James Potter [+18]

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Los otros estudiantes que estaban a tu alrededor gritaron cuando James se inclinó para besarte, con las manos cubriendo casi todo tu rostro. Te reíste contra sus labios y lo sentiste sonreír de vuelta, el olor a cerveza de mantequilla en su aliento mezclándose con el tuyo.

Rompiste el beso primero y lo viste levantarse a su altura habitual por encima de ti. -¿Quieres ir arriba? -Preguntaste en voz baja, de repente sintiéndote bastante valiente.

Habías tenido relaciones sexuales antes, no con James, sino con tu primer novio hace mucho tiempo. No había sido nada que hubieras pensado que querrías volver a querer, pero recientemente te habías sentido mucho más unida a tu actual novio y ahora, justo después de que él había llevado al equipo de Gryffindor a la victoria una vez más, se sentía como el momento correcto. A pesar de la amabilidad de James y lo gentil que fue contigo, también sentiste emoción cuando te dio sus raras muestras de dominio, como cuando te regañó por beber demasiado café por la noche, o cuán posesivo se ponía cuando otros chicos coquetearon contigo.

-¿En este momento? -Levantó las cejas-. ¿Estás bien?

-Más que bien. Quiero... -Te callaste, volviéndote tímida-. Um. Quiero tener sexo contigo -Murmuraste, tan rápido que nadie más pudo captarlo. Fue una suerte que James siempre prestara tanta atención a lo que decías, o se lo habría perdido, pero escuchó. Una lenta sonrisa se extendió por sus hermosos rasgos, haciendo que las comisuras de sus ojos se arrugaran.

-¿Lo haces?

-Mhm. Ahora -Jugueteaste con el dobladillo de tu falda, parpadeando nerviosamente hacia el suelo. James se puso en cuclillas, su cabeza justo debajo de la tuya incluso cuando sus piernas estaban dobladas.

-¿Cuánto has tenido que beber, bebé? -Preguntó. Frunciste las cejas.

-¿Por qué eso importa? -No te perdiste la forma en que apretó la mandíbula, tratando de enmascarar la frustración que sintió por tu respuesta. Extrañamente, te excitó-. No he tenido que beber mucho, lo prometo. Sólo una taza de cerveza de mantequilla.

Cualquier tensión en su rostro desapareció, la brillante sonrisa que tanto adorabas apareció una vez más. -Perfecto. Muy bien, ¿quieres ir arriba?

-No es como si quisiera hacerlo aquí abajo, ¿verdad? -Rodaste los ojos, riendo cuando James te empujó en el costado y se levantó de nuevo, dejándote a la altura de su musculoso pecho.

Tomó tu mano, empequeñeciéndola con la suya, y te condujo hacia su dormitorio.

Una vez dentro, cerró la puerta, silenciando la charla y la música de abajo.

-¿Todavía estás segura de esto? -Dijo, obviamente intentando enmascarar su emoción.

-Sí, definitivamente estoy segura -Sonreíste, caminando hacia su cama y sentándote en ella-. Um -Esta parte era una en la que habías pensado un poco, pero de alguna manera cada idea de lo que sucedería se convirtió en papilla tan pronto como James se quitó la parte superior.

Sabías que era guapo, joder, todos lo sabían, pero al mirar sus hombros anchos y musculosos y el cálido bronceado de sus abdominales, te sentías considerablemente más sin aliento de lo que habías imaginado. Arrojó su camiseta de Quidditch en un cesto de ropa sucia y se rió de tu expresión, flexionando sus brazos en broma.

-James -Dijiste, medio riendo-. Por favor, sé serio.

Levantó las cejas. -¿Qué, quieres que vaya a buscarlo?

-¡Vamos! Quiero que seas un James grande y dominante, no... -Al darte cuenta de lo que habías dicho, toda tu cara se calentó y los ojos se abrieron como platos-. Quiero decir-

𝐑𝐀𝐍𝐃𝐎𝐌Donde viven las historias. Descúbrelo ahora