Capítulo 11

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Jace había enviado el mensaje a su madre pero continuaba preocupado. Debió suponer que Alicent y Otto Hightower harían algo así. Después de todo él sabía que muchas personas preferían que Aegon se sentara en el trono. Eso frustraba aún más a Jacaerys ya que su tío era un completo idiota que no tenía respeto por nada ni por nadie, ni siquiera por su esposa como pudo ver la noche anterior, pero era un hombre y tenía los rasgos Targaryen.

La corte era una imagen tan grotesca para el príncipe que no sabía si realmente podría sobrevivir siendo Rey algún día rodeado de esas personas. Ver como todos los Lores le presentaban a sus hijas como si fueran un objeto que pudieran intercambiar lo hacia sentir náuseas. Aunque claro, solo habían acudido lores menores en su mayoría, y solo dos o tres grandes casas, ya que la Reina no permitiría que los negros tomaran más poder casando al primogénito con una gran casa.

Además, lo frustraba la imagen de ver a Lady Daena bailando con hombres que le doblaban la edad y que la miraban como si fuera un trozo de pastel que pudieran devorar. Realmente era asqueroso lo que los Hightower hacían con sus descendientes mujeres. Esa noche, después de enviar el cuervo a su madre pensó mucho en el asunto de Driftmark, pero luego, en su cama, recordó a la chica bailando desanimada con Lord Borros Baratheon y se estremeció ante la idea de que un hombre así la tomara como suya. Y le molestaba tanto porque cuando estuvieron solos él había pensado que necesita desesperadamente besarla y no pudo hacerlo. Es que también ¿cómo podía deshonrar de esa manera a una chica?

Había pasado toda la mañana con su abuelo, a pesar de que este perdía la cordura cada vez más rápido, pero ni eso lo había librado de la Reina. Por lo que ahora iba obligado caminando por el patio de la fortaleza escuchando a la hija mayor de Lord Blackwood mientras le hablaba de lo maravillosos que le parecían los dragones. Pero hace un rato había dejado de escucharla, ya que había puesto su vista que Lady Daena que caminaba al lado de un joven de la casa Tyrell que le entregaba una rosa roja mientras ella sonreía. ¿Qué era todo eso?

Si verla anoche bailando con Baratheon le había molestado eso lo hacía aún más, porque ahora parecía estar disfrutando de las atenciones de ese hombre y le sonría como una tonta. Observó atento como ambos se sentaban a conversar y miro a la chica que estaba a su lado tomándola del brazo gentilmente y dirigiéndose impulsivamente hacia donde estaba Lady Daena y su acompañante.

- Buenas tardes - los saludo pero solo estaba mirando a la chica - ¿Cómo está mi Lady? No la vi desde anoche.

Pronunció muy bien la última palabra dejando en claro para ella que se refería al encuentro que ambos habían tenido durante la velada.
Ella lo miro un tanto incómoda.

- Buenas tardes Alteza - posó sus ojos en la chica - Buenas tardes para usted también mi lady.

- ¿Podemos hacerles compañía? - dijo sentándose al lado de la chica sin siquiera esperar una respuesta - Es una tarde maravillosa.

Ambos jóvenes habían quedado uno al lado del otro y sus acompañantes sentados en los extremos.
Daena suspiró pesadamente.

- Disculpe mi lord - dijo Jacaerys mirando al hombre - ¿cuál era su nombre?

Daena rodó los ojos, el príncipe sabía el nombre del chico. Solo lo hacía para molestarlo.

- Mace, mi príncipe - dijo rápidamente- Mace Tyrell.

- Oh eso explica la rosa - dijo burlesco mirando la flor que tenía la chica en su mano.

- ¿Participará en el torneo? - preguntó la chica que acompañaba a Jace en un principio a Lord Tyrell.

- Claro - dijo en respuesta - Soy bastante bueno con la espada ¿usted participará alteza?

- Creo que me veré obligado.

Daena soltó una risita burlesca.

- Asegúrese de conseguir un buen caballo esta vez o podría caer al agua o a algo peor - dijo mirándolo y él la miró boquiabierto.

- Y usted asegúrese de no ser una distracción para mi caballo - dijo enojado.

Tanto Lord Tyrell como Lady Blackwood estaban bastante incómodos con la situación, así que el hombre habló.

- Quizás considere pedir el favor de usted, mi Lady - le dijo sonriéndole pero la chica no lo miro y continuó mirando enojada a Jacaerys.

- ¿Está seguro de que puede con una espada, alteza? - le dijo burlona - Aemond me ha dicho que es bastante deficiente con eso.

- Debería reconsiderar la información que le da su primo.

Los dos jóvenes de los extremos no sabían que hacer ya que estaba claro que cualquier cosa que dijeran no sería escuchada por ninguno de los dos. Lord Mace Tyrell se puso de pie disculpándose y diciendo que debía volver y ofreció su brazo a Lady Blackwood para acompañarla y que no tuviera que quedarse sola.

Daena observó cómo ambos de iban y se sintió como una estupida.

- ¿Acaba de espantar a mi pretendiente? - dijo indignada.

- Oh por favor - dijo Jace riendo - ni siquiera le agradaba tanto.

Ella trató de mantener la compostura pero no pudo más y soltó un pesado suspiro.

- Es tan... tan... - no sabía cómo terminar la frase - lo odio.

- ¿Si? - dijo él riendo - No lo parecía anoche.

Ell lo miro boquiabierta sintiéndose ofendida y sin saber que responder.

- Usted se acercó demasiado a mi - dijo enojada.

- Y usted no se apartó - dijo levantando la cejas.

Ella no supo que más decir, solo pensaba que ese hombre la sacaba tanto de quicio que ya no aguantaba estar cerca de él.
Se puso de pie dispuesto a salir de ahí pero el joven la siguió.

- ¿Qué hará hoy? ¿Escaparse de la fortaleza? - ella lo miró enojada mientras continuaba caminando - ¿A dónde iba esa noche?

- ¿Eso le quita el sueño? - dijo ella irónica - Ocúpese de sus asuntos, según vi su familia tiene bastantes problemas.

Jace paro en seco su caminata. La chica tenía razón, debía prepararse para ser Rey, buscar una esposa que garantizará apoyo a él y a su madre, preocuparse por la situación de Lucerys y formar alianzas. No debía estar persiguiendo como un tonto a una chica por la que ni siquiera sabía que sentía realmente.

En ese momento ambos jóvenes se miraron, y Jace comprendió que su deber y sus obligaciones debían estar primero. Daena no debía ser una prioridad en sus actividades.

- Jacaerys - escuchó una voz femenina que lo llamó.

Cuando se volteó vio a su prima Baela que se dirigía a él para darle un abrazo acompañada de su abuela la princesa Rhaenys.

Dutty | Jacaerys Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora