Cuando la pelinegra entró en la habitación, vio a Enid acostada boca abajo, supuso que se quedaría dormida, así que aprovechó y sacó su tablón de pruebas, donde colgó el espeluznante dibujo de Xavier.
Dedos no se paró a pensar en cuál de todos debía escoger, así que cogió el menos llamativo para que el chico no lo pudiera echar en falta.
Era un papel de tamaño normal y en el estaba dibujado un monstruo de un color azul muy oscuro, tanto que parecía de color negro, tenía los ojos saltones y un hilo de sangre caía de su boca. El monstruo estaba de pie en medio de un bosque y en el fondo se podía alcanzar a ver una pequeña mancha roja, parecía una silueta, como si hubiera alguien observando desde la distancia.
-Que coño es eso Wednesday.- La voz de Enid la tomó por sorpresa, ella debía estar dormida, la había pillado con las manos en la masa.
-Es... un trabajo, para clase... si.- La menor se cruzó de brazos y arqueó sus cejas.
-Y el trabajo requiere el expediente de Rowan, claramente.-No había forma de salir de esa y la mayor lo sabía, resopló derrotada.
-No es de tu incumbencia Enid.-Wednesday se sentía molesta, seguramente por el hecho de que era la primera vez que alguien la pillara sin que fuera intencionado por ella.
-¿Esta es la razón por la que pasas tanto tiempo con Tyler?- Enid trató de acercarse al tablón a coger el dibujo cuando la mayor se interpuso y la empujó hacia atrás.
-Lo que yo haga, es privado, si no te lo he dicho será por algo en espacial, por una vez búscate una vida propia y deja de meterte donde no te llaman.- Wednesday se arrepintió de sus palabras cuando sus ojos se cruzaron con los de Enid.
La menor se mordió el labio inferior con fuerza en un intento de evitar mostrarse debil delante de la pelinegra, pero una lágrima escapó a traición.
-Enid, yo...
-No digas nada, ya me lo has dejado suficientemente claro.- La menor escupió esas palabras herida, Wednesday escuchaba su voz intentado no quebrarse.
-No Enid, yo... de verdad que no... no quería hablarte así.
-Pero lo hiciste.
La pelinegra no sabía que hacer, nunca se había arrepentido de su manera de interactuar con la gente, pero con Enid todo era distinto, siempre lo era. Ahora se sentía culpable por haber actuado tan borde con la menor.
En un intento de disculpa, se acercó a la rubia e intentó juntar sus labios en un beso, pero se sorprendió cuando Enid apartó su rostro.
Perfecto, eso había dañado el orgullo de Wednesday, no pensaba ceder hasta que la menor le devolviera el beso.
Sujetó con delicadeza el rostro de Enid y volvió a intentar besarla. Esta vez la menor no se pudo apartar, pero no devolvió el beso.
Pero la pelinegra no se iba a rendir, rodeó la cintura de Enid con sus manos y mordió su labio inferior, obligándola a abrir sus labios, dejando pasar la lengua de Wednesday.
La menor deshizo sus brazos cruzados y los envolvió alrededor del cuello de la pelinegra, acercandola más hacia ella y devolviéndole el beso con la misma intensidad.
Hasta que recordó que estaba enfadada.
-No puedes intentar arreglarlo con un beso Wends.- La menor se separó con dificultad de la boca de Wednesday.
-De hecho, si puedo.- La pelinegra volvió a juntar sus labios y enterró sus dedos en la cintura de Enid, provocando que a esta se le escapara un gemido.