Capítulo 32

9.1K 737 104
                                    


A pesar de que Rhaenyra y su familia habían vuelto a Dragonstone, Jacaerys se quedó con su prometida esperando la llegada su padre. Él había pensado que sería bueno que su boda ocurriera de inmediato, sin importarle qué dijera la Reina ni nadie. Pero su madre le dijo que debían hacer las cosas bien, para que su matrimonio realmente apaciguara todo tipo de apoyo de los Hightower a la causa de los verdes debían hacerlo bien y cumplir ciertas condiciones del padre de Daena.

Así que la princesa le dijo a su hijo mayor que debía permanecer en la capital junto a su prometida, y sería él mismo quien terminaría las conversaciones para el compromiso. Jace pensó que en esa conversación incluiría la condición de que se casaran de inmediato, después de todo en cualquier momento podría llegar una pequeña sorpresa para ellos y era mejor no retrasar aún más las cosas, por lo que también decidió, que aunque le costara no la tocaría de nuevo hasta estar casados. No necesitaban una boda tan grande o tan lujosa, a ninguno de los dos le interesaba realmente eso, solo querían estar juntos.

Sin embargo, la Reina estaba enojada. Se suponía que ella debía encargarse de deshacerse de todos ellos, y aunque su adorado Aemond había hecho todo bien, Jacaerys se había quedado. Su padre, lógicamente estaba enojado con ella, había fracasado en que todos se fueran y el príncipe suponía un problema para ellos. Pero Alicent no podía evitar pensar en que si Jace se había quedado era porque su sobrina no era simplemente algo que él hacía por compromiso o por obligación, estaba enamorado de ella. Tan enamorado para seguir ahí aguantando todo solo por no dejarla sola.

¿Era correcto? Pensó ella toda esa noche. ¿Hacía bien en separar a esos chicos que solo querían estar juntos? ¿Era correcto dejar a su hijo como rey aunque claramente a él no le interesaba? ¿Hacia bien en manipular a Aemond a su conveniencia? Si contar en cómo había terminado todo con Helaena. ¿Era una buena madre después de todo?

Los Dioses sabían que ella hacía todo eso por su familia, pero al parecer todo había resultado horrible. Y es que ella sentía tanto resentimiento hacia Rhaenyra, hacia el Rey, hacia el maldito trono de hierro que no podía evitar ser así. La habían obligado a estar con ese hombre, un hombre que respetaba y que había cuidado toda su vida, si. Pero él no era a quien amaba. La habían obligado a parir hijos y aún así su hijo mayor no tendría el trono que le tocaba por derecho. En su mente, tenía razones para estar enojada.

Cuando estaba pudiendo aclarar su mente y relajándose un poco para poder dormir, sintió que alguien llamaba a su puerta y vió a Ser Criston Cole mirarla con nerviosismo.

- Su padre, mi Reina - dijo para que luego Otto Hightower entrará en la habitación.

La Reina se puso de pie rápidamente. Era impresionante como, aunque ella ahora tuviera el poder de callar a su padre, el rango para enfrentarlo, incluso los medios para vengarse de él, no lo hacía. Y seguía comportándose como una niña de 16 años que esperaba una reprimenda de su parte.

- Está hecho - le mencionó - Fue anoche.

Ella lo miró comprendiendo a lo que se refería.

- ¿Daeron está bien? - dijo nerviosa.

- Si, pero debieron hacerle algunas heridas. Nada grave ni permanente, pero lo suficiente para no levantar sospechas.

Ella asintió con la cabeza estando un poco más relajada.

- ¿Ormund vivirá? - preguntó antes de que su padre saliera de la habitación.

Él se detuvo y se volteó a mirarla con sigilo. ¿Se estaba arrepintiendo?

- Ya veremos - dijo fríamente - Agradecería que fueras tú quien le de la noticia a Daena.

- Padre - volvió a llamarlo - Aún está Jacaerys... por como lo vi... él sería capaz de buscar quien oficie la boda hoy mismo para casarse con ella y ambos sabemos que la chica ya no es doncella.

Dutty | Jacaerys Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora