Capítulo 17:Nadie dijo que fuera a ser fácil

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Había muchas formas de despertarse, pero pocas eran tan incómodas como lo había sido encontrarme con Erika después de..."El incidente"

Lo digo de verdad, aún no sé como aguanté las ganas de huir, las preguntas de Erika no acababan y eran cada  cual peor, del tipo:

"Bueno, dinos ¿Es tan bueno en la cama como cantando?"

Sí, así es mi mejor amiga... Una pervertida

Y además Axel la había contado sobre el pequeño secretito de Derek antes que a mí.

Los días pasaron y era hora de dejar la diversión y ponerme a estudiar. Y me cuesta, me cuesta mucho, más aún cuando Derek dice que tiene calor  y se pasea sin camiseta a mi alrededor, o se pone a cantar, o a hacer ejercicio, mientras yo intento estudiar.

-Oye, Derek – estrujo el lápiz entre mis dedos - ¿No te apetece hacer ejercicio fuera? Digo, fuera de mi cuarto, de ésta casa, en la playa

Parece pensárselo y con una sonrisa perversa me mira de lado.

-No, prefiero estar aquí, no en la playa, sí en esta casa, sí en mi cuarto, contigo.

Se acerca a mí y se sienta a mi espalda, como si fuera el volante de un coche de carreras pasando sus largas piernas por mi costado y con sus manos en mis hombros apartándome el pelo a un lado con cuidado.

-No...Derek, no lo hagas.

-Lo necesitas.

-Necesito estudiar.

-No, necesitas esto.

 Mis pensamientos se esfuman, y mis neuronas se desconectan al roce de sus hábiles dedos en mis hombros.

-Te lo dije.

-Ah, Derek, no ...Esto...No está bien, yo tengo que ....

-Relájate-Lo susurra en mi oído mientras sus manos viajan desde mi cuello hasta mis hombros y   mordisquea el cartílago de mi oreja.

Dios.

DIOS

¡DIOS!

¡Es el Dios de los masajes!

Y no sé que esta siendo peor, sus manos o las caricias a mi oreja, pero me están volviendo loca, precisamente porque sé que no pasará nada.

(Flashback de Olive)

Era año nuevo y lo estábamos celebrando todos juntos.

Visitamos el acantilado cerca de la playa , descontamos los segundos para el fin de año y, cuando habíamos visto los fuegos artificiales, nos fuimos de fiesta.

Hasta ahí bien, ahora viene lo malo.

Ese día había hablado con Erika para que nos déjala la casa para nosotros solos,  aunque bueno, en realidad que ella la que lo habló conmigo...El caso es que cuando ya estábamos a punto de irnos de una de las discotecas decidí ir al baño.

Maldito el instante en que se me ocurrió.

Según me senté en la taza del váter noté un dolor horrible, inexplicablemente y dolorosamente doloroso. Bueno...En realidad sí tenía explicación.

Caperucita roja me estaba visitando.

Mi amiga la comunista estaba de visita.

La marea roja se había desatado.

Se asomaba Juana la colorada.

Vino Andrés como cada mes.

...Para los que aún no han entendido, tenía la regla.

My green abyss.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora