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"¿Y... cómo le fue en el almuerzo de hoy?, ¿por qué tanto misterio de con quién fue la reunión?, tardó tanto que pensé necesitaríamos cubrir su puesto otra vez" bromeó Mario mientras revisaba algunas cuentas.

Y es que no es que le importara mucho si su jefe salía o no, pero esta vez llamó su atención que la reunión se había manejado con tanto misterio, porque primero: no había sido informado con anticipación como correspondía pues ya había organizado el día de pendientes para Daniel, y segundo: este había estado actuando raro sobre el tema.

"Todo bien, nada de misterio, solo fue una reunión... nada sobre la empresa. ¿A usted cómo le fue por acá? parece que hoy ha estado más concentrado, me alegra verlo mejor" dijo Daniel jugando con un lapicero, concentrado en los documentos que había estado revisando antes.

Mario se dió cuenta del cambio repentino de tema, pero decidió no indagar más por ahora, sin embargo, con esto eran 2 cosas que Daniel le ocultaba, lo otro era aquello que pasó en Argentina, eso qué también se estaba guardando, y no lo iba a presionar para obtener una respuesta, recuerda a Daniel diciéndole que tarde o temprano se enteraría.

"Bien, y sí, aunque se me ha hecho algo difícil he estado tratando de dejarlo a un lado, creí que lo mejor sería distraerme trabajando, y como usted dijo: darle tiempo".

"Espere... ¿aún no hablan?".

Mario negó "no, no responde mis llamadas, y ayer fuí a buscarlo, no lo encontré".

Daniel arqueó una ceja y respiró hondo "bueno, no se preocupe tanto por él... ayer lo ví, no parecía enguayabado, y solo tomó una copa antes de irse según dijo a su apartamento".

"¿Cómo que lo vió?, ¿en dónde?" Mario dejó lo que estaba haciendo y se irguió en su silla para escuchar con total atención.

"Sus papás, nos invitaron a cenar ayer, querían asegurarse de que la junta del viernes sea tranquila, practicamente nos retaron".

"Oh... pues me alegra saber que está bien, ojalá se mantenga sobrio hasta la junta por lo menos" Mario se queda pensando, y comienza a mover su pierna ansioso.

Daniel mordió su labio por dentro al notarlo "él no se merece lo mucho que lo procura, Mario, jamás entenderé qué hace para volverlos locos a todos ustedes" se paró tomando sus cosas "dejémoslo hasta aquí hoy, ¿quiere?, váyase ya".

Mario lo miró confundido "pero ya casi acabamos ¿no quiere que..."

"No, si sé que ahora va a traer la cabeza en otro lado, quiero que el informe quede perfecto, ya mejor me llega temprano mañana y lo acabamos" dijo saliendo de la sala de reuniones y después de tomar sus cosas, se apresuró a salir de la empresa.

[...]

"¿Qué pasa, Julián?" dijo Armando contra el interfón.

"Don Armando, está subiendo el doctor Valencia, quise detenerlo pero me fue imposible, ya va para allá"

"¿Daniel?" bufó "¿y ahora qué?" susurró para el mismo y luego volvió a hablar al aparato "ah, está bien, Julián, gracias" soltó el botón y caminó a esperar en la sala.

Cuando dos golpes sonaron contra su puerta, abrió de inmediato.

"¿Qué?, ¿ahora qué, Daniel?, ¿acaso no puedo estar tranquilo ni en mi propia casa?".

"¿Me va a dejar pasar o hablamos aquí afuera y que escuchen sus vecinos?" preguntó Daniel amenazante.

"¿Por qué mejor no se larga?".

"No, me vas a escuchar, Armando... porque parece que no recuerdas lo que te advertí desde el principio".

Armando lo miró genuinamente confundido.

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