Enid estaba acostada en su cama, podía ver desde ahí la cama de su compañera de habitación.
Ahí dormía plácidamente Wednesday. La menor podía apreciar el perfecto perfil que tenía la pelinegra, ya que esta dormía boca arriba como si estuviera durmiendo en un ataúd.
Se acercaban las 2 de la mañana y Enid todavía no había conseguido pegar ojo. No desde lo que pasó en esa misma tarde.
Flashback
-Wends, por favor, solo quiero hablar.
-Pues ahora mismo estoy ocupada, no puedo.- La pelinegra se está preparando para ir a ver a Xavier, habían quedado en que el chico le enseñaría las actividades extraescolares disponibles.
-Pero Wends, solo es un momento, me gustaría aclarar est- La mayor se giró e interrumpió a la más pequeña.
-No Enid, estoy ocupada, puedes esperar.
La menor se quedó murmurando sola en la habitación, Wednesday había cerrado la puerta con un golpe fuerte al salir.
Enid no entendía la razón del enfado de la pelinegra, ella solo quería aclarar lo que había entre ellas... pero en cuanto trató de sacar el tema, Wednesday salió despavorida.
Fin del Flashback
Enid estaba dispuesta a tratar de dormirse cuando comenzó a escuchar un suave murmuro.
Se giró de vuelta hacia la cama de la pelinegra y vio como la joven temblaba en su cama.
La menor acercó su oído a los labios de Wednesday, esta estaba diciendo palabras inaudibles para el oído humano.
-Crack... Stone... Rowan... Monstruo... Tyler... Nevermore.
La pelinegra repetía las mismas palabras sin cesar. Enid trataba de despertarla de su sueño sutilmente pero Wednesday no respondía.
Procedió a sacudirle con un poco más de fuerza de los hombros y por fin la mayor abrió los ojos.
Enid pudo ver las pupilas dilatadas de la pelinegra, su pecho subía y bajaba con irregularidad y su frente estaba cubierta por una fina capa de sudor.
La menor acarició con sus manos las mejillas de Wednesday, tratando de calmar su ansiedad.
-Estoy aquí Wends, nada malo te va a pasar.
Wednesday cerró los ojos con fuerza y apesar de sus intentos de contenerse, una lágrima escapó a traición cayendo en una de las manos de Enid.
La rubia abrió los ojos sorprendida, nunca había visto a la mayor así, su labio inferior temblaba y más lágrimas salían de sus ojos café.
Instintivamente, Enid agarró de la cintura a la pelinegra y la colocó entre sus piernas, haciendo que la espalda de la chica estuviera en contacto con su pecho. Rodeó con sus brazos a la joven y dejaba cortos besos en su nuca mientras intentaba reconfortarla.
Poco a poco la respiración de Wednesday se fue regulando y Enid, gracias a su muy desarrollado oído, escuchó como los latidos de la pelinegra eran más lentos y tranquilos.
La rubia volvió a mover a la mayor, acostandola a su lado mirándole al rostro.
Enid miraba los ojitos hinchados de la persona de la cual estaba enamorada. Acariciaba con una de sus manos la cara de Wednesday, quien cerraba los ojos sintiendose mimada.