Por su sangre [Kevin Álvarez]

cuatro

Alexia Villalobos
Sentía mis manos sudar, mi corazón latía al mil por hora en cuanto leí aquel mensaje.

Kev
Voy subiendo-4:37 p.m.

Era cuestión de segundos, unos pocos segundos y el lo sabría, no tenia ni idea de cómo era que iba a reaccionar, sentía que el desayuno se encontraba en mi garganta pidiéndome a gritos devolverla, no sabía que pensar, no sabía que decir, no sabía que hacer.
Me senté en la esquina de la pequeña cama del hotel, un hotel barato que era lo único que podía permitirme.

Mis piernas comenzaron a temblar, y entonces lo escuché.

Toc toc

El estaba aquí.
Respire profundamente por última vez y luego me paré para por fin abrir la puerta.

-Ho...-mi frase se vio interrumpida en el momento en el que el me vio y se abalanzó sobre mi para besarme desesperadamente.
Mi primer instinto fue separarme de él, sin embargo algo dentro de mi sabía que esta podía ser la última vez que probara sus labios así que sin darle más vueltas cerré los ojos e intente seguir el ritmo de su beso.

La tensión iba aumentando cada vez más hasta que me di cuenta que si no paraba las cosas en este momento terminaría arrepintiéndome más adelante así que con todo el autocontrol que me quedaba me separé lentamente sintiendo aún el cosquilleo y su sabor en mi boca.

-Espera, espera.-susurre sobre sus labios.

-Mmm.-fue lo único que respondió antes de volver a rozar sus labios con los míos.

-Kev, en serio necesito hablar contigo de algo muy importante.

-¿Que sucede?.-pregunto con su frente pegada a la mía, podía sentir su respiración agitada chocando contra mi rostro.

Lentamente di un paso hacia atrás y solté la bomba.

-Estoy embarazada.

Y fue ahí cuando todo se derrumbó.

El se mantuvo en silencio por lo que se sintieron como horas, luego, respiro pesadamente y dio un paso hacia atrás también.

-¿De verdad esperas que crea que ese hijo es mío?.-pregunto bruscamente.

Mi estómago cayó al vacío y sentí mis ojos tornarse llorosos.

-¿q-que?.- murmure con voz ahogada.

-Por favor Alexia, ni si quiera te conozco, y no serías la primera mujerzuela que intenta embarrarle el hijo alguien más, ¿que es lo que quieres? ¿Dinero? ¿Fama? ¿Mi amor?.-se burló mientras mi corazón se rompía cada vez más.

No podía seguir soportando sus palabras, mis piernas perdieron fuerza y caí arrodillada al suelo mientras sollozaba con fuerza, con una mano tocaba mi pequeño vientre de tres meses y con la otra hacía bolita la ecografía que la ginecóloga me había dado días atrás.

Escuché como reía sarcásticamente, entonces hizo lo que termino de matarme.

Kevin tomo su cartera, y luego un par de billetes de 500 volaron sobre mi.

-¿era eso lo que querías?, tómalo, hazte un favor y aborta o haz lo que quieras con tu vida, a mi no me vuelvas a buscar.

Y eso fue lo ultimo que supe de él.