Durante días no supo nada de él. Por momentos tenía la necesidad de regresar a ese hospital e ir a visitarlo, pero su valentía se desvanecía cuando recordaba la sensación horrible de ese día tormentoso. No quería pasar por lo mismo y entre más alejado estuviese de él sería mejor. La madre de Jungkook, había llamado al colegio para informar que ese precioso azabache no asistiría por unos días, que se encontraba muy bien de salud, pero que necesitaba guardar reposo. Los días pasaban y su impaciente corazón anhelaba verlo, no podía controlar aquello que él solo permitió. Amaba a ese chico, ¿cuánto tiempo necesitaba para abrir los ojos? No lo había visitado y tampoco respondió a sus constantes mensajes y llamada hasta que ese lunes por la mañana dejaron de llegar, justo el día en el que había escuchado a Bogum contarle a su abuelo que ya tendrían los resultados de los análisis de Jungkook. Por fin la semana había pasado y ese fin de semana fue el más largo de todos. Había pasado una semana desde que conoció a Jungkook, parecían meses, había pasado un fin de semana alejado de su lado, después de accidente, parecía un año. Una semana bastó para tanto y a él, solo le bastaba con saber que su azabache estaba bien. No le molestaba la extraña cercanía de Bogum hacia Jungkook, de hecho, agradecería que ellos desarrollan algo, así todo sería más fácil. Tampoco le molestaba sentarse solo en clases, permanecer solo en su mansión y aburrirse en su miseria, no importaba en absoluto su Jungkook estaba vivo y a salvo, lejos de la maldición de los Kim.
Los días siguieron su curso y ni un solo mensaje había llegado, el abuelo ya no tocaba el tema de Jungkook y Bogum solo paraba en casa para comer y bañarse para luego regresar al hospital. Nadie la decía nada y él tampoco quería preguntar a pesar de que la curiosidad se estuviese apoderando de él. En el colegio había muchos cambios, los profesores solían descuidarlos demasiado tiempo porque ya no tenían motivación en el curso. Los chicos se habían vuelto rebeldes y ruidosos, otros intentaban tomar el lugar de Jungkook. Taehyung había pasado a ser el raro del salón y uno que otro había intentado aprovecharse de él, pero nada es fácil en esta vida y menos golpearlo a él. Su abuelo había continuado con la beneficencia y solía pasar más tiempo fuera de casa. La vida se sentía como pasar la hoja de un libro, tan rápido, tan extraño que como un salto en el tiempo pronto le llegó la noticia de que Jungkkook regresaría al colegio y que Bogum también lo haría, él no tenía por qué estar con Jungkook, es solo que decidió estarlo. Un mes había pasado, de a poco esa semana de reposo se fue alargando y solo se sabía lo que la madre del pelinegro informaba a las autoridades, que Jeon estaba bajo tratamiento por una pequeña complicación. La noticia de su regreso avivó a todos, no se hablaban de otra cosa que no fuese su regreso, los profesores no hacían más que ensayar bienvenidas y preparar un recibimiento sorpresa. El día se había alborotado por completo, los corredores estaban adornados con frases de aliento, de bienvenida. Le parecía absurdo tanta pretenciosidad para con un estudiante, todos hablaban de cómo conocieron a Jeon, de los momentos que compartieron y de las veces que fueron a visitarle al hospital, todos se sentían tan cercanos a él y alardeaban de ello. Eran unos hipócritas mentirosos, nadie podría conocerlo tanto como él lo hacía, nadie jamás sería visto con la mirada con la que dulcemente Jungkook lo miraba a él. Él era suyo, lo sabía mejor que nadie, a pesar de la lejanía aun lo sentía suyo, los demás solo eran parlanchines que no hacían más que llamar la atención y causar escandalosas bienvenidas porque solo eso sabían hacer. Así que, perdido en tanto ridiculez, se había encerrado en la biblioteca, para fumar, pensando en que le daba igual, intentando engañar a su corazón. Lo cierto tenía contado el tiempo lejos de Jungkook, y no fue exactamente un mes, fueron 26 días, 26 noches y 26 días en los cuales Jungkook estuvo alejado de su vida. No le importaba en absoluto, no lo vería, le daba igual, tanto como él, quien no volvió a escribirle, ni tampoco a llamarle. De un momento para el otro se habían convertido en unos extraños y él estaba bien con ello.
- ¡JUNGKOOK ESTA AQUÍ!
Su corazón se aceleró, no sabía que fuese posible bombear así de raído tanto sangre, sus manos inconscientemente comenzaron a sudar y de repente sintió que su escondite no era tan seguro como minutos atrás lo sintió. Inconscientemente comenzó a tiritar, necesitaba salir de allí, no se sentía seguro. Como si sus pies hicieran caso omiso a su raciocinio lo guiaron hacia el escándalo. Ahí estaba él, tan hermoso como siempre, su mirada dulce se cruzó con la suya y de pronto su sonrisa cayó, como la hizo la de Jin y Bogum, quienes estaban cuidándolo de la multitud. Quiso avanzar hacia él, no le importaba nada, no cuando pasó casi un mes sin poder sacarlo de su cabeza, pero Jungkook bajó la mirada y giró sobre sus pasos, lo ignoró y continúo celebrando con los demás. Le dolió, pero no se dejaría, se volteó y salió de allí. Él jamás sabrá que su pelinegro regresó su vista hacia él, anhelándolo, queriendo abrazarlo y decirle que el único motivo por el que regresó era él. Y a veces la vida es cruel, porque frente a la multitud y en contra de su propia voluntad se obligó a quemar esa necesidad de correr hacía él, de fundirlo en un abrazo eterno, de no soltarlo, de besarlo y saciar esa angustia de su corazón porque solo existía una cosa que deseaba Jungkook y era ese chico y el tiempo a su lado y lamentablemente los estaba perdiendo a ambos.
- Vamos Jungkook, no puedes hacer demasiado esfuerzo.
- Él se fue.
- ¿Acaso permitirías que se acercase a ti?
Para Bogum, caer en esta situación fue la tragedia más grande de su vida. No podía existir tanto dolor en el mundo. Admiraba la valentía y el inmenso corazón de Jungkook, él no podría vivir en su pellejo y pensó en lo desagradecidas que son las personas, en lo pretensiosas que son aquellas preocupadas por el valor y la calidad de sus prendas o por cuan bonito o feo es su cuerpo, cuando hay otras que mueren de hambre o luchan por vivir un día más de su vida. Jeon Jungkook era su inspiración, pero también era su peor pesadilla porque si él se va se rompería y no podría mantenerse fuerte para Taehyung y, por primera vez, él quería estar para su mejor amigo, apoyarlo, hacerle ver que en medio de tanta tragedia no estaba solo, que él siempre estará para él y que por eso no permitiría que Jungkook muriese. Lo cuidaría muy bien, como si fuese su más preciado tesoro. Jungkook no podía morir, no podía, porque Taehyung moriría a su lado, estaba seguro de ello.
- ¿No sirvió de nada verdad?
- No, no importa cuan alejado esté de él, lo amo como si fuese el primer día y sé que el igual. Ahora sé que la distancia no hará que deje de amarlo, que lo olvide, que me quite este deseo de permanecer a su lado.
- Sé que lo prometí, pero... ¿No será mejor que se lo digas Jungkook?
- Tengo miedo Bogum, tengo miedo de lastimarlo, de que él piense que es por su culpa, no quiero ser yo quien cause tanto dolor cuando lo único que me prometí fue salvarlo, sacarlo de esa oscuridad. No quiero hacerle esto, por qué a mí, por qué, ¿por qué la vida tiene que ser tan injusta? ¿por qué a nosotros? ¿por qué me dio esta carga tan pesada si yo nunca hice nada malo? No pido mucho, solo permanecer a su lado, mantenerme vivo para él, pero... es imposible.
¡NEW CHAPTER!
No sé si estoy lista para lo que se viene, la verdad es que a veces odio ser tan trágica, pero es que está en mi naturaleza. Espero lo disfruten.
BORAHAE PURPLE U.🥀
TAELLIKOOK.
ESTÁS LEYENDO
STAY ALIVE/KOOKV
FanfictionJeon Jungkook solo era un niño, un niño que se subió a una rueda de la fortuna y el azar decidió su fortuna. Taehyung, decidió acompañarlo. Kim Taehyung, era un rubio de ojos azules y el chico de capuchas. Él, parecía locomotora que expulsaba humo...