CAPÍTULO 33 ➤ Entre la sombra y la esperanza.

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El cielo quedó envuelto en oscuridad mientras la locura y el terror descendían sobre todos los presentes. Monstruos de todas las formas y tamaños emergieron de los rincones oscuros del Calabozo, sus ojos brillando en rojo por la sed de sangre, lanzándose al ataque contra cualquier Aventurero a la vista.

Ryuu sujetó mi mano con firmeza, intentando alejarme del masivo monstruo que se acercaba. Giré la cabeza y vi al Goliat Negro observándonos como un depredador a su presa. A lo lejos, los gritos de los Aventureros se mezclaban con el estruendo de la batalla contra las hordas de monstruos que el Calabozo tenía para ofrecer.

En mi interior, el miedo me empezó a abrumar. Nunca me consideré cobarde, pero la sola presencia de ese monstruo fue suficiente para erizarme la piel. Sí, lo admito, tenía miedo. Pavor de morir.

~ ¡Ping! ~

Escuché el sonido de la notificación del Sistema.

// 6ª Misión: Asesina al Goliat Negro. Recompensa: Caja de botín y x8.000 Pex //

«No, no, no ahora. ¿Por qué ahora?», pensé mientras tropezaba y caía de rodillas.

—¡Dylan! —exclamó Ryuu, deteniéndose al sentir mi caída.

Me agarré a su mano, tratando de levantarme.

«Maldita sea, ¿qué me está pasando?», pensé, viendo cómo mis piernas temblaban sin control.

El terror me afligía, haciéndome sentir como si el suelo bajo mis pies fuera a desvanecerse en cualquier momento. Podía oír el latido de mi corazón en mis oídos, cada pulsación resonando con fuerza.

—Amigo, ¿estás bien? —preguntó Welf al acercarse, su voz firme pero teñida de preocupación.

—¿Qué le sucede? —escuché a Mikoto preguntar a alguien.

—No lo sé —respondió Hestia, arrodillándose a mi lado y abrazándome.

Apreté los dientes y traté de ponerme de pie, pero mis piernas no respondían. El pánico se apoderó de mi mente, nublando mis pensamientos.

«No puedo fallar ahora», me repetí, pero las imágenes de la pelea que había tenido con el anterior Goliat no dejaban de asaltarme. La sensación de romperme las costillas apretó mi pecho, el recuerdo de haberme roto un brazo, de estar medio muerto...

—Él estuvo a punto de morir —añadió Welf.

—¿Qué quieres decir? —preguntó esta vez Ryuu, con el ceño fruncido.

—¿No te lo dijo? —dijo Welf, con una ceja levantada—. Cuando lo fueron a rescatar en el Piso 17, lo encontraron medio muerto. Desangrándose y con muchos huesos rotos.

—No, no me había dicho nada —respondió la elfina, poniendo una mano en mi hombro.

—Por lo que pude escuchar —intervino Lily—, la maga de la Familia Loki se desveló toda la noche tratando de curarlo. Dylan estuvo a punto de morir.

—Oh, mierda amigo... No tenía ni idea —expresó Ouka.

A lo lejos, el Goliat Negro seguia avanzando, su imponente intimidaria a cualquier hombre y mujer que lo viera. Sentí un escalofrío recorrer mi columna vertebral al ver su mirada fija en nosotros.

¿Está bien tener armas modernas en un mundo de fantasía?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora