—¿Quieres el dragón? —Héoleth sonrió enternecida. Le alcanzó el juguete al pequeño niño en su regazo y éste lo tomó risueño mientras le regalaba una sonrisa de cuatro dientes.
Era tan lindo.
Era la primera vez en mucho tiempo que cargaba a un bebé y no podía estar más enternecida.
—Algún día tendrás a tus propios niños y serás una madre encantadora.
Alagó la Princesa Rhaenyra sentada unos metros adelante, mientras veía cómo Héoleth se llevaba de maravillas con Aegon, su hijo.
—¿Usted cree?
—Por supuesto. Aegon es difícil de calmar pero bastó con que lo tomaras para que parara de llorar.
La joven pelirroja sonrió por el alago. Tener hijos era algo que se había planteado hace tiempo, era algo que anhelaba. Sin embargo, por ahora no primordial en su vida.
Aegon bostezó y supo que era hora de su siesta. Una concubina se lo llevó segundos después, para decepción de la pelirroja.
La puerta de la habitación se abrió de golpe y por ella ingresó el príncipe Daemon, actual esposo de su alteza Rhaenyra.
Luke y Jace se habían encargado de ponerla al tanto de todo lo que había sucedido ésos 6 años. La boda de la princesa con su tío, la lamentable muerte de Laenor Velaryon, sus nuevos hermanos y quién era aquel hombre moreno que vieron en la mañana.
Ser Vaemond Velaryon estaba en King's Landing para reclamar el trono de Driftmark, sabiendo que el mismo le pertenecía legítimamente a Lucerys por deseo de La Serpiente Marina.
Era un vil atrevimiento. La rabia brotó de ella de sólo recordarlo.
—Esposo, espero recuerdes a la princesa Héoleth. —Rhaenyra se puso de pie tomando la mano de Daemon.
El príncipe le echó una intensa mirada y luego le sonrió.
—Claro que sí. La princesa Midthunder. El cuervo rojo.
La joven enarcó una ceja al escuchar como la había llamado. Aquel apodo le llamó la atención. Jamás había sido llamada así.
—Príncipe. —saludó haciendo una reverencia y devolviéndole la sonrisa.
Por las expresiones de ambos supo que tenían que hablar, y ella no iba a ser una entrometida. Así que disculpándose salió hacia el balcón en dónde vio a Jacaerys.
—Sus cuervos nos serán útiles algún día, alteza. —le dijo Daemon antes de desaparecer por el marco. —Manténgase cerca.
Héoleth le dio una última sonrisa y salió al exterior. Jace estaba allí mirando el reino, tan concentrado que no se percató de su llegada.
—Qué callado. ¿Te preocupa algo?
A pesar del brinco que dio al verla allí, suspiró aliviado.
—Todo éste problema con la sucesión de Driftmark me tiene con los pelos de punta.
—Se nota. —bromeó ella tocándole un mechón de cabello con intención de que sonriera y lo logró.
Le gustaba ver a sus amigos sonriendo, a pesar de todos los problemas a su alrededor.
—Tu abuelo, el Rey Viserys es un hombre honorable y justo. Él no permitirá éste atropello a su sangre. Verás que hará hasta lo imposible por protegerlos, créeme.
Él giró su mirada hasta toparse con la suya. Tomó su delicada mano y la apretó. Le agradaba tener a alguien más en el qué confiar. Sobre todo si se trataba de ella.
ESTÁS LEYENDO
𝕽𝖊𝖉 𝕮𝖗𝖔𝖜 || Aemond Targaryen
FanficHéoleth, princesa de la Casa Midthunder, siempre ha sido diferente. Su habilidad como Cambiapieles para conectarse con cuervos la hace especial, pero también la convierte en un blanco de desconfianza y miedo. Cuándo su familia acepta una alianza con...