Sobre las siete de la mañana, estaba cansada de dar vueltas en la cama, así que me levanté y rebusqué algo de ropa cómoda en el armario de Isaac que poder ponerme. Me puse unos pantalones de gimnasia, que no me quedan mal del todo, y la sudadera que llevaba ayer. Salí en silencio de la habitación y bajé hacia la cocina, donde Katy ya preparaba los desayunos.
— Buenos días Blair. —dijo sonriéndome.
— Hola Katy.
— ¿Un café?
— Doble, por favor. —dije sentándome en una de las banquetas de la isla.
— ¿Cómo estás, cielo? —me preguntó cuando me dio el café.
— No lo sé. —dije sincera. —Creo que sigo asimilando lo que vi ayer.
— Siento tanto que te pasara eso a ti. —dijo dándome un apretón cariñoso en el brazo.
— Gracias. —dije sonriendo. —Hablaré hoy con Nick para que me cambie la cerradura, en cuanto limpien la casa.
— Mientras tanto, te puedo preparan una de las habitaciones de invitados.
— No te preocupes, mi idea es volver cuanto antes a la casa. —dije después de beber un trago de café. —Sea quien sea la persona que está haciendo esto, no voy permitirle la satisfacción de que me vea mal. Además, supongo que Isaac se quedará una temporada conmigo allí.
— Como quieras. —dijo yendo de nuevo hacia los fogones. —Si cambias de opinión me avisas.
— Claro. —dije dándole el ultimo sorbo al café, para irme a despertar a los niños.
Subí a la habitación de Lilian y la desperté, antes de ir a la habitación de su hermano.
— Vamos, Dan. —susurré destapándolo.
Daniel lloriqueó un poco cuando lo saqué de la cama y lo cargué en brazos.
— No te pongas así. —dije dejándolo sobre el cambiador, para ponerle su uniforme. —Luego te lo pasas muy bien.
Él se frotó los ojitos y me miró mientras lo vestía. Yo le sonreí e hice cosquillas con la mano en la tripa, haciendo que se riera.
Cuando acabé de vestirlo, lo cogí en brazos y salimos de la habitación. Ya con Lilian, bajamos los tres para que desayunaran.
— ¿Qué le pasa a tu casita? —me preguntó Lilian mientras bajábamos.
— Están cambiando algunas cosas.
— ¿Por eso no puedes ir?
— Claro. —respondí. —Cuando acaben las reformas podré ir.
— Puedes dormir conmigo si lo necesitas, en mi cama cabemos las dos.
Los ojos se me humedecieron al escucharla decir eso.
Podía haber pasado una noche de mierda, haber estado llorando toda la noche, estar enfada con el mundo... pero cada vez que estaba con esos niños, me llenaban por dentro y me hacían sentir querida.
— Lo tendré en cuenta. —le contesté, mientras entrabamos a la cocina.
Los niños desayunaron, mientras hablaban conmigo y con Katy. Cuando acabaron, los subí al coche y fuimos hacia la escuela. Una vez los dejé, pasé por Daria's coffee.
— Hola. —dije acercándome a la barra, donde Mike pasaba un trapo con tranquilidad.
— Blair, cuanto tiempo. —me saludó, antes de salir de detrás de la barra. —¿Cómo va todo?
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Creo que te quiero
RomansaQuerer no es fácil y cuando te cruzas con alguien como el hijo de tu jefa menos aún, pero tampoco es imposible. Blair tendrá que aprender a superar todo lo que tiene escondido dentro de ella y que le da miedo sacar, dándose cuenta de que lo que nos...