Nuestro protagonista, un tipo normal, nada ordinario, tendrá que sobrevivir y vivir una nueva aventura en un mundo donde el Calabozo está en el centro de la ciudad, Orario. El misterio lo rodeará desde su llegada, no sabrá quién o qué lo trajo a ese...
Camine por las calles de Orario sin tener un rumbo fijo.
Escucho a mi estomago rugir, exigiéndome a gritos bastante comida. Por suerte, encontré un lugar donde podría comer.
—Anfitriona de la Fertilidad, eh —murmure mientras veía el letrero del establecimiento.
¿Cómo sé lo que está escrito aquí?, no tengo idea... y la explicación más vaga que daré es que de un momento de estar mirando esos garabatos desconocidos que supuse que eran letras que yacían grabadas en el letrero de madera a la puerta del establecimiento, las cuales poco a poco empecé a entender como por arte de magia.
Raro, sí que fue raro, pero al menos ya sabía leer esta lengua extraña y eso era lo importante. Además, como si el Sistema supiera lo que pensaba, decidió mandar un mensajito que me tomo por sorpresa.
¡Ping!
Al escuchar aquella notificación, decidí revisarlo lo más rápido posible porque no quería que me dieran otra descarga eléctrica por ignorar uno de estos mensajes.
// El Sistema ha mantenido el Traductor Universal activo desde siempre. Jugador, ten en cuenta que sin el Brazalete jamás podrás leer ni entender nada de lo que digan otras lenguas que no sea tú lengua materna. Por consecuencia, procura no perder el Brazalete, aunque dicho Brazalete jamás podrás quitártelo de una forma no dolorosa. //
—No jodas, entonces jamás me podre quitar esto —me dije en voz baja, viendo con el ceño fruncido el misterioso Brazalete que yacía implantado en mi brazo—. Que se le puede hacer... tendré que acostumbrarme a él de ahora en adelante.
Mi estomago rugió de nuevo.
Suspire, y entre al establecimiento, sabía que no tenía moneda o algo con que pagar, pero el olor y los ricos aromas del lugar me instaron a entrar solo por curiosidad.
Parecía que la taberna estaba casi llena cuando entre en ella, había muchas personas, las cueles estaban relajadas mientras disfrutaban de comida y bebida mientras hablaban en voz alta con sus compañeros o amigos. El ambiente era bastante acogedor, ya que las camareras con ropaje verde y delantales blancos caminaban con comidas y bebidas de aquí para allá, además de conversar con algunos clientes.
Una de las camareras que tiene el cabello gris azulado se me acerca.
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—Bienvenido a la Anfitriona de la Fertilidad... ¿puedo ayudarte en algo? —pregunta la chica.
«Que linda voz tiene», pensé, contemplando esta dulce melodía.
—Umm... ¿hola? —dijo ella, agitando su frente mi cara.
Reaccione.
—Uh, si... perdona, estaba en mi mundo —reí con nerviosismo—. Soy nuevo aquí y necesito a alguien que me ayudé a acostumbrarme a Orario —dije con calma.
