REVELACIÓN
—Eres Asger —balbuceé otra vez. Me alejé del chico— ¿Qué demonios pasó? ¿Cómo es posible...?
—¿Mack...?
La voz de Aidan me interrumpió. El chico me miraba desde su camilla entrecerrando los ojos. Tenía ojeras debajo de éstos y su voz salió rasposa, como si le costara hablar. Me bajé de la cama de Jera —o Asger— y me arrodillé al lado de la de su hermano.
—¡Aidan! ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?
Abrió la boca, pero apenas logró emitir un sonido antes de atorarse. Una de las Valas de allí me tendió un vaso de agua. Ayudé a Aidan a sentarse y le hice beber el agua. Carraspeó un par de veces antes de volver a mirarme.
—Me siento como si me hubieran arrastrado por una montaña y tirada por un acantilado —respondió. Se pasó la mano por el cabello que le había crecido al igual que a Jera— ¿Cómo está Jera?
Me giré hacia el aludido. Observaba la habitación con extrañeza al igual que sus manos, se tocaba el pecho y la cara. Se me partía el corazón mirarlo. Lo sabía, no era él.
—No es Jera, Aidan —musité—. Ese es Asger.
—¿Qué? —espetó— ¿Cómo es eso posible?
—No lo sé... —musité— Pero vamos a averiguarlo y a arreglarlo.
Tenía que calmarme. Lo importante era que habían despertado, que estaban vivos. Ahora teníamos que asegurarnos de que estuvieran bien. No me gustaba la apariencia que tenía Aidan, lucía enfermo y notaba que le costaba respirar. Y respecto a Jera...era obvio que algo había salido malo, pero no podía echarme a morir. Lo traería de vuelta.
Escuché ruido afuera de la enfermería y en segundos Astrid apareció por la puerta. Tenía la cara empapada de lágrimas, sus ojos se movieron por toda la habitación, posándose en mí, en Jera y en Aidan. Se lanzó a mi lado para abrazarme con fuerza.
—¡Están despiertos! ¡Mack, están vivos! —chilló.
Una de sus manos agarró la de Aidan y la otra fue a buscar la de Jera. Pero el chico la retiró casi asustado. La rubia se lo miró como un cachorro perdido.
—As, algo no está bien.
—¿De qué hablas...?
—No es Jera. Es Asger —señalé—. Por alguna razón, al despertar, Asger tomó el control del cuerpo de Jera. No sé siquiera si él sigue ahí...
Astrid se volteó hacia él y luego hacia Aidan.
—Yo estoy bien. Ve y averigua que le pasó a mi hermano.
La rubia se levantó y se sentó frente a Jera.
—¿Sabes quién soy? ¿Sabes quién eres y dónde estás?
El chico la observó unos instantes, titubeante, pero luego giró la cabeza hacia mí.
—Lo siento —murmuró. Sus ojos estaban húmedos, estaba por echarse a llorar—. Sé que no eres Kaysa y yo no debería de estar aquí. No entiendo qué es lo que está pasando... —sollozó.
Se volvió a mirar las manos y lágrimas rodaron por sus mejillas. Incluso su tono de voz...todo en él era diferente, hasta podía escuchar un ligero acento.
—Este no es mi cuerpo. Este no es mi tiempo, no es mi lugar. Tampoco debería de estar aquí —farfulló.
Me hinqué al lado de la camilla y agarré sus manos.
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II. The Awakening ©
Hombres LoboSEGUNDO LIBRO TRILOGÍA LA PREDICCIÓN DE LA VALA Sinopsis. Solía creer que lidiar con ser parte de un mundo extraño donde las personas podían transformarse en lobos era lo más difícil de vida. Me equivoqué. El mundo está lleno de secretos y más uno...