Drunk

35

14 años antes.

"¿Mamá?, ¿qué haces en mi cuarto?" Armando entró, dejando su mochila por ahí, iba llegando de la escuela.

"¿Quién te dió esto, Armando?" preguntó su madre, leyendo una pequeña carta.

"¿Qué?" se acercó a ver y frunció el ceño "ah, eso fue Mario, venía con un regalo que me dió por mi cumple, ¿estuviste buscando en mis cosas?".

"Claro que no, Graciela estaba limpiando y se la encontró tirada, pero eso no es lo importante; ¿Mario te dice «te quiero»?" Margarita arqueó una ceja y preguntó severa.

"Pues..."

"¿Y qué te regaló?, si se puede saber" preguntó mientras doblaba cada vez más la carta en su mano.

"Nada importante, ma, una caja de chocolatinas y ya" mintió viendo con atención la carta en manos de su madre.

"Mmm... ¿entonces si te lo dice?, se me hace raro, y ahora que lo pienso jamás le he conocido una noviecilla a ese muchacho, Armando, sería mejor si tomas distancia con él por un tiempo, en lo que ambos encuentran una chica que los haga feliz" Margarita dijo con firmeza, y luego no hizo más que partir en pedacitos la carta, Armando observó la escena con angustia.

"Mamá, mamá, ¿pero qué haces?, ¿qué dices?".

Se acercó apresurado e intentó quitar la carta de sus manos, Margarita tiró los pedazos a la basura.

"Olvidate de él, hijo, solo son compañeros de clase y ya te dice «te quiero», además no tiene novia, no te conviene acercarte a ese tipo de personas desviadas, Armando".

[...]

"¿Armando?" sacudieron su hombro para llamar su atención.

"¿Qué?, ah Mario, perdóneme, ¿qué necesita?".

"Vine a avisarle que llegaron sus papás, todos esperan en la sala de juntas... pero se ve preocupado ¿está bien, muñeco?, sigue con la cabeza en la pesadilla de hoy, ¿no?" Mario acercó una mano a su mejilla y la acarició con delicadeza, sorpresivamente Armando lo dejó, incluso acurrucó su mejilla contra su tacto.

"Es que a veces se siente muy real" miró a Mario, afligido, y se levantó de pronto "...pero- pero estoy bien, no se preocupe, ¿vamos?" Armando tomó su saco con prisa.

Mario colocó ahora la mano en su hombro y lo sobó "vamos... pero no tema más, yo no dejaría que nada lo lastimara" depósito un pequeño beso en sus labios y caminó afuera.

Armando lo miró salir, más calmado, pero en su interior, más lastimado, porque cada día deseaba más ser suficiente para él.

"Muy bien, ya estamos todos, entonces daremos comienzo a la junta directiva, en la que reitero mi deseo de que esta sea tranquila y ordenada" dijo Roberto viendo a Daniel y Armando.

"Bien" dijo Daniel.

Mientras tanto, Mario terminó de entregar las carpetas y caminó a su lugar, tal como había asignado su jefe, a su lado. Ahí le sonrió a Armando que tomó asiento luego de saludar a su madre y a los demás directivos, este le devolvió la sonrisa y bajó la cara rápidamente para ocultarla.