Miso es una chica de corto genio, curiosa y algo engreída. Ella es la heredera de un prestigioso internado el cual otorga becas todos los años.
Este año parecía ser igual que los demás, pero uno de los becados llega con un propósito oculto.
¿Qué har...
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La policía había llegado a primera hora en la mañana a ver mi habitación y producto a esto, se había formado una multitud de internos al alrededor tratando de saber que era lo que había sucedido.
Kai estaba a mi lado, abrazándome, mientras miraba la escena con un semblante de preocupación.
— Esto es malditamente perturbador, sé qué a veces puedes llegar a ser un tanto odiosa, ¿Pero por qué alguien te haría algo así? Esto es ser extremista... —comentó Sunoo de brazos cruzados a mi lado.
Jake y Jungwon llegaron a la escena, acercándose a nosotros.
— ¿Qué sucede? —preguntó esté último con curiosidad.
— Alguien entro a mi habitación cuando yo no estaba y rayo una de mis paredes con un mensaje de muerte... hacía mí —expliqué inexpresiva y los dos chicos se miraron con sorpresa.
— ¿Es en serio? Qué terrible, creó que deberías de cambiar al menos la cerradura de tu habitación... —sugirió Jake y asentí, guardando silencio.
Los murmurós comenzaron a crecer y me giré, percatándome de que habían llegado a la escena mis padres junto a Sunghoon, quién los guiaba hacía mi dirección con apresuró.
Me di una rápida mirada con Sunoo, pensando lo mismo. ¿Por qué Sunghoon había llamado a mis padres sin siquiera preguntarme? Él sabía como se pondrían de histéricos si se enteraban de algo así. Y lo más importante, ¿Cómo se enteró tan rápido? Sólo le conte a Sunoo.
— Esto es inaceptable, ¿Cómo es posible que le lleguén amenazas a mi hija de esta gravedad? —soltó histérica mi madre hacía los policías, quiénes se acercaron a detenerla cuando intentó entrar a la habitación a la fuerza.
— Hija, ¿Qué es todo esto? —Se acercó mi padre como si quisiera regañarme y luego fue a contener rápidamente a mi madre.
Me toqué la cabeza sintiéndome un tanto harta de la situación y Jake llamó mi atención.
— ¿Tienes algún sospechoso en mente, Miso?
Lo volteé a ver, quedándome unos segundos en silencio.
— Yo sí. —Sunghoon se abrió paso entre nosotros abruptamente—. De seguros que fue tu hermanastro—. Miró acusadoramente al rubio y rápidamente fruncí mi ceño.
— ¡No inventes rumores! Sabes muy bien que él no haría algo así, Sunghoon. —Lo alejé de Jake, sintiendo cólera ante tal insinuación.
