Capítulo 9: Problemillas técnicos con el tubo de escape.

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La moto rugía con una potencia ensordecedora, me agarré mas fuerte a él y dio otro acelerón.

"Kurt"

¿Porqué demonios tenía que aparecer ahora que todo iba tan bien?

No entendía porqué había vuelto después de todo lo que me había hecho, pero menos aún entendía cómo había podido estar bajo su dominio de nuevo.

¿Cómo podía haber estado a punto de besarle?

Suspiré y decidí que lo de comerme la cabeza lo dejaría para más adelante.

Abrí los ojos y ví cómo el atardecer seguía dejando pequeños rastros rosados sobre un cielo azul ennegrecido.

La ciudad comenzaba su letargo y las luces de las farolas iluminaban las calles donde alguna que otra pareja paseaba cogida de la mano.

Sonreí.

Yo había sido una de esas acarameladas parejas que paseaban de la mano sin llegar a besarse nunca en público por miedo al qué dirán.

De pronto me di cuenta de que los edificios, las casas y la propia ciudad parecía sucumbir bajo nosotros. Miré hacia la carretera y me di cuenta de que estábamos subiendo una cuesta.

Llegamos a una rotonda y tras coger la tercera salida la ciudad y todos sus habitantes quedaron detrás de nosotros.

El rugido de la moto seguía siendo tan potente como antes, y quería estar segura de que no me estaba secuestrando con fines "lucrativos" no sé si me entendéis...

-Derek ¿A dónde vamos?

Silencio

-DEREK

Silencio, me agarré más de su chaqueta y cogiendo impulso acerqué mi cara a su casco y reformulé la pregunta

-DEREK ¿A DÓNDE VAMOS?-Su casco se giró en mi dirección y yo avergonzada hasta la muerte me volví a agazapar detrás suyo

-VAMOS A UN SITIO ESPECIAL-Su casco volvió a girarse en mi dirección- ¿CONFÍAS EN MÍ?

Le miré sin sabes que decir ¿Confíaba en él? Sí, por extraño y aterrador que me sonara pero la pregunta era ¿Debía de confíar en él? Tal vez la respuesta era ...

-ME LO TOMARÉ COMO UN SÍ, SI NO CONFIARAS EN MÍ NUNCA HABRÍAS LLEGADO HASTA AQUÍ.

Y ahí, en ese preciso instante fue cuando me di cuenta de que él tenía toda la razón, que confiaba en él, y posiblemente comencé a hacerlo desde el preciso instante en que le vi aparecer con ese caminar laxo, con su pelo rebelde del mismo color que el carbón. Y muy probablemente comencé a confiar en él desde la primera vez en que nuestras miradas conectaron.

Negué con la cabeza, no debería estar pensando en eso. Sólo debía centrarme en el paisaje y en un nosotroscompletamente distanciado por el abismo de misterios que nos separaban. Yo no sabía nada de él, y él no sabía nada de mí.

Frente a nosotros comenzaron a aparecer unas cuantas casas, primero dispersas y después juntándose más, hasta que comenzaron a aparecer grandes hileras de urbanizaciones.

Cogió uno de los desvíos y las urbanizaciones desaparecieron dando lugar a un pequeño bosque.

El rugir de la moto cesó.

- Hemos llegado-Se quitó el casco y puso el pedal de freno.

Yo bajé de la moto antes de que él lo hiciera y me quedé mirando cómo las casas parecían pequeñas hormigas y los edificios un hormiguero.

My green abyss.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora