𝐑𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌

Derek Hale

—Oye, Amber ¿Quizás quieres ir a cenar conmigo? —preguntó Derek. Te había estado siguiendo mucho últimamente y actualmente te estaba siguiendo por tu apartamento mientras tirabas ropa y zapatos, tratando de arreglarte.

—¿Cuándo, Derek? —Preguntaste mientras lanzabas otro zapato detrás de ti, Derek lo esquivó con cautela.

—¿Esta noche? —Sugirió y te reíste.

—No puedo esta noche, ¿has oído algo de lo que te he dicho la última hora? —Te reíste—. Voy a salir con Stiles y Scott esta noche.

—¿Pero por qué? —preguntó, en realidad sonando ofendido.

—Bueno, porque alguien que Scott acaba de convertir se está volviendo loca, así que me pidieron que la ayudara a localizarla y calmarla; ya sabes, porque soy buena en eso —Le asentiste con la cabeza—. Ahora, ¿has visto mis tenis? —Él asintió y señaló dónde estaban acostados debajo del sofá. Le diste las gracias antes de ponerte tu gran sudadera con capucha negra sobre tus mallas negras y tu camiseta sin mangas. Después de atarte los zapatos, intentaste salir por la puerta con las llaves y el teléfono en la mano cuando Derek se paró frente a ti.

—Derek —te reíste—, ¿puedes moverte?

—¿Puedo ir contigo? —Gruñó.

—Sabes que eso no depende de mí. Tendrías que preguntarle a Scott —le rodeaste el torso con los brazos y le diste un abrazo—. Ahora, tengo que irme. Puedes esperarme aquí o esperar en tu casa. Si quieres que nos veamos en tu casa, envíame un mensaje de texto y vendré cuando termine.

—¿Lo prometes? —Te miró con esos ojos de cachorro en los que era tan bueno y no pudiste evitar apretar sus mejillas.

—Te lo prometo —te escabulliste a su alrededor y abriste la puerta.

—Por favor, ten cuidado... —Lo escuchaste murmurar y decidiste no comentarlo mientras te dirigías al jeep de Stiles que estaba estacionado al pie de las escaleras.

[...]

Derek, por supuesto, los había seguido al club de baile donde se había escapado su nuevo miembro de la manada. Recientemente descubrió que eras su ancla y no estaba dispuesto a dejarte ir a hacer cosas peligrosas sin él allí para asegurarse de que estabas a salvo. Entonces, se sentó en la oscuridad mientras te observaba tratando de encontrar a la niña desaparecida. También escuchó los latidos de tu corazón cuando la encontraste y estabas tratando de calmarla. La chica, extrañamente, todavía estaba asustada; lo cual fue extraño para todos porque tu pequeño regalo especial parecía ayudar a los nuevos hombres lobo a calmarse y aceptar lo que les había sucedido.

Sin embargo, Derek sabía que algo iba a pasar y se había bajado del auto. Todos ustedes lo miraron y él corrió hacia ustedes mientras se alejaban de la chica. Scott no estaba seguro de qué hacer; él era un nuevo alfa y todo para que nadie lo culpara. Cuando Derek te alcanzó, se paró frente a ti y sus ojos se pusieron rojos mientras le gruñía a la chica. Ella gimió y se encogió hacia Scott.

—¿Estás bien? —Se giró para mirarte, sus ojos aún estaban rojos.

—¿Qué haces aquí, Derek? —exigiste. Él se estremeció ante tu tono ligeramente enojado.

—Yo, um, tenía el presentimiento de que algo iba a pasar, así que te seguí por si acaso... —Murmuró mientras miraba hacia el suelo. Scott y Stiles miraron entre ustedes dos, sin creer cómo el gran alfa malo estaba actuando como un cachorro nervioso a tu alrededor. Negaste con la cabeza y fuiste a regañarlo cuando Stiles habló.

—¿Quién eres y qué has hecho con Derek? —Scott trató de taparse la boca con una mano y terminó arrastrándolo de regreso al jeep cuando Derek les lanzó una mirada mortal y un gruñido a juego.