𝐑𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌

Liam Dunbar & Theo Raeken [+18]

Malia me había advertido sobre mi celo. Me dijo que la única razón por la que lo superó fue porque tenía a Stiles y ahora tiene a Scott.

Scott hizo que Deaton me dijera exactamente qué era y cuánto duraría. Me dijeron que me mantuviera alejada de los otros machos de la manada. Según Deaton, una hembra en celo era casi imposible de resistir. Una criatura hombre macho puede oler sus feromonas e intentará aparearse con ella. En cuanto a la hembra, querrá aparearse. Su celo la vuelve loca ya que está muy excitada. Me sugirió que me quedara en casa y no fuera a la escuela, me diera muchas duchas frías y me masturbara. Dijo que debería masturbarme a menudo para mantener al mínimo mi necesidad de aparearme.

Yo tenía dos días en mi celo y ya me estaba volviendo loca. Le pedí a mi mamá que le dijera a la escuela que estaríamos fuera de la ciudad por una emergencia familiar. Me sacó de la escuela por una semana y Scott le dijo a la manada que me dejara en paz. Las chicas sabían por qué, pero Scott se lo ocultó a los chicos, principalmente a Theo y Liam.

Ya me había masturbado seis veces y no estaba ayudando. Quería algo más que un juguete zumbador. Quería ser dominada y poseída. Quería ser golpeada hasta el olvido. Necesitaba a alguien que me jodiera, eso no lo raye, necesitaba a alguien que me follara tan fuerte que no podré caminar. Gemí en voz alta cuando fui golpeada por otra ola de excitación.

Caminé a mi habitación y me acosté en mi cama. Había dejado de usar ropa interior porque empeoraba todo, solo usaba una falda ligera que había sacado del armario de mi mamá. Agarré mi vibrador y lo encendí alto. Empecé a frotar la punta contra mi clítoris, gimiendo en voz alta. Empecé a joderme con eso cuando alguien golpeó la puerta de mi casa. Gruñí tratando de ignorarlo pero era difícil con todos los gritos. Una vez que me enfoqué, pude distinguir las voces de Theo y Liam.

—Emma, sabemos que estás ahí —Liam gritó.

—Podemos escuchar los latidos de tu corazón —añadió Theo—. Vamos, Emma, solo queremos saber que estás bien. Scott no nos dirá por qué no estás en la escuela o por qué no podemos verte.

Me cansé de sus gritos, así que arrojé mi juguete a un lado y me dirigí furiosamente a la puerta principal. La abrí de un tirón y miré a los dos chicos.

—¡Estoy bien!

Al principio se sorprendieron, pero luego sus expresiones cambiaron. Sus ojos destellaron a ámbar antes de avanzar y atrapar mi cuerpo entre ellos. Iba a alejarlos cuando Liam comenzó a besarme el pecho y Theo comenzó a besarme el cuello. Cedí a su toque de inmediato y supieron que era suya.

Theo agarró el escote de mi camisa y Liam agarró el dobladillo, juntos la rasgaron en dos. Los labios de Liam fueron directamente a mis pechos expuestos. Su lengua lamió mi pezón mientras su mano apretaba mi otro seno.

Theo dejó que su mano se metiera en mi falda, dejando que sus dedos rozaran mi coño. Gemí en voz alta y estaba lista para decirles que se salieran con la suya cuando sentí una brisa fresca contra mi piel caliente.

—Mi habitación, deberíamos ir a mi habitación.

Liam pateó la puerta de mi casa para cerrarla y los dos chicos me siguieron escaleras arriba.

Una vez que llegamos a mi habitación, me empujaron a la cama y Theo estaba encima de mí. Abrió mis piernas con las rodillas y metió dos dedos dentro de mí. —Tan mojada, bebé —Ronroneó en mi oído mientras comenzaba a tocarme.

Liam gruñó y apartó a Theo de mí, gemí por la pérdida de contacto.

—Chicos, no peleen, la última vez que lo comprobé podía llevarlos a los dos —Mis palabras tenían un doble sentido y los chicos lo sabían. Liam y Theo gruñeron, el olor de su excitación crecía.

Theo me sonrió y me levantó, rasgando mi falda y arrojándola a un lado. Me besó bruscamente. —Manos y rodillas bebé —Me levantó y me colocó en la cama, me puse de rodillas y manos frente a Theo. Caminó hacia mí y me agarró la mandíbula—. Abre —Lo miré mientras abría la boca, sacando la lengua un poco. Theo envolvió su mano alrededor de la base de su polla y tocó mi lengua con ella antes de deslizarla dentro de mi boca.

Recogió mi cabello en una cola de caballo improvisada, usándola para mantener mi cabeza en su lugar mientras follaba mi boca.

Liam se subió a la cama detrás de mí, frotando mi núcleo dolorido con los dedos. Theo empujó su polla lo más profundo que pudo causando que me ahogara. Saqué a Theo, gimiendo en voz alta cuando sentí que la lengua de Liam comenzaba a lamer mi clítoris. Theo empujó su polla de vuelta a mi boca, follando mi garganta en carne viva. Liam comenzó a follarme con la lengua mientras frotaba mi clítoris con dos dedos.

Fue la mayor atención que he recibido desde que comenzó mi celo. Todos mis sentidos estaban en lo alto haciendo temblar mi cuerpo.

—Creo que se va a correr, Liam —Theo sonrió mientras me sostenía en el lugar, empujando su polla hasta el fondo de mi garganta. Empecé a tener arcadas haciéndolo gemir.

Liam se colocó detrás de mí y alineó su polla con mi entrada. Lo empujé cuando deslizó su pene dentro de mí. Liam agarró mis caderas, podía sentir sus garras clavándose en mis caderas, mientras comenzaba a empujar.

Theo salió y miró a Liam. —Deja que te monte.

Liam gruñó, no le gustaba que Theo le dijera qué hacer.

—Déjame montar tu polla Liam —Gemí mientras me sentaba sobre mis rodillas.

Besó mi cuello antes de acostarse en mi cama, Theo me hizo un gesto para que me diera la vuelta y mirara a Liam. Hice lo que me dijo antes de sentarme a horcajadas sobre Liam y deslizar su polla dentro de mí.

Antes de que pudiera empezar a saltar, Theo me empujó hacia abajo y alineó su polla. —Dijiste que podrías llevarnos a los dos. ¿Estabas mintiendo, bebé? —Negué con la cabeza lista para rogarle que me follara—. Vamos a ver eso.

Empujó su polla dentro de mí lentamente, estirándome más que nunca.

Arañé mi cama, gruñendo de puro placer. —¡Mierda! —Ambos chicos comenzaron a empujar al mismo tiempo, sujetándome entre ellos. Me tomó cada onza de control que tenía para evitar hacer trizas mi cama—. ¡Mierda Theo, mierda santa Liam! —Sus embestidas se aceleraron, Theo se estrelló contra mí haciendo que mi cama se balanceara.

Mi cuerpo se tensó cuando sentí crecer mi orgasmo.

Theo agarró mi cabello y tiró de mi cabeza hacia atrás. —¿Te vas a correr bebé? —Gruñí un sí mientras clavaba mis garras en mi colchón—. No lo creo bebé. No a menos que yo lo diga.

Mis colmillos se mostraron mientras le gruñía a Theo. Liam alcanzó entre nuestros cuerpos y comenzó a frotar mi clítoris. —Puedes soportarlo, bebé —Ahora Liam estaba dominando. Necesité todo mi poder para contener mi clímax, mis garras estaban enterradas profundamente en la espuma viscoelástica de mi cama, mis ojos eran dorados y mis colmillos estaban al descubierto.

Theo comenzó a empujar más rápido cuando Liam comenzó a golpearme. —¿Quieres correrte, no es así, bebé? —Theo gruñó en mi oído.

¡Mierda! ¿Puedo correrme por favor? —No quería rogar a Theo, pero necesitaba correrme y no me estaban dando lo que necesitaba.

—Sigue rogando y tal vez te deje —Ambos chicos comenzaron a ralentizar sus movimientos haciéndome gemir.

—Por favor, Theo, ¿déjame correrme? Quiero correrme tanto. ¡Joder, bebé, déjame correrme! —Gruñí en voz alta justo cuando ambos comenzaron a chocar contra mí.

Mi orgasmo me golpeó fuerte haciéndome ver colores. Mi coño se apretó alrededor de sus pollas haciéndolas correrse conmigo.

Theo y Liam rugieron antes de hundir sus dientes en mi cuello. Siguieron empujando lentamente, montando sus orgasmos. Cuando se calmaron me soltaron el cuello. Theo salió de mí antes de acostarse junto a Liam, rodé fuera de Liam y me acosté entre los dos chicos.

—¡Por el amor de Dios! ¡Dime que ninguno de los dos la mordió! —Scott rugió desde mi puerta.