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A la mañana siguiente, cuando me desperté y fui hacia la casa principal, los niños ya se habían ido a clase.

En la casa solo se oía ruido en la cocina, así que me dirigí hacia allí. Katy estaba detrás de los fogones cocinando algo que olía realmente bien.

—    Buenos días. —dije entrando a la cocina.

—    Buenos días, Blair. —dijo sonriéndome. —¿Qué tal has pasado la noche?

—    Bastante bien.

—    Ten. —dijo dándome una taza de café recién hecho y una magdalena de chocolate. —Aun no conozco mucho tus gustos, pero Lili y yo hemos supuesto que nadie se resiste a una magdalena de chocolate.

—    Y así es. —dije dándole un bocado a la magdalena, que sabía genial. —¿Hace cuánto se han ido los niños?

—    No hace más de media hora.

—    ¿Y quién los lleva?

—    Nick. —dijo moviendo algo en la olla. —Aunque me temo que a partir de mañana ese será tu deber.

—    No tengo coche. —dije algo avergonzada.

—    Nos lo imaginábamos, por lo que se te ha asignado uno de los coches de la casa para todo lo que necesites.

—    Gracias. —dije sonriendo. —¿Quiénes viven aquí?

—    Oh cierto, no te he dado ninguna información sobre eso. Ni te he enseñado esta parte de la casa. —dijo apagando el fuego. —Acompáñame.

Primero me enseñó la planta baja. Era bastante sencilla y muy familiar, estaba formada por un gran comedor, el salón, varios aseos y una sala de lectura. La planta de arriba, en comparación con la inferior, era más cuadriculada y dividida. En lo alto de las escaleras, había un descansillo que daba a tres pasillos.

—    El de la derecha es donde duermen Sophie y Cameron, además de ser donde tienen sus despachos y habitaciones propias. —dijo señalando el pasillo que tenía unas seis puertas. —No está permitido el acceso a los empleados, a menos que ellos te pidan que accedas, evidentemente.

Yo asentí y dejé que siguiera.

—    El de la izquierda es el pasillo de las habitaciones de los niños. —dijo caminando hacia allí. —Ven, te las enseño.

La primera puerta a la izquierda era la habitación de Daniel, tenía una decoración minimalista. Habían elegido la gama de colores cálidos, para pintar las paredes y elegir los muebles. La habitación no era más que una cama con dosel, cambiador, armario y unos sofás. La puerta de enfrente de la habitación de Daniel, era la de Lilian. El azul cielo predominaba por toda la habitación; en paredes, decoración, ropa de cama... Era algo más grande que la de su hermano. Tenía un pequeño escritorio, dos armarios, un tocador minúsculo y una cama de esas que parecían una casita de muñecas. Esperaba que no fuera mi deber hacer esa cama todos los días, porque me tendría que dejar la espalda.

—    Los pequeños comparten baño. —dijo abriendo la puerta que había a la derecha de la habitación de Lilian. Era un baño muy parecido al mío de la casa de invitados.

—    ¿Y las otras dos puertas? —pregunté cuando Katy se giraba hacia el otro pasillo que nos faltaba por ver.

—    Ah... Esas son de Isaac.

—    ¿Isaac? —pregunté sin tener ni idea de quién era. —No sabía que había otro niño. En las fichas que me dio Nick no constaba ninguna de él.

Katy me miró sorprendida y luego soltó una carcajada.

—    A pesar de que Isaac sigue comportándose como un niño pequeño, no lo es. No tienes que cuidar de él. —dijo volviéndose a reír. —Es el hermano mayor de Lili y Dan.

Creo que te quieroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora