Enid corrió, lo más rápido que sus piernas le permitieron, cuando llegó a la puerta de Ajax, exhausta, trató de recuperar la compostura y tocó la puerta.
Ajax salió, pero no le sonrió como acostumbrada a hacer, la miraba con un semblante serio, ni siquiera la dejó pasar, simplemente soltó la bomba.-Quiero dejarlo.- A Enid se le cayó el mundo encima, su sonrisa desapareció junto a la emoción en sus ojos. Ajax no le permitió rebatir, ni siquiera la dio ninguna explicación, simplemente cerró la puerta e ignoró todas las súplicas de la rubia para que le abriera. Enid se fue y volvió a la habitación, sin siquiera mirar a su compañera de habitación se escondió en el baño, no quería que Wednesday la viera así porque sabía que la pelinegra le reprocharía por ser tan idiota. Por primera vez, la menor sintió como el aire comenzaba a abandonar sus pulmones y como era incapaz de recuperarlo, la chica se levantó bruscamente, agobiada y desesperada por intentar respirar, el pánico invadió su cuerpo.
Wednesday se extrañó al ver como Enid se metió en el baño sin decirle nada, supuso que las cosas con Ajax no acabaron bien y si la rubia necesitaba estar sola, ella se lo permitiría, o eso pensaba hasta que escuchó cómo caían cosas al suelo en el baño, preocupada, se levantó y tocó la puerta del servicio.
-¿Enid, está todo bien?- La menor no contestó y esto solo aumentó la preocupación de la pelinegra, que al ver que nadie contestaba abrió la puerta. Y allí estaba Enid, de pie frente al lavabo, agarrandolo con fuerza provocando que sus garras salieran a la luz. Cuando la rubia se giró, Wednesday pudo ver en sus ojos el pánico, y por primera vez no disfruto de esa mirada, no si venia de Enid. La menor se agarró a los hombros de la pelinegra al mismo tiempo que sus piernas fallaban. Wednesday la agarró de la cintura y la ayudo a que se sentará en el suelo sin hacerse daño.
-Enid respira, tienes que respirar.-La menor negaba con la cabeza, no podía, simplemente le era imposible.
-Enid, mirame-La pelinegra le sujeto la cara para que no dejara de mirarla- aguanta la respiración, se que parece lo contrario a lo que debes hacer pero tienes que regular tu respiración.
La rubia intentó aguantar la respiración, de veras que lo intentó, pero su cuerpo no se lo permitía. La mayor no sabía que más hacer para ayudarla, tenía que hacer que Enid aguantara la respiración pero taparle la boca con la mano solo la agobiaria más y la única opción restante no era para nada viable. Wednesday vio como la menor empezaba a perder el conocimiento y en un intento desesperado por ayudarla, le agarró de la cara y la besó, y al contrario de lo que se esperaba Enid no la apartó, sino que cerró los ojos y se dejo hacer. La pelinegra no se movía, no se le debería considerar un beso beso, si no que dejo sus labios sobre los de ella y después de unos segundos se separó. La menor abrió los ojos despacio y miró a su compañera de habitación sorprendida.
-Has aguantado la respiración.- susurró la pelinegra.
Y era cierto, Enid aguantó la respiración y se encontraba mejor. Wednesday no aguantó la tensión, así que se levantó y salió de vuelta a la habitación. La rubia se quedó unos minutos procesando lo que acaba de ocurrir, un mar de sensaciones la estaba inundando y su loba interior daba saltos de alegría. Lentamente se levantó y salió en busca de la pelinegra, cuando salió la vio supuestamente dormida. Enid se sentó en su cama y le sacudió con suavidad el hombro, la mayor la miró expectante.
-¿Puedo dormir contigo? por favor.- la pelinegra no dijo nada, pero bastó fijarse en la mirada de súplica de Enid para que asintiera y se colocara en el extremo opuesto de la cama, dándole la espalda. La menor se acostó en la cama y pegó su cuerpo al de Wednesday y la abrazó por detrás. Ante esto la pelinegra se estremeció, pero por primera vez no quería apartarse, tan solo dejo salir un suspiro y cerró los ojos. Enid apenas consiguió dormir, su lobo interior estaba hiperactivo, parecía estar a punto de colapsar de emoción, la rubia seguía sin entender el porqué de estas emociones, lo único que sabía es que ya no sentía ganas de llorar por su ahora ex novio Ajax, solo quería sentir la cercanía de la mayor junto a ella, agarró aire profundamente y cerró los ojos, pegándose más todavía al cuerpo de la pelinegra y abrazandola con firmeza.
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Para cuando Wednesday se despertó, se fijó en que Enid estaba acostada sobre su pecho además de tener las piernas entrelazadas. No hizo nada para apartarla, suspiró e incluso comenzó a acariciarla del pelo, no tenía ni idea de lo que estaba pasando, ¿por qué se sentía así? Sabía que quedaba poco para el baile del eclipse, donde supuestamente se revelaba tu alma gemela, ahí se enamoraron sus padres, además, su madre ya le había advertido que cuanto más próximo esté el eclipse, sus emociones más intensa se harían con su alma gemela, ¿eso significaba que Enid era la suya? Eso es totalmente imposible, si eran tan diferentes, Enid era tan alegre, risueña y colorida, en cambio ella era más fría, poco sentimental y bastante seca. No, no podía ser eso, seguramente tiene cualquier otra explicación, pero entonces, ¿por qué no era capaz de apartar a Enid? Si apenas la conoce, si la primera impresión que tuvo de ella le provocó náuseas, como podía ser eso posible, ¿ella siente lo mismo? ¿existe la posibilidad de que Enid tuviera otra alma gemela?. Wednesday tenía muchas preguntas, pero ninguna respuesta y eso la dejaba abrumada, estaba acostumbrada a tener una respuesta para absolutamente todo, pero no la tenía para esto.
Pronto Enid despertó, y al darse cuenta en la posición que se encontraba respiró profundamente y se acomodó mejor, fingiendo estar dormida y así poder disfrutar un poco más de la paz que le transmitía la mayor. Lo bueno es que era sábado y ese día no tenían clase, así que se permitió ese capricho.
Se quedaron de esa forma alrededor de una hora, Wednesday acariciando el pelo de la menor mientras esta ¿ronroneaba? Es curioso porque es una mujer loba, todo lo contrario a un gato. La pelinegra sabía que Enid estaba despierta, pero siendo sincera, prefería fingir que no se había dado cuenta tan solo para que la rubia no se alejara de ella, sentía la necesidad de tenerla cerca, disfrutaba del calor corporal que esta le proporcionaba. Pero no podían quedarse así todo el día, por mucho que ambas quisieran, en algún momento tendrían que enfrentar la realidad.
Enid fue la primera en separarse, levantándose con una sonrisa somnolienta, miró fijamente a la pelinegra quien no le devolvió la sonrisa, tan solo le sostuvo la mirada, esto preocupó a la menor, quien dejo de sonreír al momento y miró al suelo avergonzada, Wednesday le agarró del mentón, obligándole a que la mirara a los ojos.
-¿Qué paso con Ajax?- Preguntó la pelinegra sin mostrar ningún ápice de emoción. Enid le explicó todo lo que ocurrió el día anterior a la mayor y esta apretó los puños de rabia.
-Lo voy a matar.- Wednesday se levantó y fue hacia la puerta para ir a enfrentar a Ajax por haber sido un cabrón con Enid.
La rubia le agarró del brazo evitando que saliera a cometer una estupidez.
-No merece la pena Wends.- sonrió con tristeza y tiró del brazo de la mayor para que se acercara a ella, quería un abrazo.
La pelinegra entendió las intenciones y no pudo negarse, antes de que pudiera siquiera decir nada su cuerpo la rodeó y la acercó hacia ella. El abrazo fue corto y Enid se levantó para cambiarse de ropa, mientras, la pelinegra se quedó hablando con Dedos. Quien estaba más que sorprendido con la situación y decidió mantenerse al margen para dejar disfrutar a Wednesday, nunca la había visto cómoda con el contacto físico y por una vez que lo hacía no iba a interrrumpirle.
Tras cambiarse Enid salió del baño y avisó a la pelinegra de que saldría con Yoko a dar un paseo, pero que no tardaría en volver.
Wednesday decidió que mientras su "amiga" estuviera ausente escribiría en su novela.