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Acostada en mi habitación deseaba realmente desaparecer. Desde ayer de lo único que se hablaba era de mi compromiso y de la "hermosa" pareja que hacía con Sunghoon.
No podía soportarlo más.
Observé la caja de bombones la cual yacía sobre mi cama y la agarré, saliendo de mi habitación en dirección a la biblioteca. Pensaba despejar mi mente ahí y agradecí de que al llegar, esta estuviera vacía.
Saqué un comic de una de las estanterías y me fui a sentar al final de esta, en el suelo. Abrí la caja de bombones y dejándola en la madera antigua del suelo, saqué uno para probarlo. Me lo iba a llevar a la boca, cuando literalmente salió volando hacía el suelo. Claro, no porque tuviera alas, me lo habían arrebatado de las manos.
— Te dije que no los probaras.
Alce la mirada, cruzandome con el semblante serio de Ni-ki sobre mí.
— Ya lo sé, pero tenía hambre... ¿Cuál es el problema? —murmuré algo ofendida, a lo qué esté se agacho hasta quedar a mi altura, tomando la caja de bombones.
— ¿Ya los viste? Se ven añejos. —comentó, observándolos con asco. Mire los chocolates frunciendo la vista, pero estos se veían en buenas condiciones, por lo que volví mis ojos hacia el pelinegro, sonriéndole juguetonamente.
— ¿Acaso estás celoso de los regalos que me hace Sunghoon? —Insinúe, a lo qué esté ladeo su cabeza suavemente a un lado, dejando de lado los bombones.
— ¿Hablas de tu prometido...? —Miro el llamativo anillo dr cristales en uno de mis dedos. Deje de sonreír y cerré el cómic, malhumorada.
— Te enteraste...
— No te ves feliz. —Se sentó a mi lado, sin quitarme la mirada de encima.
— ¿Debería de estarlo? —me giré a verlo, soltando una risita amarga—. No me gusta Sunghoon, él y mi familia viven en su propio mundo, si se hubiera casado con Sunoo de seguro serían el uno para el otro... —Asegure, fastidiada.
Ni-ki soltó una risita discreta ante lo último y asintió, bajando su mirada hacía su regazo.
— Entiendo, a veces las caras bonitas pertenecen a las personaa más crueles... —susurró y me di vuelta a verlo, negando.
— Eso no es cierto, ¿Qué me dices de tí? Tú no eres cruel... —Sonreí, a lo qué Ni-ki me quedó mirando sin decir nada. Aclaré mi garganta al sentirme algo avergonzada ante lo que acababa de decir y lo tomé de la mano—. ¿Quieres acompañarme mañana a casa?
— ¿A tu casa? —repitió, observando como agarraba de su mano con suavidad.
— Sí, dije que necesitaba ir a buscar unas cosas importantes, pero en verdad solo quiero pasar el fin de semana fuera de este lugar.
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CHOOSE/ NI-KI
Fiksi PenggemarMiso es una chica de corto genio, curiosa y algo engreída. Ella es la heredera de un prestigioso internado el cual otorga becas todos los años. Este año parecía ser igual que los demás, pero uno de los becados llega con un propósito oculto. ¿Qué har...