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OJOS OCEÁNICOS
Definitivamente, algo no estaba bien. Junto a Dante y Sungji nos adentramos a la cueva e incluso antes de que llegáramos a la zona dónde Fenrir se encontraba, el ambiente se sentía denso y sofocante. La roca de la montaña que formaba la cueva y sus pasadizos estaba perdiendo color, cada vez se asemejaba más a la ceniza y al tacto se sentía de esa forma.
Nos detuvimos un poco porque me pareció oír voces. Pero Dante y Sungji no escuchaban nada, así que deducía que quién hablaba era Fenrir y que sólo yo era capaz de oírle. Cuando nos detuvimos frente a la figura del Lobo, se me congeló la sangre. Sungji se erizó y empezó a gruñir; alrededor de Fenrir habían escombros, pedazos de roca, polvo y cenizas que me recordaban al rastro que dejaban los volcanes luego de hacer erupción, pero sin duda lo que más destacaba y lo que nos ponía los pelos de punta era el mismo lobo. Fenrir comenzaba a despertar, su cuerpo ya no estaba tan petrificado cómo antes y el balbuceo que le oía...
No tenía sentido.
Estaba farfullando frases en noruego y me imaginaba que un dialecto antiguo, ya que ni siquiera lo poco que lograba entender gracias a Kaysa me bastaba. Intenté acercarme a él, lentamente.
—¿Fenrir? —musité—. Soy Mackenzye.
«...død...død...død...»
Sólo podía entenderle aquello. No sabía que significaba.
—¿Fenrir? ¿Qué ha pasado aquí? ¿Qué intentas...?
El farfullo en mi cabeza se detuvo. La tensión que se sentía en el aire comenzó a empeorar, era como si estuviésemos envueltos en una densa niebla invisible que me ponía los pelos de punta. Y, de pronto, el suelo empezó a vibrar. No, no sólo el suelo, era toda la cueva.
—Mack... —La voz de Dante se oía aterrorizada—. Mira eso.
Alcé la cabeza hacia dónde Dante señalaba y me obligué a dar un paso hacia atrás por la impresión. Sungji se movió velozmente para ponerse frente a mí mientras gruñía y su pelaje se erizó tanto que casi llegó a doblar su tamaño.
Las estatuas de las cabezas de Skoll y Hati comenzaban a derrumbarse. Pero fue el brillo en los ojos de las figuras lo que le puso los pelos de punta a todos aquí dentro. Lo que debían ser los ojos de Skoll relucían como dos pares de rubíes, rojos igual a un atardecer, igual a los de Jera cuando estaba en su forma de lobo. Y los ojos de Hati... eran como dos zafiros, como el cielo más limpio y despejado, y me podía sentir que me observaban. Un escalofrío me recorrió la columna y sentí un leve cosquilleo bajo la piel. Mi loba podía sentirlo y Kaysa también; en el fondo de mi mente, oía el murmullo apenado de Kaysa, llamándolo "padre".
—Se está acelerando, ¿no es así? —dijo Dante a mi lado—. Fenrir va a liberarse.
—Fenrir... —Volví a intentar acercarme a él—. ¿Puedes escucharme?
Hubo un momento de silencio y luego un gruñido retumbó en mi mente.
«Niña...el tiempo se agota»
—Estamos intentándolo —farfullé—. Estamos a punto de descifrar algo. Por favor, aguanta un poco más.
La cueva entera tembló otra vez. Sungji movía la cabeza en todas las direcciones, demasiado inquieta, demasiado nerviosa. No imaginaba lo que debía de estar sintiendo, si mi humana piel se erizaba por la presencia que había en la cueva, lo que ella sentía debía ser el triple de poderoso.
«Si Skoll y Hati se liberan... ya no habrá vuelta atrás»
Miré las figuras de los lobos. Los brillantes ojos seguían observándonos.
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II. The Awakening ©
LobisomemSEGUNDO LIBRO TRILOGÍA LA PREDICCIÓN DE LA VALA Sinopsis. Solía creer que lidiar con ser parte de un mundo extraño donde las personas podían transformarse en lobos era lo más difícil de vida. Me equivoqué. El mundo está lleno de secretos y más uno...