Miso es una chica de corto genio, curiosa y algo engreída. Ella es la heredera de un prestigioso internado el cual otorga becas todos los años.
Este año parecía ser igual que los demás, pero uno de los becados llega con un propósito oculto.
¿Qué har...
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Narra Miso
Los días pasaban y cada vez faltaba menos para mi boda. Ya todos lo sabían, sin embargo, el ambiente en el internado era deprimente y realmente desalentador. Al menos así lo veían mis ojos.
También me percaté de que Ni-ki estaba algo extraño. Parecía distraído, e incluso un tanto decaído estos últimos días. No había tenido mucho tiempo para hablarle debido a que estaba viendo los últimos arreglos de mi boda, la cuál por cierto se llevaría a cabo en la iglesia en donde mis padres se habían casado. Pero hoy pensaba llevar a Ni-ki al centro comercial conmigo.
Tenía que ir a ver mi vestido de bodas, mis padres no paraba de presionarme y sí tenía que comprarlo, al menos tenía que ir con alguien que me agradara.
Subí al segundo piso en dirección a los dormitorios de hombres, con la intención de ir a buscar a Ni-ki a estos ya que era bastante temprano como para que se encontrara en la capilla o en la biblioteca.
Al escuchar unos murmullos, frené mi sigiloso caminar. Asomé mi cabeza lentamente por la entrada a los dormitorios masculinos y descubrí que en el fondo del pasillo se hallaban hablando Jungwon, Jake y Ni-ki.
Parecían estar conversando sobre un tema serio. Ni-ki se veía cabizbajo y Jake parecía algo angustiado mientras escuchaba con atención hablar a Jungwon.
— ¿Miso?
Sentí una manos sobre mi hombro y me volteé de golpe, encontrándome con Sunghoon.
— ¿Qué veías...? —preguntó con la intención de asomarse, pero lo frené con el corazón en la garganta y lo atraje hacía a mí, abrazándolo repentinamente.
— ¡Sunghoon! Venía a verte a tí... —Sonreí con esfuerzo y esté se mostró sorprendido ante mi actitud.
— Pero tú nunca harías eso... — Bueno, nadie sabe lo que se esconde en el corazón de otra persona, todos tenemos sorpresas. Además ¿Ya lo olvidaste? —Le mostré mi anillo moviendo mis dedos rápidamente y esté sonrío genuinamente.
— Claro... ¿Cómo podría olvidar algo tan importante? —Beso mi mejilla, tomando de mi mejilla con algo de brusquedad.
— Ah, también quería decirte que hoy ire a ver lo del vestido... —comenté, notando solo en ese momento que aún traía su pijama puesto, pere este estaba salpicado con algo rojo—. ¿Acaso mataste a alguien?
Sunghoon llevo sus ojos hacía dónde apuntaban los míos rápidamente y pareció ponerse pálido ante la pregunta.
— Eh... ¿Q-Qué? No, claro que no, solo me manche con jugo... —Explicó y reí, dándole unas palmadas en la espalda suavemente,
— Lo sé, solo bromeaba... Sé que estamos en la época de la cerezas, aun que soy alérgica, igualmente pido que hagan jugo de estas para los internos... —comenté, recordándolo.
