“¿Que por qué le dije eso?, Mario, él me estaba toreando con lo de la empresa, no puedo creer que lo esté defendiendo”.
“No lo estoy defendiendo, Armando, solo no entiendo qué tenía que ver yo en todo eso”.
“¡Ay, por favor! Daniel está enamorado de usted, Calderón, abra los ojos o deje de fingir que no se da cuenta” Armando se acerca peligrosamente a Mario, haciendo al castaño quedar contra la puerta de la oficina.
Este bufa con molestia “Es que no estamos hablando de eso, Armando, estoy diciéndote que no me gusta que me metan en sus peleas estúpidas”.
“Ah, no quiere hablar de eso... okay, dígame algo, Mario, ¿le reclama de esa manera a Daniel por lo que me dice o por cómo me trata?”.
“Por dios, Armando... ¿cuántas veces no lo he defendido de él, ah?” lentamente tomó su mano y la acarició “no quiero pelear, hombre, simplemente escúcheme: no quiero estar siempre en medio de los dos”.
“Bien” la mirada de Armando bajó a sus labios “está bien, Calderón... no lo meteré más, pero si el lo llega a mencionar, yo no me quedaré callado”.
“No espero que lo haga” Mario esbozó una pequeña sonrisa y se relamió los labios al notar su mirar “bueno, don celoso... dejando eso atrás, ¿tendrá una semana tranquilita, no?, siendo usted el jefe” pasó una de sus manos a lo largo del pecho de Armando.
Este tragó saliva y se separó repentinamente de él.
“Mmm, sí, eso creo” caminó de vuelta a su escritorio.
Mario lo miró confundido “¿Armando, dije o hice algo malo?”.
“No, no... es solo que aquí no podemos hacer nada, Mario, es peligroso”.
“Uhm, yo no pensaba hacer algo” Mario rodeó el lugar para acercarse a él por detrás y dejó un pequeño beso en su espalda “¿usted sí?”.
“Mario” Armando se dió vuelta quedando una vez más frente a frente.
“Si le preocupa tanto que estemos aquí ¿por qué no nos vamos, entonces?” Mario sonríe fingiendo inocencia “lo invito a mi departamento”.
Armando lo piensa unos segundos y suspira rendido cuando Mario acaricia su brazo.
“Vámonos, pues”.
[...]
Mario le ayuda a quitar el saco y su corbata, luego rodea su cuello con sus brazos para acercarse y plantar un beso lento.
Armando por mera inercia lo toma de la cintura y corresponde al beso, profundizandolo cada vez más.
“Extrañaba demasiado sus besos” Mario susurra contra sus labios y va desabrochando uno a uno los botones de su camisa.
“Solo fueron dos días, Mario” Armando se deja hacer, subió las manos delicadamente por el torso del contrario y se deshizo de su saco.
“Es que ya no importa si son días o apenas unas horas, necesito cada vez más de usted, Mendoza” Mario vuelve a besarlo con más intensidad y finalmente lo despoja de la musculosa, dejando el torso del moreno al descubierto.
Armando lo pega más a él de la cintura con cierta brusquedad, no pudo evitar sentirse excitado con lo necesitado que escuchaba a Mario.
“¿Eso significa que estuvo pensando en mi estos días, Calderón?” su voz se agravó por la situación y bajó la mano para desabrochar su cinturón.
“De una manera que es casi insana” Mario respiró agitado y Armando lo tomó de pronto del cuello para volver a hundirlo en un beso.
“Me quiere volver loco, ¿no es así?” Armando le muerde el labio con delicadeza a través del beso y termina por retirar las prendas superiores del otro, quedando en las mismas condiciones.
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Drunk
FanfictionArmando piensa que está arruinado por lo que siente, Mario piensa que Armando lo está cuando lo encuentra tomado. Aviso: Personajes originales de Fernando Gaitán. ⚠️ Contenido: sufrimiento emocional, violencia, alcoholismo y homofobia internalizada...