Capítulo 12: Las consecuencias de una noche loca (III)

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- ¿Olive?

Derek estaba tirado con medio cuerpo en la cama y medio en el suelo, me explico ; no es que se hubiera partido por lamitad, no. Simplemente es que se cayó de la cama y aterrizó con su cabecita rebelde en el suelo de la habitación agarrado de la almohada que yo le había puesto como sustituta mía...

Fui a hablar cuando todo vino a mi mente como si fueran los fotogramas de una película...

(Flashback)

Derek se acercaba cada vez más y más a mi cuello, no sabía que hacer ¿Me apartaba y le hacía la cobra? ¿Me quedaba quieta esperando a ver qué hacía? O ¿Tomaba la iniciativa y hacía el primer movimiento?

Decantándome por la tercera opción giré la cabeza hacia el lado contrario a donde él estaba acercándose haciéndole más fácil el acceso a mi cuello.

A través del espejo ví cómo se mordía el labio al verme el cuello y cómo se acercaba más a él. Sentí que el corazón se me saldría del pecho cuando noté su respiración rozándome.

Las hebras de su  cabello le tapaban el rostro y cada vez que se acercaba me hacían cosquillas en el cuello, un escalofrío me recorrió de pies a cabeza, apoyé mi cabeza en su hombro izquierdo y pude sentir cómo sus manos me agarraban por la cintura acercándome más a él.

Poco a poco me fui dando la vuelta conducida por sus manos, nuestros rostros estaban demasiado cerca. 

Mi mirada paseó desde su clavícula hasta su cuello, después al mentón, y tras eso, inevitablemente, su piercing negro.

Sus manos me atrajeron más a él, sentía su aliento cada vez más cerca, cada vez más caliente, cada vez más irresistible...

Nuestras miradas conectaron y conforme lo hacían nos acercamos, cerré mis ojos con la mirada fija en sus labios.

- ¿Se encuentra bien señorita?-Unos toquecitos en la puerta y una voz áspera de tono indiferente nos hizo separarnos de forma instantánea.

O más bien, le hizo separarse de forma instantánea, apartándome de su lado

-S-No me dejó terminar la oración cuando revolviéndose el pelo respondió

-Sí-Abrió la puerta haciendo que la señora apoyada en ella casi se cayera, y sin mirarla volvió a hablar-Te espero en la caja.

Asentí y mientras cerraba la puerta pude ver cómo la canosa dependienta nos miraba a ambos. Cerré la puerta evitando su mirada y entonces caí en lo que acababa de pasar...

Habíamos estado a punto de besarnos, y lo mejor de todo es que nos han cazado. Me dejé resbalar por la puerta y una vez en el suelo me miré en el espejo, auténtico poema ; estaba completamente roja y mi pelo estaba hecho una maraña allí donde Derek había tocado.

¿Qué demonios me pasaba?

¿Dónde quedó la promesa de no volver a enamorarme jamás? ¿Qué fue de aquellos sentimientos que prometí no volver a tener? 

¿En qué parte de la historia perdí mi determinación?

...

Llevaba veinte minutos hecha un ovillo en la esquina de la puerta del probador, con las rodillas tocándome en pecho y la  cabeza apoyada en ellas, un brazo tapándome la cara y otro apoyado en la puerta.

En la puerta se escucharon unos pequeños toquecitos a modo de llamada, como un zombie me recompuse y abrí la puerta:

-Hola, buenas tardes. -Me escaneó de arriba abajo admirando el mono, para después llegar a mi pierna y mirar la venda que ocultaba la cicatriz, fue entonces cuando por lo bajo masculló "Ahora lo entiendo" para después volver a mirarme con una enorme sonrisa- ¿Qué talla de botas utiliza?

My green abyss.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora