La luz que entraba por la ventana interrumpió el sueño de Enid, quien arrugó la nariz molesta y escondió su rostro con una almohada. Sin levantar la cabeza, busco con el tacto el cuerpo de su novia, pero no había nadie.
Ante esto, se levantó bruscamente y miró a ambos lados mientras parpadeaba repetitivamente, intentando acostumbrar sus ojos a la luz.
No había nadie en la habitación, nadie completo.
Dedos estaba en la mesilla de noche, cuando Enid se dio cuenta de su presencia, este le dio un saludo.
-¿Dónde está Wends?- La mano señaló el baño. Enid asintió, Wednesday estaba bien, no se había ido, así que la menor se tranquilizó y se dejó caer de vuelta en la cama.
Pasaron 15 minutos en los que Enid miraba al techo mientras esperaba pacientemente hasta que al fin Wednesday salió del baño.
Estaba totalmente vestida y ya tenía hechas sus trenzas. Caminó hasta su armario y se colocó sus zapatos. Dedos saltó de la mesilla y fue hasta la mayor para subirse a su hombro.
Enid tosió falsamente para que la pelinegra se diera cuenta de su presencia. Wednesday se giró hacia ella y le regaló una pequeña sonrisa.
-¿Cómo llevas el tobillo?- preguntó mientras apoyaba su cabeza en sus manos.
-Ya no duele tanto, solo molesta un poco.
-Me alegro.- La pelinegra terminó de colocarse sus zapatos, agarró una pequeña mochila negra y se acercó a la menor para dejar un corto beso para luego caminar hacia la puerta.- ¿A dónde vas?
-A ver a Xavier, me dijo el otro día que tenía algo interesante que se enseñarme.- Enid asintió en respuesta y se dejó caer en la cama, otra vez.
Wednesday negó con la cabeza mientras sonreía, nunca había conocido a alguien que le gustara tanto dormir como a Enid.
Después de echar un rápido vistazo a su novia, salió de la habitación cerrando la puerta detrás de ella y se dirigió hacia el estudio de Xavier.
Cuando llegaron el castaño abrió la puerta sonriente y los invito a pasar. Xavier sabía de Dedos ya que sus familias eran apegadas por lo que la mano no tenía que esconderse en su presencia.
Una vez dentro, Wednesday se fijó en que faltaban la mayoría de dibujos que vio desde la puerta la última vez que estuvo en ese lugar.
-¿Qué tenías que enseñarme?- El chico agarró una silla y se sentó frente a ella.
-¿Qué estás tramando Wednesday?- la pelinegra lo miró extrañada.- Robaste uno de mis dibujos, ¿por qué?.
Wednesday estaba sorprendida apesar de que su rostro indicará todo lo contrario.
-Vi ese monstruo aquella noche, la noche que murió Rowan, ese monstruo lo mató.
-Wednesday, Rowan está vivo, lo vimos todos.
-Ese no era Rowan, no se quien es, pero se que no era él.
-Wednesday creo que estas un poco paranoica, Rowan está bien.
La más baja apretó sus puños con fuerza, la estaba tratando de loca cuando ella sabía perfectamente lo que vio.
-Dime Xavier, ¿Has hablado con Rowan desde que fue expulsado?
El chico no dijo nada, había tratado de contactar con su antiguo compañero de habitación pero nunca obtuvo respuesta.
Dedos interrumpió la conversación cuando saltó al hombro del chico y de ahí saltó hacia la gran pintura que estaba cubierta por una sabana.
-¡No! - El mayor no consiguió detener a la mano a tiempo y la pintura se reveló.
Wednesday se acercó y acarició con sus dedos la pintura. Era ella, con su violonchelo.
Xavier se colocó justo detrás de ella y con sus manos hizo que la pintura se moviera y su figura tocara la misma canción que tocó una de las noches en las que Enid dormía en el cuarto de Yoko.
-Todavía puedo oírte tocar con sentimiento, es el único momento donde verás sentí que eras tú misma. Susurró aún detrás de ella.
Wednesday podía sentir la cercanía del chico, carraspeó incómoda y se excuso con que tenía que despertar a Enid pero que le contaría todo lo de su investigación en otro momento, pero antes de salir de la cabaña, Xavier la detuvo agarrandola del brazo.
-¡Wednesday!-La nombrada se detuvo- ¿puedo preguntarte algo primero?
La pelinegra suspiró molesta pero asintió.
-Te vi hablando con el hijo del Sheriff Galpin en la cafetería ¿Por qué hablas con él?- La expresión de molesta de la más baja fue sustituida por una muy sorprendida.
Los ojos del chico la miraban expectantes por una respuesta.
-¿Acaso te tengo que justificar el porqué hablo con alguien? Deja de soñar Xavier.
La pelinegra salió de la cabaña pisando fuerte, no sin antes escuchar un último grito del chico.
-¡Si supieras como es en realidad no te acercarías a él!
Wednesday no se detuvo, escuchó claramente al chico pero decidió no contestarle y salir de esa situación lo antes posible.
Pero sus palabras rondaban todavía por su mente, ¿por qué Xavier pensaría eso de Tyler? Wednesday tenía un buen ojo para las personas falsas y en ningún momento Tyler le dio alguna sospecha.
Investigaría sobre eso.
Caminó de vuelta a su habitación, cuando entró, todas las luces estaban apagadas y una Enid dormida se hallaba encima de su cama.
La menor se encontraba durmiendo bocabajo sobre una almohada, abrazandola. Tenía los labios ligeramente abiertos y varios mechones rubios caían desordenados por su rostro.
Wednesday se acercó lentamente, dejó un corto beso en su frente y se sentó junto ella.
Enid ni siquiera se inmutó.
La pelinegra frunció el ceño y le dejó un beso en la mejilla.
Nada.
Agarró su rostro con ambas manos y presionó sus labios contra los de Enid.
Esta abrió los ojos aturdida, cuando entendió lo que estaba pasando cerró los ojos de nuevo y le devolvió el beso.
Wednesday no pudo evitar sonreír contra sus labios al notar como a Enid le costaba seguir el ritmo.
Se separaron cuando la falta de oxígeno se hizo presente.
-Pensaba que habías salido.- Susurró la menor.
-Te echaba de menos.