Larys Strong caminaba a paso lento y complejo hacia los aposentos de la Reina Alicent Hightower. Había visto algo entre el príncipe Jacaerys y Lady Daena Hightower y debía decírselo, quizás incluso podía conseguir algunos favores por parte de la Reina a cambio de la información. Pero cuando ingresó a la habitación, se dio cuenta que no podría ser así ya que la mujer se encontraba acompañada de su hijo, el príncipe Aemond.- Majestad - la saludó.
- Ah, Lord Larys - dijo poniéndose de pie - ¿Qué lo trae por aquí a estas horas?
- Información para su majestad - dijo en un susurro.
Pero Aemond, que miraba el fuego de la chimenea ya lo había escuchado.
- ¿Qué es que no puede esperar hasta mañana? - pregunto ella.
Larys miro al príncipe Aemond dudando si debería decir eso ante él, pero la Reina ya lo estaba mirando impaciente por su respuesta.
- Es sobre Lady Daena - dijo sigiloso - con el Príncipe Jacaerys - terminó de decir y Aemond dejó de mirar el fuego para mirarlo directamente a él.
- ¿Que? - dijo Alicent confundida.
- Los he visto en el patio de la fortaleza... tomándose de las manos - explicó.
- ¿Qué está insinuando, Strong? - dijo Aemond poniéndose de pie.
- Solo le informo a la Reina lo que he visto, mi príncipe - dijo tragando saliva un tanto intimidado por el joven.
Alicent estaba un tanto incómoda y pasó sus manos por la falda de su vestido tratando de calmarse.
- Gracias Lord Larys - le dijo mirándolo - siempre es bien recibida su información.
- Solo estoy aquí para servirla, Majestad - dijo mirándola fijamente.
Aemond miro la escena un tanto incómodo ¿qué carajos ese hombre y su madre? ¿Qué trato tenían para que él le entregara información?
La reina miró un momento al hombre dejando entender que era mejor que se retirara y que después hablarían, por lo que el hombre salió de la habitación con bastante dificultad. Ella comenzó a caminar y a morder sus uñas nerviosa.
- Esto es típico de Rhaenyra - dijo no para su hijo sino para si misma.
- ¿Qué? - dijo Aemond.
- Querer molestarme en todo. Seguramente ella le dijo a... a ese... niño que se acercara a Daena.
- Madre - dijo su hijo intentando calmarla - Daena aborrece al bastardo ¿no lo haz notado?
Ella miro a su hijo evitando soltar una risa burlona porque el enamoramiento que Aemond tenía por ella era tan obvio que no lo dejaba ver ciertas cosas, sobre todo que Viserys ya había pensado que Jacaerys y Daena serían buena pareja. Por eso, era mejor mantenerlo en su habitación y controlarlo con la leche de amapola.
- Por los siete - dijo suspirando - al menos este martirio terminará. Tu padre quiere encontrarle una esposa al chico. Quizás podamos encontrar al fin alguien para Daena.
Aemond carraspeó algo incómodo y se acercó a su madre.
- ¿No crees que...? - se detuvo pensando mejor lo que iba a decir - ¿Por qué no la casas conmigo?
- No - dijo ella de inmediato - Conoces lo delicado de nuestra situación. Para que tu hermano suba al trono necesitaremos apoyo que se gana con matrimonios. Debemos casar bien a Daena, garantizando la lealtad de otra casa hacia los Hightower, y esperar por ti.
Aemond suspiró pesadamente y asintió con la cabeza. Sabía que su madre tenía razón en eso, y para él el poder y el trono de hierro era más importante que Daena o cualquier mujer.
- ¿Hablaras con ella sobre esto? - preguntó.
- No - dijo la mujer - a Daena nunca le ha gustado estar aquí o seguir reglas, es mejor que no sepa que sabemos ciertas cosas que hace.
El chico asintió, aunque no estaba de acuerdo. Él mismo hablaría con Daena y le advertiría sobre el bastardo. Se despidió de su madre y caminó directamente hacia los aposentos de su prima, donde le dijo al guardia que custodiaba la puerta de ella y de Helaena que necesitaba verla.
El guardia, algo dubitativo por la hora, golpeó la puerta llamando a la chica quien indicó que entrara.- Primo - dijo saludándolo.
Estaba ya con su ropa de dormir y Aemond se puso un poco incómodo por eso.
- Necesito hablar contigo - dijo duramente - Debes alejarte del bastardo.
Ella lo miro boquiabierta.
- Yo... yo no... no tengo ningún tipo de relación con el príncipe - dijo algo nerviosa.
- Los han visto tomados de las manos en el patio del arciano.
Ella se puso un poco nerviosa.
- No ha sido nada - le dijo - El príncipe estaba un poco desconcertado por la salud del Rey, solo le he entregado mi apoyo.
Aemond se acercó un poco más a ella, poniéndola más nerviosa.
- Eso espero, no creo que seas tan tonta como para pensar que él podría interesarse realmente en ti ¿o si?
Ella se sintió un poco herida, ya que si había pensado que él había mostrado interés en ella, no sólo esa noche, sino que también las otras donde él incluso había rosado sus labios con los de ella. Además, pensó que luego de esa noche las cosas mejorarían entre ambos.
- Si Jacaerys se está acercando a ti sólo lo hace para molestarnos - le dijo de manera cruda - Sabe que eres una Hightower y los negros detestan a mi madre y a nosotros. Sólo por eso se acerca a ti. No seas tonta.
Ella lo miro tratando de mantenerse seria, pero la verdad era que le dolían sus palabras. No sabía por qué le afectaban tanto, pero si dolían.
- No tienes que preocuparte por mi - lo miro fijamente - No me agrada para nada el príncipe. Ahora si no te importa quiero dormirme - dijo señalando la puerta e invitándolo a salir.
Aemond la miró por un momento. Sabía que la había herido pero eso mejor así. Se acercó a la puerta, la miro por última vez y salió de ahí.
Daena por su parte se lanzó a su cama y se tapó la cara con las manos suspirando pesadamente. Era una tonta, ¿por qué él se acercaría a ella? ¿Por qué querría confundirla con sus acciones? Aemond tenía razón, no podía confiar en él. Con razón hacía todo eso, solo quería usarla en un juego de poder en contra de su tía. Era tan claro que él no se preocupaba por ser un buen rey y solo lo había dicho para tratar de ablandarla a ella.
Pero ya no más.Jacaerys por su parte, pasó toda la noche pensando en que Lady Daena solo se mostraba como una persona dura y un tanto osada pero que por dentro tenía un corazón bastante amable. Sonrió como un tonto toda la noche y ni siquiera sabía por qué, solo sabía que el tacto de la mano de la chica con la suya se había sentido muy bien, y eso lo hacía sonreír aún más.
Por la mañana, decidió no seguir ignorándola. ¿Para qué seguir con eso si a fin de cuentas siempre terminaban encontrándose a solas? Se dirigió a desayunar con el resto de la familia y no solo en su habitación como siempre, y vio a la chica sentada a un lado de Helaena y sus hijos pequeños.
- Tía - dijo saludando - Lady Daena, es bueno verla nuevamente - le dijo sonriendo pero ella no lo miro y solo hizo una inclinación de cabeza a modo de saludo.
¿Qué carajos?
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Dutty | Jacaerys Velaryon
Fanfiction"- Usted no comprende, mi Lady - dijo el chico acercándose a demasiado a la chica - Me han educado para actuar con honor y para cumplir mi deber, pero cada vez que la veo siento salir a la luz los deseos más profundos de mi corazón - y susurrando en...