Aunque Daena sabía que debían irse, el día había sido satisfactorio para ellos y cada vez ambos decían que se irían en una hora, eso siempre se alargaba. Estuvieron casi toda la mañana en la habitación de Jace, y cuando ambos salieron las criadas susurraban cosas y reían por lo bajo, ya que seguramente escucharon todo. Después comieron juntos y Jace la llevo a conocer la playa, y le mencionó que aunque no era tan genial como la de Driftmark era bastante buena. El chico había dejado lo mejor para el final, y aunque ambos ya estaban listos para irse, habían ido a dar un vistazo al salón del consejo en Dragonstone donde Jace, bastante animado le mostró la mesa que Aegon el Conquistador mandó a tallar cuando se propuso la conquista de los siete reinos.- Es hermosa - dijo ella pasando sus dedos por la mesa con bastante cuidado.
- Esto es lo que deben ser los Targaryen - dijo él pero ella lo miro sin comprender - Unidad. Es lo que me ha dicho mi abuelo.
Ella dudó un momento si decirle lo que estaba pensando, pero era mejor ser sincera.
- ¿Crees que ahora la casa Targaryen está muy unida? - preguntó.
Él la observó comprendido a qué se refería.
- Pues, quienes aún duden si quieren unirse deberán decidirlo pronto, o quedarán fuera y mi madre no tendrá piedad con los traidores - murmuro pero vio cómo ella se tensaba - Lo siento, sé que gran parte es tu familia.
- Otto - mencionó ella - No todos son así, solo él.
Jace suspiró pesadamente, pues él no estaba de acuerdo con eso.
- Y la Reina - le dijo, y aunque también quería nombrar a Aegon y sobre todo a Aemond, no lo hizo porque sabía que ella los quería mucho, sobre todo al último, a quien siempre llamaba su primo favorito a pesar de todo. Él no decía nada, pero siempre que Daena hablaba de eso él se preguntaba cómo ella podía quererlos.
- Es... complicada, lo sé - mencionó Daena - pero ¿no sientes ni un poco de pena por ella?
Él la miró confundido. ¿Pena por esa mujer? Ella siempre lo había tratado como una basura, como un bastardo, a él y a sus hermanos, siempre le ponía las cosas difíciles a su madre y además había tratado de sacarle un ojo a Lucerys. ¿Cómo ella podía sentir pena o lastima por esa mujer?
- No lo sé - dijo ella pensativa - Que tu padre te obligue a casarte con un hombre mucho mayor, que tu vida sea manipulada así, que tu único objetivo sea dar a luz una y otra vez sin que siquiera te preguntaran antes, debe ser difícil. Ella nunca pudo enamorarse, nunca pudo vivir, no pudo elegir - explicó con cautela esperando su reacción.
Él guardó silencio por un momento. No pudo elegir, fue la frase que a Jacaerys le quedó rondando en su mente por un momento. Quizás Daena tenía razón, ella no pudo elegir lo que la vida le deparaba, pero si fue elección de ella cómo afrontarla. Y ser como era con su familia si era elección de ella.
- Si, puede ser - le dijo duramente - Pero como es con mi madre y con nosotros si es su elección. Aunque si me parece bastante triste lo que Otto le hizo al no darle oportunidad de nada.
- ¿No te haz dado cuenta que a todas las mujeres del reino les ocurre lo mismo? - preguntó mirándolo - Ni siquiera nos preguntan si nos queremos casar con nuestros prometidos.
Él la miró un tanto confundido, y ella comprendió que lo hacía por su reciente compromiso.
- No seas tonto, por supuesto que me quiero casar contigo - le dijo tomando su mano - Pero solo tú me lo preguntaste. Tu madre y Daemon hicieron planes sin saber nuestra opinión, mi padre aceptó sin preguntarme antes y sin siquiera conocerte antes para asegurarse de que seas un buen hombre - ella hizo un silencio - Soy afortunada Jace, me casare con quien quiero, con un buen hombre. Pero estoy segura que a mi padre no le interesa si te quiero o no, solo tu rango y tu título.
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Dutty | Jacaerys Velaryon
Fanfiction"- Usted no comprende, mi Lady - dijo el chico acercándose a demasiado a la chica - Me han educado para actuar con honor y para cumplir mi deber, pero cada vez que la veo siento salir a la luz los deseos más profundos de mi corazón - y susurrando en...