-Cállate idiota, nos van a atrapar si no dejas de reírte. -susurró enfadada.
Tyler rodó los ojos frustrado, desde que Enid comenzó a aparecer junto a Wednesday cada vez que quedaban para investigar, él se iba irritando cada vez más, le molestaba tener que compartir ese tiempo tan valioso con la pelinegra con un lobo pulgoso.
Wednesday no era tonta, sabia que al castaño no le gustaba que su novia los acompañara pero desde que ocurrió la explosión aquel día era casi imposible que se separaran.
Si Wednesday salía a la Veleta, Enid iba a la Veleta. Si Wednesday iba al baño, ahí estaba Enid.
Era prácticamente imposible conseguir tiempo con la pelinegra a solas sin la presencia de la más baja.
En este momento, se hallaban los tres escondidos tras un contenedor. Espiando a Xavier.
No hace mucho que la chica de trenzas comenzó a desconfiar de él, ¿cómo era posible que aquel chico tuviera visiones tan precisas de ese monstruo? Esto le llevó a una única conclusión, él lo era.
Y es por eso que lo perseguían, en buscas de alguna prueba que confirmara sus sospechas.
Descubrieron que Xavier tenías citas extraoficiales con la doctora Kinbott, afueras del instituto y de su consulta.
¿A qué venían esas visitas? Eso es lo que trataban de descubrir.
Tras llevar más de dos horas seguidas observándolo, Enid comenzaba a aburrirse por lo que cualquier mínimo detalle le hacía reír.
Pero de pronto, Xavier hizo algo bastante inusual, algo que no había hecho antes durante esta semana en la que lo habían estado siguiendo.
El chico regresó al instituto, y los tres jóvenes lo siguieron.
Xavier se detuvo frente a una estatua, chasqueó los dedos dos veces y detrás de él se abrió una puerta.
Wednesday abrió la boca sorprendida, eso era nuevo.
Exactamente media hora después Xavier salió de aquel cuarto secreto y se dirigió a su clase de arco.
Los jóvenes esperaron a perderlo de vista para apresurarse a chasquear los dedos.
Como era de esperar, se abrió la puerta.
Sigilosamente entraron y quedaron sorprendidos al encontrarse una enorme biblioteca.
Wednesday echó una rápida ojeada y agarró tres libros que coincidían con aquel símbolo que llevaban días intentando descifrar.
No se quedaron a leerlos ahí, en cualquier momento alguien podría sorprenderlos.
Estaban a punto de salir cuando algo llamó la atención de la pelinegra.
Una foto en blanco y negro de la primera generación de este grupo ocultistas. Pero lo que destacaba era la figura de sus padres en el centro de la imagen.
Estaban abrazados mientras sonreían orgullosamente a la cámara.
-¿Ves algo, Wends? -preguntó el castaño.
La pelinegra negó con la cabeza y así como entraron, salieron de aquella biblioteca oculta.
Los tres jóvenes se sentaron en el suelo de la habitación de las chicas. Wednesday repartió un libro a cada uno para que comenzarán a leerlo y buscaran algo que pudiera estar relacionado con el monstruo o los asesinatos.
Horas después el castaño tuvo que despedirse, era tarde y debía regresar a su casa si quería evitar otra discusión con su padre. La que más apenada parecía con esto era Enid, quien sonreía de forma burlona mientras se despedía sarcásticamente:
-Adiós Tyler, seguro que te extrañaremos muchísimo. -El castaño la miró despectivamente antes de salir y cerrar la puerta detrás de él.
Wednesday parecía estar ajena a esta rivalidad que poco a poco había estado tomando forma entre ambos chicos. Estaba tan absorta en el libro que no se dio cuenta de que Tyler ya no estaba y de que Enid comenzó a resoplar aburrida después de estar tanto tiempo pegada a un libro.
De pronto la pelinegra soltó un grito:
-¡Lo encontré! -Enid volteó a verla.
-¿Qué?- contestó.
-¡Encontré la respuesta Enid!¡Es un Hyde! -gritaba la pelinegra mientras daba vueltas por toda la habitación ilusionada. Tenía una sonrisa enorme en el rostro.
Enid agarró el libro que había estado leyendo la pelinegra y continuó desde donde lo había dejado su compañera de habitación.
Un Hyde es un monstruo que convive en el interior de su humano, puede permanecer latente durante años e incluso nunca activarse, en cambio, si alguien con el conocimiento y sabiduría consigue despertarlo, el Hyde sigue una actitud pasiva y sumisa ante su amo. Los períodos en los que el humano queda opacado por su versión Hyde será como si estuviera en un sueño inducido y al despertar no recordará nada de lo ocurrido a excepción de alguna vision a no ser que el amo así lo quiera.
Esta especie destaca por su exclusividad, hoy día es prácticamente imposible encontrarte con uno, ya que ni el mismo Hyde sabe que lo es.
Junto aquella descripción aparecía un dibujo de la criatura, de enormes ojos saltones y oscuros. Brazos alargados y de gran altura, bastante corpulento y con dientes muy afilados.
-Entonces, buscamos dos culpables. -dijo Enid.
-El asesino y su títere. -completó Wednesday.
-Entonces... Xavier y...?
-La señorita Kinbott lo ha despertado. -contesta la pelinegra.
Ambas intercambiaron miradas cómplices y se lanzaron en los brazos de la otra.
Wednesday reía aliviada, después de tantas semanas lo había descubierto, por fin había conseguido dar con la respuesta.
Enid reía pero por escuchar a su novia reír, nunca la había visto soltar tal carcajada y si pudiera se tatuaría en la espalda ese momento tan histórico.
La menor se separó lo suficiente como para poder alcanzar esos labios que portaban la sonrisa más bonita que jamás haya podido observar.
Se besaron con adoración y devoción, sus labios danzaban el uno con el otro y encajan a la perfección.
Definitivamente se habían hecho para estar con los de la otra.
Las manos de Wednesday descendieron hasta la cintura de la más pequeña y dio leves apretones cariñosos.
Cuando la falta de oxígeno se hizo presente, la pelinegra se separó y dejó su frente apoyada con la de su amada mientras ambas jadeaban felices de gran logro.
Lo que no tenían idea, era que ese momento de felicidad era el punto final de esa calma antes de la tormenta.
Ahora si que si es un capítulo, espero poder tener otro listo a lo largo de esta semana pero no es algo seguro, pero a partir del 7 de Junio soy por y para el pueblo, ya habré entrado en vacaciones y habré terminado todos mis exámenes finales.
Nos estamos acercando al final gente.
Con esto me despido por hoy.
Un beso.
Ana.
