treinta y nueve

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Alexia Villalobos
22 de noviembre 2022

El día había llegado. Hoy se llevaría acabo el primer partido de la selección contra Polonia y el ambiente estaba por reventar.

Desde que salimos de la habitación del hotel, los pasillos estaban infestados por aficionado del tricolor quienes cantaban y recitaban porras a su equipo.

Y como no, Max cantaba y gritaba al son de los adultos quienes lo veían con ternura y lo animaban para que gritara más, no mentiría, se veía realmente adorable con su playera verde, su pequeño ( qué le quedaba muy grande) sombrero charro y sus mejillas pintadas de los colores de la bandera.

-yyyyayyyy yayyyy ya yayyy tantaaa y no yoyes poque...-y así pasó todo el día, para estos momentos ya se había aprendido partes de "cielito lindo" y sabía a la perfección decir "El Chucky Lozano."

Y ahora nos encontrábamos en nuestros asientos en el estadio 974, en Doha, capital qatarí. Esperando que diera inicio la apertura del partido.

Kevin desde temprano había logrado comunicarse, le deseamos suerte y lo anime, pues sabía que en este partido no sería titular, pero igual podría entrar de cambio algunos minutos. Por su parte el nos dijo que tuviéramos cuidado y me pidió mantener mi ubicación activada cada minuto, le mandamos unas cuántas fotos de nuestros outfits y ahí terminó la conversación.

-Mila mami...-los jugadores habían comenzado a alinearse para cantar los himnos nacionales.

-Woow.-respondí.

-Mis amigos.-volvió a decir apuntando a los muchachos.

-Si mi amor, ¿te acuerdas de ellos?.-pregunté.

-Mjm.-volteó a verme y asintió.- Chucky, Mimo, Lexis, Luish, Etson...-nombró a cada uno de ellos dejándome sorprendida. ¿Como es qué se los habían aprendido?.- Mami, ¿y papi?.

Sus curiosos ojos se posaron de nuevo en mi esperando una respuesta.

-Papi está sentado en donde estábamos nosotros la otra vez, a lo mejor sale un ratito, pero a lo mejor no.- explique.

-Ah.-y su vista volvió a la cancha, y en ese momento el juego comenzó.

Horas después
Luego de varias horas habíamos salido por fin, el partido había terminado 0-0, y aunque no fue el mejor resultado pudo haber resultado mucho peor. Así que, la afición estaba satisfecha.

Según lo que sabía, los jugadores tendrían el resto del día libre y mañana volverían a los entrenamientos así que hoy podríamos pasar el día con Kevin y su familia.

Por que si, hacia rato que nos habíamos conocido y para nuestra suerte todo había salido Perfecto. Desde el primer minuto se habían enamorado de Max y viceversa. No mentiría que estuve aterrada de que fuera a odiarme o juzgarme por nuestra historia sin embargo me recibieron a mi y a mi hijo con los brazos abiertos.

-PAPIIIII.-un grito agudo me saco de mis pensamientos, Max soltó mi mano y corrió hacia su padre.

De inmediato brinco a sus brazos y lo abrazo con fuerza murmurándole unas cosas que no lográbamos escuchar. Sus hermanos y madre los veían con ternura al igual que yo.

Ellos tenían un vínculo increíble.

Kevin camino hacia nosotros, sus hermanos fueron los primeros en acercarse y saludarlo, luego si madre, y por último yo.

Me miro con una gran sonrisa, me sonrió y beso cortamente en los labios.

Y así comenzó nuestro día de turistas, todos juntos, como una familia feliz. Abuela, tíos, papás y él.

Por su sangre [Kevin Álvarez]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora