-Tyler, tienes que abrirte a mi o nunca avanzaremos.
El castaño se acomodó mejor en el sillón de la consulta y se encogió de hombros.
-¿De qué quieres que hablemos?- murmuró.
-Cuéntame más sobre tu madre.
El chico bufó molesto, todas las sesiones eran iguales, siempre hablando sobre su madre, comenzaba a ser repetitivo y exasperante.
Esto no pasó desapercibido por la señorita Kinbott, podía sentir la frustración que irradiaba, así que decidió cambiar el tema.
-Según me ha dicho tu padre, últimamente sales mucho con una persona, ¿quién es?.
Por primera vez desde que comenzaron las sesiones, los ojos del castaño brillaron con fuerza.
Tyler se pasó la hora entera hablando de una chica pelinegra de quien estaba enamorado. Omitiendo las partes de la historia donde él y Wednesday casi mueren y obviando el hecho de que están llevando a cabo una investigación que lo más probable es que no los lleve a ningún lado.
Salió de la consulta sonriente.
Se dirigía hacia su casa cuando alguien lo metió bruscamente en un callejón oscuro.
Sonrió al percatarse de quien se trataba.
-Hola Wends.-Saludó con una mueca debido a la fuerza que estaba poniendo la pelinegra para acorralarlo contra la pared.
-¿Qué sabe Xavier sobre ti y por qué cree que debería alejarme?- preguntó tajante.
Tyler tragó duro, el agarré de la más baja disminuyó mientras esos ojos cafés lo miraban expectantes por una respuesta.
-El año pasado, yo y mis amigos pintamos toda la escuela y lo culpamos a él de vandalismo. Entramos en su cabaña y rompimos todo lo que encontramos dentro y una vez lo golpeamos. - Soltó el castaño en un suspiro.
Wednesday lo soltó bruscamente y se alejó mientras abría los ojos como platos.
-Wends espera... se que estuvo mal, dejé de hacer esas cosas, ya ni siquiera me junto con esa gente- intentó acercarse a la pelinegra mientras apoyaba sus manos en los hombros de la contraria, pero esta se alejó en cuanto sintió el contacto.
-Por favor...- suplicó el castaño- sabes que ya no soy así.
-¿Quién me lo asegura?.- preguntó cortante.
-Yo... confía en mí, tan solo dame una oportunidad y si ves cualquier indicio de que sigo siendo ese tipo de persona podrás mandarme a la mierda, por favor Wends.
Los ojos de la pelinegra se conectaron con los de Tyler.
El chico de verdad parecía dolido y arrepentido, así que asintió lentamente en respuesta.
-Tienes una única oportunidad de demostrarme que se equivocan contigo, no la desaproveches Galpin.
Y sin dejarle decir nada más, desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
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Enid tragó saliva con dificultad y apretó sus puños de rabia, provocando que el helado de vainilla que estaba en sus manos se rompiera.
Yoko, que estaba a su lado, la miró perpleja y siguió con la mirada hacia donde los ojos de la rubia se habían detenido.
-Oye, ¿esa de ahí es tu novia?
La ojiazul se giró enfurecida a su mejor amiga, menuda pregunta más estúpida, claro que era ella.
Pero, ¿por qué Wednesday había arrastrado dentro del callejón a ese idiota?
