Capítulo 23

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El chico se incorporó rápido observando fijamente a Daena y al pequeño que tenía en sus brazos. La chica lo miraba horrorizada y nerviosa, y estaba cada vez más pálida. Los murmullos de las personas eran cada vez más fuertes y todos hablaban de lo mismo, de él.

- Es el Príncipe, de verdad es él - escuchó decir a una mujer por lo bajo.

¿Qué era ese lugar? Pensó el chico. ¿En qué estaba metida Daena? Inspeccionó el lugar pero no le dio mucha información lo que pudo ver. Mujeres, más que nada, lo miraban fijamente. También había algunos niños y niñas  pequeños, aunque no eran muchos, y dos hombres corpulentos, él que había estado en la entrada y otro. ¿En que carajo estaba metida esa chica? Se imaginó lo peor, pero verla sujetar tiernamente al pequeño niño de cabellos castaños en sus brazos le hizo pensar que Daena no podría estar en nada malo.

- Lo lograste Daena - le dijo una mujer bastante alta, con cabellos negros canosos, acercándose a ella - Por fin trajiste a alguien de la familia real.

Y la mujer, que tenía más o menos la edad de su abuela, Rhaenys, se acercó al príncipe haciendo una pequeña pero respetuosa reverencia.

- Es un placer que por fin alguien de la fortaleza roja se interese en nosotros, Su Gracia - dijo la mujer sonriéndole - Lady Daena nos ha hablado muy bien de usted y de su familia.

Él hombre que antes había sujetado a Jace por el cuello rió por lo bajo, como si eso no fuera verdad y la mujer le dio un pequeño y sutil golpe en las costillas.

- ¿Qué? - dijo Jacaerys confundido mirando a la mujer y luego de nuevo a Daena que lo miraba con una mezcla de susto y nerviosismo.

Ella le sonrió de nuevo y habló.

- Lady Daena nos ha contado que fue su madre y el príncipe Daemon quienes interfirieron en el tema de las niñas - le explicó pero Jace seguía sin comprender un carajo - Nunca había venido nadie más de la corte a visitarnos más que ella, es realmente un honor que el príncipe de Dragonstone sea nuestro primer invitado.

Él iba a refutar que él aún no era príncipe de Dragonstone, pero pensó que no serviría para nada. La mujer miró con una sonrisa a Daena que había dejado al niño en el piso y seguía mirando fijamente a Jacaerys. Él, por su parte, no entendía nada. Pero entonces comprendió que si seguía mirando a la personas parado como un tonto nunca entendería, así que prefirió fingir.

- Claro - dijo carraspeando con la garganta - Me gustaría bastante que me muestre el lugar y me comenté de sus... actividades, lady... ¿disculpe cuál es su nombre? - preguntó mirando a la mujer.

- Daena, ni siquiera le haz dicho mi nombre al príncipe - dijo ella mirando divertida a la chica que aún miraba atónita a Jace mientras el pequeño que había dejado en el suelo tiraba de su vestido pidiendo que lo cargara de nuevo - Mary, mi príncipe, solo Mary, no soy una Lady.

Jace asistió con la cabeza y volvió a mirar a las personas a su al rededor que lo miraban de manera atenta, como si estuvieran esperando algo de él.

- Oh, pero que insolencia más grande estamos teniendo - dijo Mary golpeando su frente - Todos una reverencia ante Su Gracia.

Todos comenzaron a hacerlo. Aunque Jace notó la deficiencia que tenían al realizarla. No contaban con los modales y la educación de las casas nobles y aún así él se sintió honrado de todas esas personas sintieran la necesidad de arrodillarse ante él, y que lo miraran como si esperaran mucho de él.

- No es necesario, de verdad no lo es - se apresuró a decir a todos pero los demás siguieron haciendo reverencias bastante torpes.

- Pincipe - dijo el niño que había estado antes con Daena tomando una de las piernas de Jacaerys. Él lo miró sin saber que hacer.

Dutty | Jacaerys Velaryon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora