Jungkook, un apuesto ingeniero, soltero, maduro y sobre todo idealista, sueña con su chico ideal, está seguro que el hombre de sus sueños está en alguna parte esperando ansiosos por él hasta que se topa con la personificación de su persona soñada a...
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"Que todas las noches sean noches de boda y que todas las lunas sean lunas de miel".
El lugar perfecto si existe y es cualquier lugar del mundo en donde Jimin este con él.
Esta vez llegaron a tiempo al aeropuerto, con su príncipe usando una camisa suya, se veía precioso, la ropa de Jimin empezaba a ajustar, admitía que verlo usando sus prendas lo ponía a mil, cosas de recién casados, es que cuando estás enamorado, simplemente no se puede ocultar, la sonrisa del rubio, cada expresión, sus manos juntas, todo era maravilloso a sus ojos, sobre todo ver el anillo de bodas adornando el dedo anular de su flamante esposo era tan satisfactorio, que Jungkook no podía evitar sonreír grande.
A su lado esperaban por abordar una familia, así se verían Jimin, él y sus hijos en un tiempo, quería viajar con Soobin, llevarlo a pescar, hacer todo lo que su papá y su abuelo hacían cuando el y Jin eran pequeños, el próximo viaje sería de cinco, definitivamente, quería recorrer el mundo con sus tres pequeños y su amado.
Sintió los labios de Jimin en su mejilla, sacándolo de sus pensamientos.—Nuestros pequeños van a estar así más rápido de lo que imaginas amor.
Dentro de 6 meses iban a vivir la aventura más caótica y hermosa del mundo, no estaba asustado o preocupado para nada, Jimin tenia experiencia, aunque él no, hacían un buen equipo juntos, podía enfrentar lo que sea de la mano de su esposo, junto a él, el infierno podía ser un campo de margaritas.
Aunque... ya no habría privacidad, besos sucios a toda hora, ni sexo cuando se les antoje, —No me dejaran estar a solas con su papi, mocosos malvados, —Miro con seriedad a Jimin haciéndolo reír. —Esto es serio amor no te rías, tenemos que aprovechar, imagina que no nos dejen dormir, entonces me saldrán arrugas, se me caerá el cabello, me dejarás por un joven estudiante de secundaria intercambio y con cabellera frondosa.
Jimin no pudo evitar soltar una fuerte carcajada. —Tonto, si llegas a quedar calvo, con un montón de arrugas, mi cielo, en 30 años te lo volveré a repetir, te veras igual de guapo ante mis ojos, siempre.
Ese era el hombre de su vida, lindo, sexy, adorable, todo un mundo que explorar en un cuerpo que adoraba.
Abordaron a tiempo su vuelo, el día hasta ahora era perfecto, sin inconvenientes, sin retrasos, sus bebés se estaban portándose bien, no hubo náuseas, mareos, ni dolores de cabeza, esto era vida.
Ya en sus asientos, calculo, 16 horas 23 minutos, ¿porque siempre volaba a distancias tan largas?.
Jimin miraba por la ventana como un niño ansioso por ver el avión despegar, era tan dulce, quería darle el mundo entero, con tal de conservar esa sonrisa, siempre, levantó el brazo móvil de su asiento acercándose al rubio pasó el brazo sobre su hombro.
—¿Estás cómodo bebé?
—No, estaría cómodo si viajara encima tuyo, tu cuerpo es mucho más comfortable que una cama.
