Jungkook, un apuesto ingeniero, soltero, maduro y sobre todo idealista, sueña con su chico ideal, está seguro que el hombre de sus sueños está en alguna parte esperando ansiosos por él hasta que se topa con la personificación de su persona soñada a...
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"Soy lo que has hecho de mí. Toma mis elogios, toma mi culpa, toma todo el éxito, toma el fracaso, en resumen, tómame."
Estaban aquí, Jimin no podía echar a correr ¿verdad?. —Kookie, ¿en serio debias venir conmigo?, no es el primer día en el jardín de niños, ¿sabias? podía hablar yo solo con la tia Soojin, —Jimin detuvo de golpe sus pasos encarando a Jungkook. —Que triste historia le contaste a la tía para que pensara en mi para este trabajo.
Jungkook sonrió sin remordimiento, alguno, había hablado con su padre buscando opciones para Jimin, por fortuna la tía Soojin necesitaba alguien que atienda su librería, Jungkook había mencionado que Jimin quería retomar sus estudios, le contó un poco las dificultades por las que habia pasado su novio y eso conmovió el dulce corazón de su amable tía, solo era un pequeño empujóncito. —Yo no tuve nada que ver, solo le dije que estabas planeando estudiar de nuevo, cambiar de trabajo y ella enloquecía, me pidió que te traiga porque pensó que eras perfecto para el puesto, eres excelente atendiendo al público y mucho más en matemáticas, lo he comprobado, además este trabajo te dará tiempo para estar con Binnie, para estudiar y bueno tal vez solo tal vez, si quieres, tiempo para mi.
Febrero en el calendario y con la llegada de un nuevo mes, el clima empezaba a dar tregua con las bajas temperaturas, tal como con las estaciones, habia muchos cambios en la vida de Jimin, había pasado una semana desde que puso su carta de renuncia en el restaurante en el que había trabajo los últimos cuatro años.
Habían sentimientos encontrados, Charlie siempre fue un dolor en el trasero, pero el señor Jones el dueño del restaurante, le dio una oportunidad que nadie más se animo a dar, apesar de ser muy joven, confio en el, también estába Yoongi, un buen amigo que hizo que se sintiera menos solo, alguien que sin pedir nada a cambio le enseñaba todo cuanto podía.
Jimin miró con ternura a su novio.—Gracias amor.
Jungkook tomó sus mejillas y repartió besos en el rostro del rubio. — Cariño, debería de ser yo quien de las gracias, ¿te has puesto a pensar lo feliz que me hace esto? ¿lo felices que son tus padres y Binnie de que vuelvas a empezar? gracias a ti, por permitirme estar contigo mientras despliegas el vuelo Jiminie, gracias mi amor.
Jimin no tenía idea de cuando pararían de aletear las mariposas en su pecho, este hombre frente a él, era irreal, increíble y maravilloso y era suyo, este hombre, era su hombre.
La dulce tía Soojin era dueña de Rizzoli Bookstore, una librería elegante y pintoresca,como su dueña, se especializaba en libros ilustrados de arquitectura, moda, fotografía y diseño, pero tenían una gran colección de esas novelas románticas que tanto amaba leer, era una biblioteca clásica, y el se encargaría de ella, tenía mucho que aprender, era una gran responsabilidad, si, pero estaba feliz, muy feliz, la llegada del azabache a su vida, llenaba de color todo lo que una vez fue gris.
