Capítulo 1: La misión pastelillo.

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Cansada, adolorida, con arcadas y el rímel esparcido por la cara, así fue como acabé hace una semana

(Flashback)

-Erika ¿Por qué no nos marchamos ya?... Estoy cansada...

- ¿¡QUÉ!? NO TE OIGO OLI ¡WOOOOW! ¡¡¡QUE SIGA LA FIESTAAA!!!-Bueno, sí, esa que está subida en la barra del bar es mi amiga Erika.

Hace dos horas que salimos de concierto. La verdad es que el chico no cantaba nada mal, he de reconocerlo, pero su actitud pasota y su afán porque nadie vea su cara al salir del escenario me pareció muy de diva para alguien que a penas está comenzando a salir al mercado musical.

Después de salir del concierto quedamos con las chicas en este bar y el resultado ha sido mi amiga borracha cantando y bailando todo tipo de canciones, o más bien intentándolo, aunque lo que sí hace genial es llamar la atención y hacer que pase la mayor vergüenza de mi vida...

- ¡WWWOOOWWWW! OLI, SUBE AQUÍ CONMIGO – Me tendió la mano mientras se reía como una desquiciada

Todos pusieron su atención en mí y, a pesar de repetir hasta la saciedad que no quería subir, uno de los chicos, borracho evidentemente, me puso en su hombro como si fuera un simple saco de patatas y con la ayuda de otro me subieron a la barra

- No, no os estáis equivocando yo no quiero subir  ¡OS ESTOY DICIENDO QUE YO NO QUIERO!- Erika comenzó a vitorear mi nombre, y con ella, cómo no, el resto de su "público".

Me mentalicé de que no saldría de esa y entonces la camarera del lugar me habló:

- ¿Quieres algo?- miré hacia ella y luego al que en pocos segundos sería mi "público".

-Sí...- me giré en su dirección suspirando-Dame lo más fuerte que tengas

-Marchando...

Unos segundos después me dio una copa con un líquido amarillento, preferí no preguntar lo que era porque estaba segura de no querer saber la respuesta, y lo bebí de un solo trago...


A la mañana siguiente me desperté con lo que muy probablemente podría titular " la resaca del siglo".

Estaba tirada de cualquier manera en el sillón de Erika. Tenía la cabeza apoyada el uno de los reposabrazos y los pies saliendo del sillón con un tacón puesto y el otro no.

Miré mi ropa; tenía la blusa sacada de sitio, los pantalones arrugados y la chaqueta puesta por encima... Lo sé, toda una rompe corazones.

Me levanté y fui al lavabo tambaleándome en todas las direcciones ¿Qué demonios me dieron la noche anterior? ¿Un anestésico?

Cuando llegué al lavabo y cerré la puerta tras de mí palmeé la pared buscando un interruptor. Cuando lo hice me di cuenta de que hubiera sido preferible no haberlo hecho, pero ya era demasiado tarde, el trauma post-espejo ya estaba en marcha y nada ni nadie podría pararlo.

- ¡AAAHHH! -Grité a todo pulmón y segundos después Erika apareció en el baño con ganas de matar a quien hubiera chillado

- ¿¡PERO SE PUEDE SABER QUE...!?-No la dejé seguir y reconduje su mirada al espejo. Una vez más el trauma post-espejo había comenzado...

Rímel cayendo por nuestra cara como si un gótico  la hubiera pintado, y el pintalabios... El pintalabios estaba esparcido por toda nuestra cara. Ahora que lo pienso podíamos llegar a ser una copia barata del Joker...

My green abyss.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora