Capítulo 33

7.9K 720 117
                                    


Canción del capítulo
Lover - Taylor Swift

Jace había ingresado en la habitación de Daena por el pasadizo secreto mucho más tarde y la vio durmiendo profundamente. A pesar de que la había cargado en sus brazos para llevarla a su habitación cuando perdió el conocimiento, la Reina no le permitió estar en el lugar cuando el Maestre la revisó. Y la verdad es que era lo que se debía hacer, a los ojos de los demás ellos no eran nada. Pero a él ya le daba igual que los demás se dieran cuenta de todo.

Se mantuvo afuera de la habitación, con Otto Hightower a su lado. ¿Qué carajos había pasado? Se preguntaba él una y otra vez. No entendía por qué Dae estaba tan alterada, porque temblaba de esa forma y por qué cayó al suelo. No alcanzó a preguntarle nada y le preocupaba mucho que reaccionara así.

Cuando la Reina salió de la habitación estaba pálida y el Gran Maestre observó por un momento al joven príncipe pero luego bajó la cabeza y se retiró sin decir nada. Alicent solo mencionó que todo se debía a la conmoción y los nervios por la situación de su padre. A pesar de que Jace iba a solicitar verla, la Reina fue más rápida y anunció que aún estaba dormida y era mejor dejarla sola.

Así que él, con todos sus nervios a flor de piel, esperó y esperó. Y ahí estaba ahora, de madrugada en la habitación de la chica mientras la miraba dormir. Se veía un poco pálida, y su largo cabello estaba algo desordenado. El sonrió por eso y se sentó en la cama mientras tomaba su mano. La chica, con dificultad, abrió sus ojos.

- Hola preciosa - dijo él besando su mano.

- Hola - dijo ella notablemente cansada.

- ¿Cómo te sientes?

- Un poco mejor - dijo ella tratando de incorporarse para sentarse y quedar a la altura de él - Mi padre, él...

- Lo sé - dijo Jace - lo sé.

Ella lo miró con lágrimas en los ojos. Estaba asustada y Jace lo comprendió. La atrajo hacia él en un abrazo tan cálido que Daena realmente sintió que todo estaría mejor.

- Estará bien - dijo él acariciando su cabello tratando de calmar el llanto de Dae - Debes confiar en que así será.

- Tengo miedo Jace - dijo soltando más lágrimas - Es lo único que tengo, sabes que no somos cercanos, pero es mi familia y yo... no... no quiero que se muera.

Él la abrazó con fuerza diciéndole que llorara todo lo que necesitara, que él nunca la dejaría sola y que siempre estaría a su lado. Sabía lo que era perder a un padre. En realidad, a dos padres. Primero al hombre que lo había engendrado y que siempre fue su apoyo y su modelo a seguir. Y después, al hombre que a pesar de que siempre supo que tanto él como Jace no eran sus hijo, les dio su apellido, los cuido y les entregó cariño.

Así que esa noche, ambos se quedaron en la cama de la chica, recostados mientras él la abrazaba y acariciaba su cabello, y ella soltaba toda su pena y frustración. Sin embargo, en el fondo ambos sabían que esto era muy sospechoso y que debían estar atentos ante cualquier movimiento de las personas que los rodeaban.

Los días habían pasado y Daena había decidido darse ánimos, ya no podía estar lamentándose como una tonta. Volvió a salir a visitar a Reid durante las noches, y aunque al inicio le molestó un poco que en el lugar la miraran con lastima, cuando recibió el cálido abrazo de Mary y los gemelos comprendió que no tenía que temer. Los tenía a ellos, a Reid y a Jacaerys. Ellos eran su familia.

Jace por su parte, estaba atento a todo movimiento en el Consejo Privado. Pero Otto Hightower le explicó que lo más probable era que su sobrino fuese atacado por hermandades dedicadas a la vida delictual, aunque el príncipe dudaba de eso. Aunque eso no convenció al príncipe.

Dutty | Jacaerys Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora