabas el delantal.

—No, ella quería trabajar en el mundo peregrino por alguna extraña razón. Preferiría morir antes que disfrazarme de colona —le informaste al niño.

—Eso no me sorprende.

—¡Oye, Jean! ¿Necesitas una mano? —Tyler pregunto desde detrás del mostrador mientras tú y Xavier limpiaban las mesas.

—Ya tengo una —respondiste señalando a Dedos limpiando la mesa.

—Creí haberte dicho a ti y a tu hermana que él era una mala noticia —te susurró Xavier mientras se acercaba para tomar una taza de tu lado de la mesa.

—Dos veces en realidad, pero no me podría importar menos él. Espera. Ilumíname —te volviste para mirarlo.

Fue entonces cuando notaste lo cerca que estaban ustedes en realidad. Aunque estaban parados a un pie de distancia el uno del otro, era preocupante cómo él parecía acercarse para hablar.

—Sucedió el último Día de Contacto Estaba trabajando en un mural para el pueblo, luego él y sus amigos vinieron y empezaron a atacarme. Destruyeron el mural y me dejaron con las costillas magulladas. A la gente como él no le gusta la gente como nosotros —explicó.

—Mmm.

—No es como si te importara de todos modos, ¿verdad? —Xavier se burló caminando hacia la mesa de al lado.

—Parece que ha cambiado, ahora es más suave, lo cual es decepcionante —admitiste mientras seguías a Xavier—. ¿Por qué te importa tanto si hablo con él?

—Estás bromeando.

—¿Por qué iba a bromear? —te quedaste en blanco.

—¡Abre los ojos, Jean! He estado aquí de tu lado todo este tiempo, ¿y todavía no lo entiendes? —espetó Xavier golpeando la mesa con la tina llena de platos y tazas dando un paso más cerca de ti—. A veces es increíble la poca empatía que tienes por los demás.

—Xavier —exhalaste dando un paso atrás.

—Me gustas, Jean. ¿Qué tengo que hacer para que veas eso? —lo siguió dando un paso más cerca.

—Sabes que en realidad no me gusta Tyler, ¿verdad? Puede que seas un imbécil y exasperante, pero... — insinuaste.

—Realmente sabes cómo hacer que un chico se sonroje —dejó escapar una pequeña risa.

—Sin embargo, son los atributos que me gustan de ti —murmuraste en voz baja.

—¿Qué fue eso? —se burló.

—No me hagas decirlo de nuevo —dijiste inexpresivamente mirando hacia el suelo evitando su mirada.

—No, creo que no te escuché la primera vez —bromeó mientras te levantaba la barbilla con la mano—. ¿Qué dijiste?

—No lo voy a decir de nuevo.

—¿Vas a dejar que te bese?

—Depende —respondiste.

Movió su mano de tu barbilla a la parte de atrás de tu cuello tirando de ti para besarte. Te encontraste besándolo de vuelta envolviendo tus brazos alrededor de su cuello. Podías sentirlo sonreír en el beso. No supiste cuánto tiempo te quedaste allí hasta que escuchaste una tos detrás de ti.

—Parece que te has divertido trabajando —dijo Merlina poco impresionada mientras te alejaba de Xavier. En el que solo se rió mientras intentabas soltar tu brazo del agarre de Merlina.

—Merlina, ¿por qué siempre tienes que agarrarte del mismo brazo? —te quejaste mientras ella te sacaba a rastras.