Jungkook, un apuesto ingeniero, soltero, maduro y sobre todo idealista, sueña con su chico ideal, está seguro que el hombre de sus sueños está en alguna parte esperando ansiosos por él hasta que se topa con la personificación de su persona soñada a...
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"Entender a quien amas es la base científica del amor, lo hace más real y mucho más profundo".
¿Tristeza?, ¿Decepción?, ¿Dolor? Jungkook no sabía cómo describir el sentimiento que punzaba su pecho en ese momento, tras cerrar la puerta de su casa, la casa donde creció, donde fue criado con amor, el rostro de la mujer que le había inculcado la igualdad y el respeto ahora era una perfecta desconocida.
Salió de casa sin pensarlo, en pantuflas, un delgado suéter y un cómodo pantalón de chándal, estaban a 7 grados y el frío bajo sus pies no pudo importar menos.
Con mil cosas rondando en su mente subió a su auto encendió la calefacción y fue en busca de la única persona capaz de matar sus demonios, Jimin.
***
Cuando Jungkook aparco en la calle trasera del trabajo de su novio, soltó un suspiró sonoro, su reflejo en el espejo retrovisor no era para nada agradable, se veía falta, su impecable apariencia no importaba ahora, cuando vislumbró la es esbelta figura de Jimin caminando a través de la calle hacia el salió del auto y lo abrazó a mitad de camino como si estuviera a punto de romperse, pegándolo a su cuerpo sin dejar espacio entre los dos. —Solo abrázame, no me preguntes nada cariño, quedémonos así solo un momento, por favor, —susurró al oído de Jimin quien entiendo dejándolo hacer lo que necesitaba en ese momento.
Pasaron los minutos y aunque habían subido al auto a regañadientes, el pelinegro volvió a abrazarlo pero no decía nada aún, ni una sola palabra salía de sus labios, Jimin solo sentía su hombro humedecerse con el pasar de los tortuosos minutos, Jungkook lo había llamado diciéndole que lo necesitaba, nada más, lleno de preocupación el rubio se animó a romper el silencio al fin. —Kook, dime que tienes por favor.
Jungkook limpio el rastro húmedo de lagrimas sobre su rostro con el filo de las mangas de su suéter, avergonzado mantenía la mirada en su regazo. —Lo siento cariño, disculpa por llamarte en este estado tan patético, pase por alto el tiempo.
Jimin lo interrumpió besando su sien. —Jungkook, cariño yo también he llorado delante de ti, somos una pareja, estamos para sostenernos el uno al otro ¿cierto?, no solo para pasarla bien.
El pelinegro vio la hora en el tablero de su auto, era tarde, todo estaba debía estar cerrado a esa hora, miro su ropa, ni siquiera había sacado un abrigo, era un desastre. —Las tiendas cerraron ya Jiminie, perdón.
Jimin negó, en lo último que podía pensar en ese momento era en los planes que tenían para la tarde, —Amor, ¿crees que eso no importa ahora?, ¿que te hizo salir de casa sin zapatos?, y con ropa tan fina, como podría pensar en hacer compras si me necesitas aquí a tu lado, no hay otro lugar donde deba estar justo ahora que no sea aquí, contigo, ¿saliste de casa así por algo grave?, puedes enfermarte mi vida, —Jimin dejo salir un suspiro cansado a la vez lleno de preocupación, —Kook por favor confía en mi, ¿que fue lo que paso?.
