🎶🎧
Reproduzcan la canción, por favor.
Mis ojos se mantenían cerrados, mis manos apretaban su mano con fuerza, podía sentir su fría piel, tan helada como el crudo invierno. No pude sentir su respiración, solo podía escuchar la mía moviéndose al unisonó con mi pecho que se exigía por mantener un poco de oxígeno en los pulmones. Una angustia, invadió mi pecho, era como una necedad de no querer aceptar algo que me parecía completamente doloroso, algo que consumió mi vida.
Él, comenzó a silbar una melodía que conocía mejor que nadie y sentí que el pecho se me iba a salir.
- Abre los ojos Jungkook.
- ¡NO! ¡NO TE DEJARÉ IR TAEHYUNG! - Mis palabras salieron como un lamento ahogado y débil, sin vida.
- ¿Entiendes que no puedo permanecer toda una vida a tu lado?
- Yo no... lo siento, lo siento tanto, perdóname por ser egoísta, pero no puedo. No te dejaré morir, no de nuevo.
- Te perdoné, ese mismo día. ¿Te acuerdas de la leyenda?
- Tae, por favor, por favor no lo hagas.
- Recuerdo muy bien ese día, era un 26 de enero del año 2006, un niño pequeño acompañado por su abuelo, su mejor amigo y su niñera, visitó el parque de diversiones más grande de Seúl. Ese pequeño, días atrás, había perdido a su hermana mayor en un suicidio lleno de mentiras y oscuros secretos. Era un día triste, había nubes oscuras en el cielo. Nuestros días siempre fueron así, ¿O no, Jungkook?
- ¡BASTA, BASTA! ¡NO SIGAS POR FAVOR! - Me había tapado mis oídos intentando inútilmente no escuchar lo que él, con tanta seriedad decía.
- Ese pequeño, siempre tuvo a su lado a un niño de ojos oscuros como la noche y el cabello azabache. Eran inseparables, nadie jamás pondría en duda que ellos eran los mejores amigos del mundo. Ese lindo azabache, de ojos tiernos y rosados cachetes, había acompañado al pequeño de rizos rubios y ojos azules cuando su hermana murió, estuvo en su funeral, tomando su mano cuando las lagrimas cayeron, cuando sus padres hicieron como si el no existiera.
- Por favor Taehyung, por favor no sigas. – Mi voz se había quebrado, el dolor que sentía en el pecho era insoportable, era peor que morir.
- El pequeño había estado llorando solo detrás de una carpa de payasos, porque extrañaba a su hermana y el azabache lo encontró y le regaló su paleta. Las lagrimas tuvieron un motivo, y ese motivo era simple; el pequeño ya no tendría una hermana mayor que lo protegiera y el niño de oscuros cabellos lo calmó prometiéndole que seria él, quien lo protegería, y propuso dar una vuelta en la ruleta de la fortuna.
- ¡BASTA, NO QUIERO! ¡NO QUIERO ESCUCHAR! - Un dolor de cabeza insoportable se apoderó de mi ser, las lagrimas quemaban como si fuese fuego vivo y sus palabras parecían navajas insertándose en mi piel.
- Mira Jungkook, estamos aquí, justo en lo alto. ¿Recuerdas como nos escabullimos entre medio de la seguridad y terminamos aquí, justo un día como hoy, 26 de enero?
- NO, POR FAVOR, ¡NO LO HAGAS! ¡NO SIGAS!
- Abre tus ojos Jungkook, mírame. Estoy aquí, no tienes que temer. – Lentamente abrí mis ojos, con lágrimas rodando por mis mejillas y lo vi, mi Taehyung, mi hermoso Taehyung estaba allí, a mi lado, sonriéndome como siempre, con sus hermosos ojos celestes y su rubio cabello. Él desvió la vista hacia el frente y... mi corazón dio un brinco, un pequeño con el mismo color de ojos y cabello, con su capucha roja, sus pantalones negros y una paleta de colores en su mano me observaba. Gemí ahogándome en el dolor. Sentí que moriría.
- Nos subimos justo aquí, ¿Lo recuerdas? Éramos niños, no sabíamos que una vez que subes a la ruleta no sabes cuál es tu destino hasta que las vueltas de la vida te dejan varado en el vaivén del azar y el destino. Cuando subimos, la ruleta giró, giró y giró y las cartas se tiraron al azar. Tenia que ser yo ¿verdad? - Vi su rostro, vi dolor en ellos, vi lagrimas caer, vi su vida desvanecerse, lo vi morir.
- No Tae, tú no... yo no debí, yo...
- Tenias que protegerme, pero eras un niño Jungkook, no podrías saber que la ruleta se movería bruscamente y que yo saldría despedido con ella.
- No, no, no tú... tú estás aquí, conmigo.
- Era demasiado alto, había mucha sangre a mi alrededor, mi abuelo lloraba y las personas rodearon mi pequeño cuerpo. Te vi Jungkook, mis ojos miraron al cielo y te vi, aquí en lo alto, con tus ojos horrorizados y las pequeñas lagrimas corriendo por tus mejillas. Te vi y fue la ultima vez que lo hice con vida.
- ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhh! – Un grito de dolor inundó el desolado lugar y caí en el piso, destruido. Miré al pequeño niño que me miraba, me arrodillé frente a él e hice lo que solo un cobarde puede hacer, pedir perdón. – Lo siento, de verdad lo siento.
- Es hora de que nos dejes ir.
- No, no puedo. Yo... yo tenia que protegerte y no pude hacerlo, no puedo. – No podría explicar el dolor punzante que se apoderó de todo mi pecho, garganta y la debilidad de mi cuerpo.
- Te estas muriendo, tienes que dejarme ir, para que ambos podamos descansar en paz. Entre más alargues esto, más cruel será la agonía.
- Yo... debí de ser yo quien muriese ese día, mírame soy patético, sobreviví solo para morir miserablemente.
- Viviste una vida grandiosa, Jungkook. Tienes personas que te aman y habilidades increíbles, viviste y aprovechaste una vida que yo... yo jamás podría haber vivido.
- No, no podría vivir una vida feliz si tu no lo hiciste, no podría. No sin ti. – Él me miraba con lastima en sus ojos, con dolor y lagrimas incesantes, miraba a la persona que fue tan cobarde de mantenerlo vivo en su mente, en su vida, como un recuerdo, como una ilusión.
- ¡JUNGKOOK!
Solo escuché una lejana voz que me llamaba, pero para ese punto lo único que sentía mi cuerpo, era dolor y con él me fui desvaneciendo hasta que mis ojos se cerraron por completo. No sin antes, ver al pequeño sentado frente de mí, con sus ojitos lagrimosos y a Taehyung, mi Taehyung. No llores cariño, estamos bien, estaremos bien.
Solo, mantente vivo, vive a mi lado, que vivir sin ti es como morir en vida.
UN FINAL, ESO ES, ES EL FINAL.
¿Se lo esperaban? Yo solo... no paro de llorar.
BORAHAE PURPLE U.
TAELLIKOOK. 🥀
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STAY ALIVE/KOOKV
FanfictionJeon Jungkook solo era un niño, un niño que se subió a una rueda de la fortuna y el azar decidió su fortuna. Taehyung, decidió acompañarlo. Kim Taehyung, era un rubio de ojos azules y el chico de capuchas. Él, parecía locomotora que expulsaba humo...