∆Lágrimas∆

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Era otro nuevo día,otro aburrido día. Cada vez se volvía mas rápido y todo era el mismo procedimiento ya habían pasado unos días después de todo el drama.

Supuse que ya me había liberado de eso. Así que comencé a hacer el mismo proceso que siempre hago, alistarme, desayunar e ir a la escuela. Ya no volvía a escribirle a mis amigas.

Entré a la escuela y caminé a mi casillero sin importarme quien me miraba o cruzará. Hice el mismo procedimiento de colocar mi mochila y tomar algunos libros necesarios y las cosas necesarias para la próxima clase.

Comencé a caminar a la clase quería llegar temprano, quería que este día se acabará y dormir, poder desaparecer de éste mundo durmiendo me encantaba pero no cuando siempre tenía pesadillas.

Entré y me senté y observé fijamente mi mesa, suspiré y sentía una presencia sentarse a mi lado.

—Hola.—Supe que era Diana y Zoey ya que siempre me respondían sin ánimos.

Las voltee a ver.

—Hola.—Dije y volví a ver al frente.

—Que rara estás.

Dijo Diana riendo.

—Si, pero pasarás el receso con nosotras? Ya no nos hablas y es extraño.—Mencionó Zoey.

Yo solamente la observe y me quede un momento analizando mi respuesta.

—Tendre que ver.

La profesora como siempre comenzo a dar su clase nada nuevo, nada sorprendente. Comencé a hacer lo mismo de siempre a hacer los ejercicios.

Josh ni el chico misterioso habían llegado la verdad no me importaba. Es muy cansado todo esto lo que me estaba ocurriendo estos días.

Ya era hora de salir y de salida mis "amigas" me persiguieron y decidí que caminara mos por el pasillo.

—Holaa.— Jelliana se acercó y nos abrazó a cada una. Observé como me miraba en ese momento supe que iba a decir algo incómodo.

—¿Oye todo bien con tu em...?— Ella señalaba a mi cabello.

Reí disimulando mi incomodidad.

—Si.

El cabello de mis amigas y de todas las chicas eran increíbles pero yo no soy nada comparado con el de ellas. Mi pelo quedaba como un desastre al entrar a la escuela y no podía impedirlo. Ya se estaba volviendo burla de todos.

—Si y cómo que estás muy em flaca no?

Dijo la amiga que acompañaba a Jeliana.

Mi corazón comenzó a llorar y yo a ponerme deprimida. Reí con todas mis amigas al respecto del comentario que hicieron ellas y mis ganas de llorar aumentaron.

—Ire al baño, chicas ando apurada ya saben.

Mencioné riendo falsamente y caminando rápido al baño. Cuando me adentré en el cerré la puerta con seguro revisando que no uviera nadie dentro del baño y rápidamente me observé en el espejo del baño. Comencé a acariciarme el cabello lentamente y con la otra mano a tocar mi cintura.

¿Por que en los ojos de otra persona siempre parezco horrenda?

Dije mirándome con los ojos aguados de lágrimas.

¿Por que me tratan así si yo siempre hago todo para que ellas se sientan muy felices?

Mencionaba en mi mente y cada vez mi vista se volvía borrosa por las lágrimas que aumentaban en mis ojos.

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