13OSTBERG LA CAZADORA
—¿Y no te pidió nada a cambio de esa información? —preguntó As.
Negué con la cabeza.
—No, no pidió nada —farfullé.
—¿Le crees?
Alcé las manos y las dejé caer de nuevo a mis costados.
—Creo que el atajo que él mencionó es real, ¿confiar en que sea seguro? No lo sé —repliqué— ¿Pero que otras opciones tenemos?
—No entiendo qué es lo que pretende.
—Ya somos dos.
Después de hablar con Owen, prácticamente corrí hacia la biblioteca. Quise contarle a Astrid lo que había ocurrido lo antes posible, pero mi familia atajó a medio camino y como no quería preocuparlos, me fui con ellos a la cocina para preparar el chocolate caliente y unos muffins. Yo les había pedido compartir un poco, lo sabía, pero después de lo que Owen me había dicho, estaba buscando la forma de zafarme de ellos. Quería paz mental y por eso me refugié en mi familia, sin embargo, ¿cómo la tenía si todo lo que hacía era pensar en la nueva información que me habían dado?
Compartimos un poco los cuatro juntos y cuando mamá se levantó para ir a ayudar a preparar la cena, vi mi oportunidad para correr a buscar a Astrid. En cuanto encontré a la chica, la arrastré a nuestro cuarto compartido y le conté.
Según Owen, había otra cosa que unía Ulfrøy con la costa de Reinke además de ese estrecho istmo: la montaña. La misma montaña en la que se encontraba Fenrir tenía unas cuantas conexiones con Reinke, pero eran tan viejas que nadie se acordaba de ellas y eso también se debía al folclore del pueblo; se decía que cualquiera que se acercara a ellas sería devorado por los fantasmas de las bestias que solían habitar los parajes. Claramente, tenían que ser invenciones por aquellos tiempos en los que los Cambiaformas solían correr libres por Reinke y Ulfrøy. Con el pasar de los años, la gente del pueblo no se interesó más en la montaña debido a que; uno: no tenía minerales para explotar y, dos: se había declarado como reserva natural y no se podía tocar.
Los túneles de la montaña quedaron sellados con el pasar del tiempo, o al menos eso era lo que todo creían. Owen se había internado en la montaña y había dado con los pasajes rocosos, dijo que había sido así como salió de Ulfrøy sin que nadie se diera cuenta, además, lo había corroborado con Fenrir. El lobo fue el que le indicó el camino correcto. Me había pasado una pequeña libreta con el recorrido que había que realizar y todo empezaba cerca del bosque en el que se encontraba la cabaña de Engla.
—Si Fenrir le dio esas indicaciones... —musitó Astrid— Entonces, puede que sea cierto, ¿no?
—Pero, ¿y quién me asegura que no esté mintiendo? —repliqué— Puede que sólo haya dicho eso para hacerme caer en alguna trampa o qué sé yo. —Suspiré irritada— No comprendo a qué está jugando, pero... tengo que intentarlo, ¿verdad?
—No irás sola. Esta vez, iré contigo.
Asentí con la cabeza.
—De acuerdo.
—Muéstrame las notas, creo haber visto algo como eso —indicó la chica mientras rebuscaba entre los papeles que había traído de la biblioteca—. Kano encontró esto mientras buscaban los mapas antiguos del área. Es Reinke siglos atrás. —Puso un delgado papel color café sobre la cama y lo estiró con cuidado. Estaba medio quemado y medio comido por los insectos, y la tinta apenas se notaba, pero era algo entendible— Mira.
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II. The Awakening ©
Loup-garouSEGUNDO LIBRO TRILOGÍA LA PREDICCIÓN DE LA VALA Sinopsis. Solía creer que lidiar con ser parte de un mundo extraño donde las personas podían transformarse en lobos era lo más difícil de vida. Me equivoqué. El mundo está lleno de secretos y más uno...