-No me está entendiendo correctamente sheriff, YO LO VI MORIR.- Wednesday ya no sabía que más decir para que le creyeran.
Estaban en el despacho de la directora Weems mientras un grupo de policías buscaban a Rowan por el colegio.
-Niña, hemos recorrido el bosque entero con perros rastreadores y no encontramos ninguna simple prueba que pueda confirmar tu testimonio.
-Es obvio que alguien lo intenta encubrir, lo vi morir ante mi, si estuviera vivo, ¿no cree que hubieran dado con el? Porque nadie más sabe de su paradero.
-Están intentando llamarlo pero no tenemos respuesta, eso no significa que esté muerto.- el sheriff ya estaba cansado de la situación, había escuchado el mismo cuento una y otra vez.
-Es que a los muertos no se les da bien coger llamadas pruebe a mandarle una carta.- La pelinegra escupió con arrogancia.
-Ya esta bien niña, se acabaron tus tonterías.-
-Pero aún así no se va de aquí, porque en el fondo, usted sabe que hay un monstruo suelto matando gente- el sheriff la miró atónito-¿cuánto creía que le duraría el cuento de que eran osos?-un policía los interrumpió.
-Jefe, debería ver esto.- Cuando la puerta estuvo completamente abierta Wednesday casi se cae de la impresión, Rowan estaba vivo, mirando al sheriff nervioso, estaba intacto, sin un solo arañazo.
El sheriff abandonó la habitación llevándose a Rowan a comisaría, ni siquiera dejó a la pelinegra acercarse al chico.
Wednesday se fue frustrada de vuelta a la habitación, abrió la puerta enfadada y le ordenó a dedos que no perdiera de vista a Rowan.
Una vez la mano abandonó la habitación, la pelinegra agarró una almohada y se cubrió el rostro, entonces gritó, fue un grito de desesperación. Se quitó la almohada de la cara y recuperó la compostura, sacudió su uniforme y regresó al despacho de la directora.
-Quiero hablar con Rowan.- la directora negó con la cabeza.
-Eso no será posible jovencita, Rowan ha sido expulsado.
-¿Qué?¿Por qué?- La mayor estaba sorprendida.
-Información personal, ahora abandone la habitación y siga con sus clases.- Wednesday bufó molesta y salió de la habitación pisando fuerte.
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Dedos, acatando las órdenes de la pelinegra, estuvo siguiendo al chico desde que salió de comisaría. Rowan regresó al colegio y entró directo a su habitación sin decir ni una sola palabra, recogió todas su cosas y las metió en una maleta. Siguió al chico hasta el coche de la señorita Thornhill quien lo llevaría a la estación de tren.
Antes de subirse al tren Rowan entró a un baño y poco después salió un hombre mayor, cuando entró en el servicio, no había nadie, vacío. ¿Cómo había perdido al chico? Si no lo vio salir. Temeroso se dio la vuelta y regresó al colegio, asustado por la reacción que tendría Wednesday al enterarse.
-¿¡Cómo has perdido al Rowan en un baño de una sola entrada y sin ventanas!? Definitivamente la mano izquierda lo habría hecho mejor.- Dedos adoptó una pose dejando en claro que estaba ofendido y salió de la habitación enfadado. Enid que justo iba entrando lo vio salir.
-¿A donde se va Dedos?- La pelinegra se encogió de hombros, no tenía porque darle explicaciones a Enid. La rubia, que solo venía a coger unos libros, rodó los ojos, agarró lo que necesitaba y se marchó.