Jungkook, un apuesto ingeniero, soltero, maduro y sobre todo idealista, sueña con su chico ideal, está seguro que el hombre de sus sueños está en alguna parte esperando ansiosos por él hasta que se topa con la personificación de su persona soñada a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
"Estrecha cuerda es la que separa la casualidad del destino."
Dos semanas transcurrieron.
Nada fuera de lo común para ambos, cada quien siguió con su vida, no hubo encuentros en el metro ni siquiera por casualidad, tampoco se toparon por sorpresa en alguna calle transitada de esa enorme cuidad.
Viernes 6:00 pm, Jimin tenia el maldito turno de 12 horas, por supuesto el restaurante estaba totalmente lleno.
El rubio reviso el tablero de información que tenian en la cocina, había una reserva para 6, un cumpleaños, estaba marcado como "especial", en ese momento entro Charlie, dando instrucciones -vociferando- de tener listo el pastel helado de pistachos y café uno increíble que preparaba el chef Min, era una sorpresa para la hora del postre, la reserva estaba marcada para las 8:00 pm, ojala fuera una familia amable y dejaran buena propina, tenia que comprar un disfraz para una obra escolar de Soobin, tenia muchos gastos, no queria pedirle a sus padres de nuevo, era muy vergonzoso.
Ayudo a Yoongi hasta que el reloj marco las 7:55 pm, cambio su delantal, coloco su corbata, al salir de la cocina vio entrar a un pequeño grupo de personas, vaya con la genetica de esa familia, eran tan bien parecidos,debían ser las personas que atendería esa noche.
Charlie detuvo su andar cuando se dirigia a la mesa y le dijo que el, seria el que los reciba y atienda.
—Regresa a la cocina Park, yo los atenderé.
Jimin no entendía porque de repente quería atenderlos, nunca lo hacia, hasta que vio detrás de los comensales a las dos jovenes que venian en el grupo.
Cerdo morboso, eso era el maldito de su jefe, el se quedaria sin propina esa noche y Binnie sin su disfraz -por el momento-, tenía tanta rabia acumulada hacía ese tipo, no era una niñita quejandose por todo, pero estaba realmente cansado de él.
Volvió a la cocina sin chistar.
—¿En que lo ayudó chef?, le pregunto a Yoongi tratando de poner su mejor cara, si se trataba de fungir estar bien, Jimin era un experto.
Pero las lagrimas cobardes no tardaron en desbordarse, el joven mesero se sentí tan frustrado.
El chef Min apago la sartén para evitar que el salmón se carbonice y poner toda su atención en el muchacho roto frente a él. —¿Que te hizo Charlie ahora pimpollo ?,
Yoongi estaba harto también, siempre se metía con los meseros porque sabía que ninguno se atrevía a contestarle como merecía.
Jimin sorbió su nariz tratando de encontrar su voz.—Me quito el último servicio que tenia está noche Chef, tengo que comprar algo para Binnie, algo de la escuela.
