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“¿Entonces?...” Armando dió otro sorbo y le dedicó una pequeña sonrisa “¿me contará o qué?”.

Armando no había tomado mucho aún como para que sus decisiones se vieran influenciadas o para que olvidara algo de lo que pasara por el porcentaje de alcohol que se encontraba ahora en sus venas, sin embargo, sabía que al día siguiente siempre podría poner esa excusa si la confesión del castaño se le salía de control y este no indagaria más, al contrario, estaba consciente de que Mario era el ser más comprensible con él, y tampoco negaría que se aprovechaba un poco de esto.

“Seguro, sí, yo le cuento” Mario emocionado dió un trago más a su bebida antes de dejar el vaso sobre la mesita central “¿qué le gustaría saber exactamente?”.

“Pues... no sé, ¿qué es lo que cree sentir? ¿y desde cuándo?” preguntó su amigo tímidamente.

Mario lo pensó brevemente y sonrió “hace mucho mucho tiempo ya, la verdad es que no tengo idea desde cuándo lo siento exactamente, pero recuerdo cuando me dí cuenta de que lo estaba sintiendo, ¿esa vez del hospital cuando fue a verme por lo del brazo?, recuerdas que tuve un tiempo de incapacidad en la escuela y tú siempre ibas a vistarme por la tarde”.

Armando asintió escuchándolo atento “hace 13 años, te molestabas tanto cuando iba y olvidaba llevarte los apuntes, pero es que en realidad solo iba a contarte cualquier chisme de la escuela” sonrió divertido.

“Bueno... creo que tu don para comunicar chismes terminó por conquistarme” bromeó Mario y acercó su mano a la del otro “no, pero... en el hospital sentí algo diferente cuando te ví apenas abrí los ojos, estaba muy emocionado y feliz de que estuvieras ahí... fue entonces cuando me cuestioné por primera vez lo que sentía, y luego con cada visita que me hacías confirmabas lo que yo ya sospechaba”.

Armando admiró sus mano a punto de tocarse “¿q-qué sospechabas?” tragó saliva con nerviosismo.

“Que estaba enamorado de ti” respondió Mario sincero y rió bajo “¿no te parece una locura? que luego 13 años después aquí estoy, sintiendo lo mismo... sintiendo como mi corazón se acelera cada que te veo, sintiendo mi sonrisa aparecer apenas te escucho, y ni hablar de cuando rozamos nuestras manos” practicó la última acción mencionada y sonrió “mi piel se eriza, se eriza porque es lo más importante para mí, simplemente me vuelvo a sentir como un adolescente enamorado cada vez que pienso en ti, Armando”.

Este miró sus manos rozarse y mordió su labio por dentro, sintió a a su mente enloquecer y a su corazón dar un vuelco con cada palabra que Mario pronunciaba, tenía tanta emoción como preguntas en él, pues a pesar de haber compartido ya varios momentos íntimos, él no había dejado que Mario le dijera mucho en realidad, antes de ese momento no tenía la menor idea de por qué había aceptado estar con él y por qué había correspondido cada beso y cada caricia, y aunque ahora estaba un poco más claro, habían muchas dudas que esclarecer y parecía ser el mejor momento “¿Y por qué nunca dijo nada antes?... Mario, nos confiamos todo, usted me ayudaba a salir con muchas mujeres, me vió iniciar mi relación con Marcela... bueno, si no me equivoco ella y yo iniciamos a salir por esas fechas, no puedo entenderlo, ¿si estaba tan enamorado por qué hizo tantas cosas insensatas?”

“Por eso mismo, porque cuando me decidí por fin en decirle lo que estaba sintiendo, usted llegó con novia nueva, ¿y pues qué iba a hacer yo?, ¿qué debía hacer Armando?” lo miró a los ojos “me convencí de que no se trataba más que de una relación por conveniencia, usted me dió motivos para pensar eso y eso fue lo que me reconfortó, y si lo apoyaba en su amplia lista de conquistas fue porque tenía que hacerlo ¿cómo iba a decirle que no? ¿cómo debía actuar?, no iba a ponerme a celarlo, ni antes, ni ahora, yo sé que no tengo ese derecho” Mario suspiró explicando “Armando, nada de lo que hice fue con intención de lastimarlo, nunca quise eso, solo pensaba que estaba haciendo lo mejor para ambos, yo estaba enamorado de  ti y no sabía que hacer, no quería perderte... no quiero perderte, eso es lo único que siempre he tenido claro”.

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