Capítulo 19: La llegada de las tinieblas

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Larbus continuaba guiando al grupo a través de las colinas que anticipaban las grandes montañas de la región. Por detrás, seguían la misma estructura para garantizar la seguridad del conjunto, pero con los sentidos aún más agudizados que nunca, más con las advertencias dadas por el anciano estando entre ellas la posibilidad de que existiera algún enemigo oculto entre los matorrales o tras aquellas imponentes rocas. Pese a ello, lo único que Jacais podía ver era tan sólo pájaros. Aquellos animales tan solo se limitaban a echarles un vistazo con aquellos elegantes ojos verdes que se contraponían por completo con su plumaje negro como la noche. Al ser vistos, se volvían a introducir entre las ramas.

- Qué pájaros más bonitos. – Comentó Carls conforme al paso del grupo. - ¿Alguien sabe como se llaman? – Nadie respondió, fuera por desconocimiento, o para no perder la concentración. Aún quedaba trecho para alcanzar la Fortaleza del Norte y debían de buscar refugio. Se supone que ya tendrían que haberse encontrado con el Gran General Nelga, pero por el momento no había señal alguna del pelotón. De repente, Larbus se detuvo y se ocultó en un pedrusco. Al frente, una explanada en la que destacaba una caverna, y frente a ella un grupo de soldados.

- Son de los nuestros, ¿no? – Preguntó, y en cierta parte asumió, Vikslav.

- Eso parece. Vamos. – Replicó Larbus que aún desconfiado desenvainó su catana. – Iremos como hemos venido. Mantened la distancia y prestad mucha más atención a vuestras direcciones. – Los jóvenes asistieron con firmeza hasta ser visto por los soldados que se levantaron con arma en mano.

- ¡Alto ahí en nombre del Gran General Nelga! - Exclamó uno de ellos. El asesor surgió de la caverna y distinguió al grupo.

- Déjales pasar. – Interrumpió extendiendo el brazo hacia el soldado. – Buen trabajo dando la voz de alarma, pero no te preocupes, son de los nuestros. – Bajó el brazo y se acercó hacia Larbus. – Lady Zalamatrusta nos informó de vuestra llegada. Hemos hecho unos preparativos para que renovéis vuestras provisiones.

- Ya me imaginaba que sabíais nuestra llegada. – Interrumpió malhumorado el anciano. – No obstante, – Guardó su catana al ver que el lugar era seguro. – el punto de encuentro era la región boscosa y no ésta. – El asistente guardó silencio, pero al ver el gesto de Larbus decidió intervenir.

- Esto ya es asunto del Gran General. Hablemos con él. Seguro que se trata de un malentendido. - Sugirió el asesor, invitando al grupo a entrar en la caverna que habían ocupado como cuartel de operaciones.

- De un malentendido que casi nos deja sin provisiones en medio de una guerra. – Enfatizó molesto bajo las miradas del resto de asistentes. – Si llega a pasar algo a alguno de estos chicos, tendría más de una palabra que decirle al irresponsable del "Gran General". – Nada tuvo que añadir el receptor de aquel contundente mensaje, puesto que reconocía que llevaba gran parte de verdad. Reiteró la invitación al grupo y juntos entraron en la caverna.

- Esta cueva, pese a aparecer en los mapas, no tiene nombre asociado por ninguna de las localidades cercanas. Posee en total tres entradas, siendo esta la única que apunta al sur. Las otras dos se dirigen al norte. No obstante, hay que coger la más estrecha puesto que conduce a un camino que a la larga es más sencillo para alcanzar la Fortaleza del Norte. Lugar al que nosotros, en teoría, estamos autorizados a acompañarlos, salvo supuesto de urgencia y extrema necesidad. – Narraba el asesor mientras descendía con el grupo por la amplia y extensa caverna. Jacais contemplaba el techo con cierto asombro. No era para nada parecida a las que albergaban las esferas elementales, ésta en concreto se dividía en pasillos más pequeños que surgían a partir del que recorrían. Llegaron hasta una gran sala de piedra en la que destacaban tres grandes estalactitas y el origen de muchos más pasillos, pero no sería el turno de recorrerlos. En esa misma sala estaba el campamento montado de improviso por Nelga que les estaba esperando.

Kasuta || La tierra jamás fundadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora