Dutty | Jacaerys Velaryon

Capítulo 16

Jacaerys estaba preocupado por Daena, había quedado bastante afectada después de que Daemon asesinara a Vaemond Valeryon, y Aemond se la había llevado del lugar junto a Helaena para que ambas se calmaran un poco.

Por otro lado, quedó un poco confundido ya que su abuela le había insinuado un compromiso de él y Baela, y él pretendía evitarlo hablando con su madre. Sin embargo, no pudo hacerlo y aún así quienes se casarían sería Lucerys y Rhaena, y no él. Ahora el chico pensaba ¿qué planes tenía en mente su madre para él? Fueran los que fueran, debía evitarlos pronto. Él se debía casar con Daena. No solo por lo que había pasado entre ellos, y que por ende debía actuar con honor ante la situación, sino porque Jacaerys ya no tenía problema en admitir, al menos para si mismo, que le gustaba mucho esa esa chica y que la quería. No sabía si estaba realmente enamorado, ni siquiera sabía bien que era el amor, pero si la quería, y definitivamente si le gustaba mucho, y al parecer a ella también le gustaba él.

Entró en el pasadizo secreto que había en su habitación para dirigirse al cuarto de ella, necesitaba saber cómo estaba, poder cuidarla si era necesario y lo más importante, proponerle que fuera su esposa. Pero cuando llegó a la pequeña puerta que entraba al lugar se quedó un momento ahí, ya que escuchó una conversación.

- ¿Segura que estás bien? - escuchó la voz de Aemond.

- Si, solo nunca había visto como asesinaban a alguien - dijo Daena. Sonaba un poco nerviosa aún.

- Estarás bien - dijo él - solo debes sacar esa imagen de tu mente.

- Lo sé - dijo ella.

- Daemon es así - murmuró el príncipe.

Ella no respondió nada así que él hablo.

- Por eso te digo que te alejes del bastardo, su familia no es para ti.

Jace frunció el ceño y se acercó para escuchar mejor. Estaban hablando de él y no le gustaba para nada como el príncipe se refería hacia él o su padrastro.

- Aemond, basta - dijo ella cansada - ha sido un día agotador, quiero descansar.

- Solo te digo la verdad, Daena - dijo él - Tú y yo somos fuertes, y permitirse sucumbir ante los sentimientos hacia alguien es debilidad.

Jacaerys no supo qué pasó después pero escuchó que Aemond le dijo algo antes de escuchar como se cerraba la puerta.

- Lo digo por tu bien.

Cuando Jace estuvo completamente seguro de que su tío había salido de la habitación, ingresó viendo a Daena sentada sobre su cama. Llevaba su camisa de dormir color blanco y el cabello en un trenza. La imagen de la belleza para el chico.

- Daena - dijo saludándola.

Ella lo miro sin ninguna expresión en el rostro mientras él se sentaba a su lado y tomaba su mano. Jace pensó que sería mejor no tocar el tema de Aemond hasta que ella se lo quisiera contar, pero ya era obvio que su tío sabía o al menos sospechaba de que algo pasaba entre ellos y no lo aprobaba.

- ¿Estás bien? - dijo tratando de acariciar su mano pero ella la apartó. Él la miro un poco confundido - Me quedé preocupado cuando te vi así.

- Estoy bien - dijo sin más.

Él no supo que hacer en ese momento ya que ella se estaba comportando de manera extraña, no como lo había hecho la noche anterior o durante el breve encuentro en su habitación. No sabía que ocurría, pero notaba que la chica no estaba bien. Y notaba que no solo era porque ver una muerte le afectó. Era Aemond, pensó Jace enojado.